Perpinyà, Más Madrid: «Si Ayuso ha consumado la irresponsabilidad de llevarnos a elecciones, vamos a mandarla a su casa»

Pablo Gómez Perpinyà (Pozuelo de Alarcón, 1989), jurista y politólogo, se presenta como número dos por Más Madrid a las elecciones del próximo 4 de mayo. Nunca habría imaginado ser diputado en la Asamblea de Madrid, pero declara haber estado siempre relacionado con la política desde todo lugar en el que se ha encontrado. Implicado desde la juventud en movilizaciones de ámbito local, afirma que “había vida antes del 15M”, aunque reconoce que aquel punto de inflexión en el que también participó “lo cambió todo”.

De 2015 a 2019 fue portavoz de la candidatura vecinal Somos Pozuelo en el Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón. El mismo 2019 dirigió la campaña de Íñigo Errejón en las elecciones autonómicas del 26 de mayo, consiguiendo Más Madrid 20 diputados y más de un millón de votos. Con el retorno de Errejón al Congreso de los Diputados por Más País en las elecciones de noviembre de ese mismo año, Pablo Perpinyà sustituyó a éste como portavoz en la Asamblea. Del paso de la política local a la regional explica que ahora le corresponde tener una “visión más general” de lo que es la Comunidad de Madrid. “Las desigualdades que yo veía en el seno de mi municipio en estos momentos adquieren una dimensión mucho más compleja”.

¿Creéis que el hecho de que el día de las elecciones sea un día laborable es casual?

En el momento en que las elecciones coinciden en un día entre semana porque así lo estipula el Estatuto de Autonomía, no sé si es una decisión deliberada de Ayuso pero, en todo caso, en realidad, cuando una presidenta no quiere dar festivo en un día entre semana es evidente que quienes van a pagar más caro el precio de esa decisión son las capas de la población más precarizadas. El punto de partida es asimétrico. Ayuso parte con ventaja. No sólo porque es la que ha convocado las elecciones, sino porque define de alguna manera cuáles son las reglas del juego.

Este estado de alerta nos tiene que valer para tomarnos muy en serio el reto y ser capaces de transmitirle a la población que tenemos que hacer un esfuerzo muy grande y que el día 4 tenemos que llenar las urnas. En los barrios sencillos y trabajadores de la Comunidad de Madrid, particularmente en el cinturón sur y en el este, la gente tiene que salir a votar masivamente, del mismo modo que lo hacen en el distrito de Salamanca.

El escenario que dibujó el Centro de Investigaciones Sociológicas el 5 de abril apunta a un empate a 68 escaños entre el bloque de la derecha (PP, Vox) y el de la izquierda (PSOE, Podemos y Más Madrid). Este empate podría llevar a un bloqueo político, ¿lo permitirían?

Tenemos la obligación de intentar aprovechar la oportunidad. Hace cuatro meses parecíamos abocados a tener que aguantar a la peor presidenta en el peor momento posible durante dos años más. Ahora bien, no me parece razonable el escenario electoral en medio de una pandemia. Hemos hecho cuanto ha estado en nuestra mano, hasta el punto en el que pusimos una Moción de Censura, pero si Ayuso ha querido consumar la irresponsabilidad de llevarnos a unas elecciones, vamos a aprovechar, a dar la cara, y a mandarla a su casa.

Sería paradójico que después de controlar el poder durante 25 años y habiendo convocado tú misma las elecciones perdieras el gobierno. La crisis en la que entraría el PP si el próximo día 5 conseguimos ganarles sería histórica; una descomposición equivalente a la que vivió la UCD en su momento.

Y deseáis mandarla a su casa hasta el punto de que habéis declarado que si hiciera falta pactaríais  con Ciudadanos.

Nosotros tenemos dos objetivos y por ese orden. El primero y el más importante es desalojar a Ayuso de la Puerta del Sol y el segundo, no menos importante pero sí en segundo lugar, es que en Madrid haya un gobierno progresista. Si eso nos exige tener que llegar a acuerdos con personas, o con grupos con los que no coincidimos en muchas cosas, lo vamos a hacer. No hemos venido a la política para quedarnos de brazos cruzados. Hemos venido a la política para cambiar las cosas y, en este caso, para devolver a los madrileños a una situación razonable como la que tienen otros ciudadanos del resto del país.

¿Entraría, pues, Ciudadanos en el mismo saco que el PP?

Lo que digo hoy es que Ciudadanos no va estar en las quinielas; no entra en la Asamblea de Madrid. Va a tener seguramente la posición institucional que se corresponde con un partido que ha estado negando la evidencia, que ha vivido en primera persona una humillación histórica. Pocos gobiernos de coalición han sido más humillantes para unos de sus socios como el de Ayuso con Ciudadanos.

Mónica García (candidata a la presidencia de la Asamblea de Madrid por Más Madrid) ha sido la cara visible de la oposición durante la pandemia, pero los datos del CIS auguran que Isabel Díaz Ayuso pueda ganar 20 escaños más que en las elecciones de 2019. ¿Cómo se explica esto?

Cuando un partido corrupto, calificado por la Audiencia Nacional como una organización criminal, que ha utilizado el dinero de todos los madrileños para su enriquecimiento particular, que ha pervertido la institucionalidad y la democracia en la Comunidad de Madrid durante 25 años permanece en el poder, pues eso tiene consecuencias inmensas en todos los ámbitos: en hospitales, centros de salud, colegios, y también en la cultura política de la región. Uno de los grandes retos que tenemos a partir del día 5 es levantar alfombras y oxigenar la política de la Comunidad de Madrid. Esto va a ser bueno para los que decidan votar por Más Madrid y para los que decidan votar por otras formaciones.

¿Hay entonces alguna responsabilidad en la oposición?

Por supuesto. Seguramente la izquierda no ha sabido leer, en muchos momentos, cuáles eran los sentimientos profundos que tenían los madrileños. La izquierda demasiadas veces ha estado focalizada en intentar hacer discusiones de paradigmas ideológicos y creo que esa forma de abordar la política, muy del siglo XX, en estos momentos no resuelve algunos de los problemas más importantes que percibe la gente.

Probablemente tengáis que pactar con Unidas Podemos, encabezada por Pablo Iglesias. ¿Cómo os tomáis desde Más Madrid la llegada de Pablo Iglesias? ¿Qué reflexiones salen?

Lo tomamos con mucha más normalidad de lo que algunos creen. Podemos es una organización soberana; tienen derecho a elegir al candidato o la candidata que consideren que va a desempeñar mejor esa función. Máximo respeto y alivio porque creemos que el plantel de candidatos que presentan el conjunto de las fuerzas progresistas garantizan que todas van a tener representación y eso es primordial. Es justo lo contrario de lo que pasa en la derecha; el electorado en las encuestas no les va a dar representación a todos. 

Creo que es evidente que tenemos una forma diferentes de entender la política y que eso no nos tiene por qué impedir llegar a los acuerdos a los que tendremos que llegar a partir del día 4 cuando tengamos que formar un gobierno.

¿Cuáles dirías que son las diferencias ideológicas y programáticas entre Más Madrid y Unidas Podemos?

Más que hablar de diferencias con otros, me gusta hablar de lo que nosotros somos. Y ya dejo la interpretación a cada uno. Más Madrid es una organización feminista, y esto no es decir mucho porque hay muchas organizaciones feministas. Pero en Más Madrid además de ponerlo en el programa intentamos llevarlo a la práctica concreta. Quizás por eso somos la única formación progresista que concurre a estas elecciones con una mujer al frente. Hay muchas mujeres que en las próximas elecciones quieren votar a una persona que conozca de primera mano cuáles son esas preocupaciones, ambiciones y reivindicaciones que ellas en estos momentos consideran que son imprescindibles. Somos también una fuerza política verde en el sentido de que la agenda verde forma parte de nuestra forma de ser y nuestra forma de entender la política. 

El tercer diferencial es que somos una fuerza política netamente madrileña. No hemos venido para concurrir solo a estas elecciones, sino que hemos estado en la Asamblea de Madrid que es donde se hace la política madrileña. Haciendo frente a Isabel Díaz Ayuso, a Vox y a la ultraderecha en las instituciones y, particularmente, nuestra candidata, que ha sido la punta de lanza de esa oposición, también ha estado haciendo frente al virus en la UCI de un hospital. Esa es nuestra carta de presentación.

Sobre el tema de concurrir de manera separada a las elecciones, ¿qué posturas había dentro de Más Madrid? ¿Si Pablo Iglesias hubiera propuesto ir segundo en la lista habríais aceptado o era una cuestión más electoral y de escaños?

En absoluto. Como decía anteriormente, somos una fuerza política feminista, verde y madrileña, que tenemos una propuesta política de mayorías en Madrid, no una propuesta para el 5%. Era una decisión que no se adoptó ni ese día, ni al día siguiente, era una decisión que teníamos tomada desde mucho antes. Mónica García es la candidata de Más Madrid, no porque lo decidiéramos los militantes de Más Madrid en un momento determinado, que también, sino que es la secuencia lógica de lo que ha pasado en la Comunidad de Madrid todo este tiempo. Entiendo que hay otras fuerzas políticas que en un momento determinado puedan priorizar otro tipo de cálculos.

Hemos estado en Madrid, hemos nacido para cambiar la Comunidad de Madrid y por tanto, una fuerza política que es netamente madrileña y que ha nacido en estos momentos para revertir la situación de Madrid y evitar que Isabel Díaz Ayuso revalide su gobierno, naturalmente tiene que concurrir a las elecciones. Y no se nos ocurriría exigirle a ninguna otra fuerza política que no hiciera lo propio. Si hay alguien que tiene una idea, que cree que representa una sensibilidad que se presente y que luego sea la ciudadanía la que decida quién tiene más escaños. Esto lo digo para todos los partidos que se presentan, no es ninguna contestación particular a ningún partido concreto. ¿Que tenemos formas diferentes de entender la política respecto de UP? Es evidente. Pero no pasa nada. Ellos pueden representar una cosa. Y nosotros, modestamente, creo que podemos representar otra muchísimo más amplia.

Habéis propuesto en esta crisis sanitaria que nos ha tocado vivir una campaña de “lo cotidiano”. ¿Qué os ha llevado a poner esto en el centro?

El análisis y la conclusión de que fundamentalmente lo que ha faltado en la Comunidad de Madrid en el último año ha sido sentido común. Ha sido entender que los políticos no tenemos que ser todólogos, que ninguno somos expertos en pandemias y que de lo que se trata era de escuchar a los expertos, escuchar a la ciencia y adoptar decisiones en el ámbito político que fueran coherentes con esos análisis. Eso no ha pasado en la Comunidad de Madrid, y llama la atención. Somos casi 7 millones de personas, una parte importantísima de nuestro país y, sin embargo, hemos tenido unos responsables políticos particularmente irresponsables. 

Cuando decimos que tenemos que poner lo importante en el centro estamos diciendo esencialmente que la política tiene que ser útil, que tiene que servir para cambiar las cosas que no funcionan y que tiene que servir en estos momentos para cuidar a los madrileños y madrileñas, para salvar vidas y, en definitiva, para garantizar el bienestar. Decir esto en la Comunidad de Madrid, por más que sean cosas pequeñas, no es nada pequeño, es una revolución en toda regla. 

Hablar de bienestar es también hablar de salud mental y vosotros sois uno de los partidos que más ha puesto esta cuestión en el centro. ¿Qué propuestas tenéis en cuanto a la salud mental?

Llevamos hablando de salud mental mucho tiempo. Y ha sido, paradójicamente, una polémica provocada por un diputado de la derecha en el Congreso de los Diputados, cuando mi compañero Iñigo Errejón llevó una pregunta al Gobierno sobre salud mental y le gritaron desde la tribuna “¡Vete al médico!”, como si fuera un insulto, como si fuera algo de lo que avergonzarse. Esa polémica, ese mal gesto de un diputado de la derecha, nos ha servido para poner en el centro del debate político una cosa que en estos momentos preocupa a mucha gente.

Acabar con ese estigma es un imperativo y la propuesta que tenemos concretamente en relación a la salud mental es que no podemos seguir teniendo esas inmensas listas de espera que hay. Una persona que, por ejemplo, esté en riesgo de suicidio y que esté viviendo una situación tan crítica no puede estar esperando durante semanas o meses para que le atienda un servicio público de sanidad para resolver ese problema. La salud mental es tan importante como el resto de ámbitos de la salud, por eso nosotros planteamos un aumento muy significativo del número de psicólogos en la Seguridad Social y, sobre todo, proponemos que se reduzca a 10 el número de días de la lista de espera para que puedan atender a las personas. Para entender la importancia de esto no hace falta ser de izquierdas, basta tener un poco de sensibilidad.

¿Es suficiente abordarlo desde el plano médico sabiendo que muchos de estos problemas derivan de la precariedad laboral, el sistema económico…?

Es que cuando hablamos de salud, de cuidados, de una región que no deje a nadie atrás, no estamos hablando de formalismos, de reconocimiento formal de derechos. No, no. Estamos hablando de algo material, de que tenemos que acabar con la precariedad laboral, avanzar en la corresponsabilidad en el ámbito de la familia, visibilizar, reconocer y remunerar todo ese trabajo invisible de cuidados que en estos momentos soportan prioritariamente las mujeres de nuestra región, de multitud de violencias invisibles que también operan en nuestra sociedad y en la Comunidad de Madrid. Hablar de salud mental, sin ninguna duda, es hablar de recursos en la sanidad pública, pero indudablemente, estamos hablando de una sociedad más vertebrada y de bienestar.

Además de número dos en la lista de Más Madrid, eres también director de campaña. “Más Madrid de noches en el centro”, “Más Madrid de cocidos de tu madre” … Con Vox desatado, con ese discurso cuasiobrerista que están llevando a cabo… ¿Es esa la vacuna contra la extrema derecha?

Hay muchos lemas, muchas consignas. En las campañas, afortunadamente ahora, con las redes sociales y la cantidad de ámbitos y de herramientas que tenemos para comunicar, podemos emitir mensajes para diferentes grupos sociales, audiencias y territorios. 

La extrema derecha es una amenaza, pero no haríamos bien si pretendiéramos enfrentar esa amenaza exclusivamente hablando de la extrema derecha. Es precisamente lo que ellos quieren. Cuando decimos que “Mónica García es la vacuna contra la extrema derecha” estamos diciendo que no es una persona que se da muchos golpes en el pecho y dice “¡Alerta madrileños, que vienen los fascistas!”. Esa es probablemente la forma equivocada de luchar contra el auge de la extrema derecha. La forma más eficaz es defender lo público; convencer a amplias capas de la población que existe una manera diferente de entender la Comunidad de Madrid, que cuida, vertebra, cree en el ascensor social, rompe los estigmas, integra, es diversa y plural. Si existe un antifascismo militante, consciente y concienciado en estos momentos es precisamente ese.

¿Cuál crees que es el perfil de votante de Más Madrid?

¿Qué pronóstico tienes para el 4M?

Soy optimista por naturaleza, porque además soy hincha del Atleti o sea que no me queda otra. Creo que el día 4 va a haber gobierno progresista en Madrid, que Ciudadanos no va a sacar representación. Diría que Vox sí va a entrar aunque va a estar ahí ahí. Creo que Ayuso no va a sacar tantos votos como espera y que Más Madrid va a ser la fuerza política que empuje al bloque progresista hacia arriba. Vamos a sacar un gran resultado.

Dices que Más Madrid tiene muy buena relación con Ángel Gabilondo. ¿Es tan serio, soso y formal como dicen?

Ángel en la corta distancia gana mucho, es muy majo. Le tengo un gran cariño. Pertenecemos a generaciones diferentes, a tradiciones políticas diferentes, a formas diferentes de entender la política y seguramente habría muchas cosas en las que no nos pondríamos de acuerdo, pero nos une lo suficiente como para formar gobierno el día 4 y además creo que con Mónica García también tiene un gran entendimiento.

En esos barrios del sur la que siempre suele ganar en los resultados es la abstención. ¿Es la izquierda incapaz de movilizar a las clases populares? ¿Quizás esas clases populares no están interesadas en la agenda actual de la izquierda?