Lilith Verstrynge, Unidas PODEMOS: «El PP más que gestión hace autogestión, por y para los suyos»

A dos días de las elecciones del 4M nos reunimos con Lilith Verstrynge (1993, Madrid), candidata número 14 en las listas de Unidas Podemos. Nos cita en una placita entre Medialab y Caixa Forum. Madrid tristea, MediaLab-Prado se desvanece. Nuestro proceder “rudimental” le recuerda a cuando dos años después del 15M, montó junto a más compañeros el medio digital Dispara Magazine. Por aquel entonces ya vivía en Francia, donde estudió Historia en la Universidad Denis Diderot, venía para las reuniones y luego se pasaba todo el día entre las pantallas, en Skype.

En marzo de 2016 dio el salto a la política cuando entró como becaria de Unidas Podemos en el Parlamento Europeo, participando en las comisiones de Empleo, Transportes y Asuntos Sociales, y en la delegación para las relaciones con los países de la Comunidad Andina. En septiembre de ese mismo año la nombraron asistente parlamentaria del partido. No volvió a España hasta que Pablo Iglesias la eligió como asesora para la vicepresidencia segunda del Gobierno de Derechos Sociales y Agenda 2030. Hoy candidata a las elecciones regionales madrileñas, declara que el Parlamento Europeo es una institución “muy despegada de la gente, aunque la más democrática” de la Unión Europea. Mientras, la política regional es “mucho más de calle, de día a día”, explica. De la media hora que compartió Verstrynge con lamordaza.com queda esto.

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¿Crees que tiene futuro el proyecto europeo?

Soy bastante crítica con ello porque lo he estudiado, estudié Estudios Europeos. Decidí hacerlo porque creía en el proyecto europeo, que era una buena manera de hermanarse entre estados europeos. Pero nada más empezar la carrera me desilusioné muy rápido y trabajar allí me hizo abrir los ojos y darme cuenta de que efectivamente está totalmente alejado de la realidad, es un mundo paralelo. El propio Parlamento Europeo está en un barrio en Bruselas que es una especie de burbuja donde solamente hay funcionarios, burócratas y gente que trabaja en ese mundo.

Después de estar en Bruselas, llegaste aquí como asesora de la vicepresidencia segunda del gobierno y del Ministerio de Derechos Sociales de Agenda 2030. ¿Cómo viviste los meses de pandemia en un ministerio del que dependen el cuidado de los mayores y los derechos de los niños, entre otros?

Llegué a Madrid dos semanas antes de que empezase el confinamiento. El cambio de país, la mudanza, el nuevo trabajo y el ambientarme a la nueva situación me pillo en plena pandemia.

El Ministerio de Derechos Sociales de Agenda 2030 es un ministerio primordial durante la crisis de la Covid-19. Había muchas responsabilidades que dependían de ese ministerio porque esto no es solamente una crisis sanitaria es también una crisis económica y social y, por tanto, todas las medidas de protección para la ciudadanía española tenían que salir y salieron de ese ministerio. Por ejemplo, pusimos en marcha el escudo social.

Precisamente, cuando te nombraron asesora de la Vicepresidencia y comenzó a conocerse tu nombre, desde los medios más sensacionalistas se especuló de un affaire con Pablo Iglesia, eludiendo tu cualificación y profesionalidad. ¿Cómo recibiste estas críticas?

No me esperaba que saliesen por ahí. He nacido en Madrid y una de las razones por las que decidí irme fuera es porque quería despegarme del apelativo de ‘la hija de’. Cuando volví a Madrid, tenía muy claro que eso iba a ser lo primero que me echasen en cara. Estaba muy mentalizada con eso. Obviamente lo que no me podía imaginar era que iban a salir con una machistada y un bulo impresentable. Me dio mucha pena y rabia porque supongo que en ese momento me di cuenta de lo profundo y lo enraizado que está el machismo en nuestro país y durante muchos días fue muy duro y bastante vergonzoso.

¿Habías vivido alguna otra situación de este tipo? Llevabas años en el Parlamento Europeo.

Las mujeres sufrimos violencia machista en todos los ambientes y áreas. El Parlamento Europeo es una institución muy hostil donde el primer día que llegué a trabajar, las primeras reuniones a las que fui estás rodeada de señores de 50-60 años encorbatados y tú tienes 25, vas con deportivas y tienes que sentarte con ellos a negociar una normativa. Lo primero que hacen es no dirigirse a ti, no mirarte. Ellos negocian entre ellos y tú tienes que imponerte, intentar en algún momento colar tu palabra. Sí, desgraciadamente es algo que está en todas partes, en todas las sociedades y contra lo que tenemos que luchar y efectivamente denunciarlo.

Con el bulo llegó un momento en el que puse un hilo en Twitter porque ya me pareció que era totalmente impresentable y que había que decirlo. Además es eso, es que intentan privar a las mujeres de la posibilidad o la capacidad de hacer su propia biografía. Siempre tienes que ser hija de, hermana de, o amante de.

La mayoría de sondeos publicados el pasado miércoles, último día en el que se difunden encuestas, coinciden en una mayoría del PP, o en un gobierno PP-VOX. ¿Qué es lo que está en juego en la Comunidad de Madrid?

Se enfrentan dos modelos y proyectos completamente diferentes, antagónicos. Uno que llevamos viendo durante 26 años en las instituciones en la Comunidad de Madrid, que tiene políticas que tienen que ver con la privatización, la desmantelación de los servicios públicos, con una serie de políticas y de medidas que directamente van en contra de la ciudadanía.

El otro modelo es el que sale del consenso de esta nueva época. Directamente es el modelo que pedían los balcones durante la pandemia: más servicios públicos, más inversión pública, una suerte de solidaridad, de empatía entre los ciudadanos y apoyo de los gobiernos.

¿Cómo se explica que las encuestas coincidan en dar esa mayoría holgada a Isabel Díaz Ayuso?

Siempre hemos leído las encuestas con precaución porque consideramos que son un elemento más de campaña. Tienen una intencionalidad y una dirección casi siempre. Lo importante es que la gente el día 4 vaya a votar y el resultado que salga de las urnas será el definitivo. Hemos visto encuestas que salían cada dos horas en los últimos días y quizá la tendencia es similar pero había bastantes traspiés y variaciones entre unas y otras.

¿Qué viene a ofrecer Unidas Podemos a la Comunidad de Madrid?

Un proyecto muy distinto. No se trata de hacer pequeños cambios y cosas que puntualmente puedan mejorar la vida de los madrileños. Se trata de proponer un proyecto totalmente nuevo, con una serie de medidas que mejoren la vida de la gente. Por ejemplo, proponemos que los alquileres estén regulados, que la gente pague un 30% de sus ingresos en el alquiler como máximo, que los jóvenes paguen 5 euros en el abono de transporte, etc.

Proponemos una serie de medidas que, en realidad, lo que hacen es ayudar a la gente a salir de ese estancamiento en el que les han metido, que además nos lo venden como que es culpa nuestra. A la gente joven particularmente. Es como ‘si tú estás en esta situación, pues haber emprendido’ o ‘haber estudiado más’ o ‘haber nacido en el barrio en el que tenías que nacer’.

Cuando además somos una generación muy preparada.

Sí, efectivamente.

Hablemos de Unidas Podemos y Más Madrid. ¿Si de ti hubiese dependido habrías ido a las elecciones junto con Más Madrid?

Fue una propuesta que se les hizo en su momento, que hizo Pablo Iglesias y que era acertada. Tenía todo su sentido porque venía de un reclamo popular y podíamos verlo en la calle y en las redes sociales. La decisión la tomaron y no pasa nada porque somos fuerzas políticas diferentes, con estilos diferentes, pero tenemos un mismo objetivo. Al final del camino nos encontraremos.

Hace dos semanas entrevistábamos a Pablo Gómez Perminyà, número dos en la lista de Más Madrid, y le hicimos esta misma pregunta. ¿Qué diferencias ideológicas o programáticas hay entre Más Madrid y Unidas Podemos? ¿Por qué un votante debería votar a uno y no a otro?

Hay diferencias de fondo y de forma. La diferencia principal es que nosotros hemos estado en diferentes gobiernos y tenemos esa experiencia de gobierno que demuestra hasta qué punto cumplimos, cómo defendemos las cosas o hasta dónde llevamos esas políticas. La siguiente, que tiene que ver más con la forma, es que nosotros estamos aquí para lo que estamos. No nos dejamos acariciar el lomo. Somos contundentes, firmes y tenemos mucha determinación en lo que hacemos. Y lo hemos dicho siempre.

A veces han criticado las decisiones que hemos tomado de no apoyar un gobierno PSOE-Ciudadanos, de una serie de decisiones que, a lo mejor, hubiesen sido más sencillas y moderadas en su momento, pero que el tiempo ha demostrado que no eran las correctas o que había otra manera de hacerlo. Unidas Podemos aporta la firmeza en decir que si hay que negociar de otra manera se puede hacer y se puede con eso cambiar y mejorar muchísimo más la vida de la gente.

¿Cuál dirías que es el perfil de votante de Unidas Podemos?

Nos han intentado encasillar durante mucho tiempo en un perfil muy de izquierdas carca. La realidad es que es un perfil muy variado. Hay gente trabajadora, joven, intelectual, del mundo artístico… En eso está su fuerza. Cuando hablábamos de transversalidad era eso y sigue siéndolo ahora. El problema es las intentonas mediáticas de encajonarnos o reducirnos a algo que luego no encaja con la realidad.

En esta campaña os habéis centrado mucho en el tema de movilizar al electorado más abstencionista, con lemas como el “Que hable la mayoría”. ¿Cuál crees que es la sociología del abstencionista aquí en Madrid?

Es gente que está totalmente desencantada con la política. Supongo que cuando llevas 26 años en una comunidad en la que gobiernan siempre los mismos, y además con ese objetivo político, que es que Madrid era trampolín para futuras carreras políticas o el núcleo de la corrupción. Se ha generado una situación que proviene de todo esto: Madrid está totalmente fragmentada y dividida. Hay una clase alta que vive en sus barrios, que tienen sus colegios privados, sus hospitales privados, paga unos impuestos concretos e injustos, tienen sus empresas, sus contactos, como en una especie de mundo paralelo. Luego está el resto de la Comunidad de Madrid, que es la mayoría, para la que no se ha gobernado. Siempre decimos que los gobiernos del PP más que gestión, lo que hacían era autogestión, por los suyos y para los suyos 

Sin embargo, durante estos 26 años las tasas de abstención han sido muy altas en barrios como Usera, Vallecas, Moratalaz, Vicálvaro… mientras que en distritos como Retiro o Salamanca las tasas de abstención eran muchísimo menores. ¿Quizás es que la izquierda y su proyecto político ya no moviliza, ya no interesa a las clases populares?

Que la tasa de abstención sea más alta en los barrios populares, concuerda y tiene sentido con eso que comentaba de que las políticas eran dirigidas a esos municipios o barrios donde viven las clases altas. En cualquier caso, es verdad que el Partido Popular ha llevado a cabo una especie de estrategia que ha calado mucho en la mentalidad de los madrileños, de izquierdas y de derechas, que es que la Comunidad de Madrid era totalmente irreformable. Había que darla por perdida porque era el bastión de poder del Partido Popular.

La decisión de Pablo Iglesias de presentarse a la Comunidad de Madrid es valiente porque estas iban a ser unas elecciones más en las que el Partido Popular iba a arrasar otra vez y no cabía ninguna duda de que, además, Ayuso convocaba elecciones con la intención de intentar gobernar sola o en cierto momento pactar con Vox.

Volviendo de nuevo a los sondeos, asignan a Unidas Podemos entre 9 y 11 escaños. Estás en la lista la número 14. ¿Confías en que puedas entrar?

Como quedan dos días hay que ser pacientes. Vamos a ver cuál es el resultado. Desde luego, en los actos de campaña que estamos haciendo estos días, hacía mucho tiempo que no veía a la gente con tantas ganas. Ha sido una campaña preciosa, de muchísimas emociones y la militancia y la gente que apoya a Podemos llevaba muchísimo tiempo sin sentirlo así. Cada acto al que vamos es como un revulsivo y una buena sensación. Y si esa sensación se traduce en las urnas, quién sabe, 15-20 diputados… (risas).

Este último mes el foco mediático ha estado muy centrado, además de en la pandemia, en las elecciones del 4M, casi en clave de elecciones nacionales. ¿Crees que merecen esta atención?

Sí, pero no por madridcentrismo, que es la impresión que damos siempre los madrileños hablando de lo suyo y siempre imponiendo a los demás que hablen de lo suyo. En este caso concreto, hemos visto durante este año y medio de pandemia cómo el conjunto del Estado español iba en una dirección. Que tenía que ver con el diálogo, el acuerdo, el consenso entre Comunidades Autónomas, la puesta en común, el trabajo colectivo entre esas comunidades. Además, en una dirección de políticas públicas, de más inversión, de protección… Mientras, la Comunidad de Madrid y su gobierno se ha dedicado básicamente a hacerle la campaña a la contra.

Es una cuestión importante porque realmente determina el rumbo del país. El país va en una dirección y la Comunidad de Madrid lleva remando a contracorriente durante este año y medio. Por eso decimos que son unas elecciones importantes y que afectan al conjunto del Estado español.

¿Cómo os ha afectado estas últimas semanas la crispación que se ha generado?

No es fácil. Llevamos 7 años en esto y los niveles de crispación y violencia han tenido picos y ha habido momentos muy desagradables. Siempre hemos hecho lo mismo, hemos denunciado.

Hay que entenderlo como una violencia que no llega exclusivamente a los políticos. Luego repercute o llega directamente a las calles con comentarios homófobos, racistas o carteles en el Metro de Madrid. Que lo denuncie alguien que está trabajando en una institución o que es cargo público es una manera de evidenciar que esa violencia está también en la calle y darle el altavoz que quizá un ciudadano normal no puede tener. 

Unidas Podemos ha traído a Pablo Iglesias para presentarse a estos comicios, se puede decir que de alguna manera se pone toda la carne en el asador. Si Unidas Podemos, como pronostican los sondeos, obtiene una media de entre 9 y 11 escaños, ¿significaría eso que Unidas Podemos no da para más, que habría que darle otra vuelta de tuerca?

Eso es lo que llevan intentando decirnos desde el principio. ¡Cuántas veces Unidas Podemos no ha dado para más! ¡Cuántas veces se había agotado el proyecto y Pablo Iglesias estaba totalmente quemado, Irene Montero también! Desgraciadamente he visto incluso gente nuestra que en algún momento se lo ha planteado. Pero la prueba está en que hemos entrado al gobierno hace un año, en que gobernamos en cantidad de Comunidades Autónomas. ¿Quién iba a pensar que cuando hablábamos de renta básica en su momento, y nos llamaban locos, unos años más tarde iba a haber algo como el Ingreso Mínimo Vital en nuestro país? Que sí, tendrá sus errores y habrá que irlos afinando, pero que al final es un derecho conseguido.

Hay que salir del foco de que hemos tocado techo, de que el proyecto está totalmente agotado. A parte, lo estamos viendo ahora, hay una generación nueva llena de mujeres con muchísimas ganas y muchísima capacidad política que creo que van a dar guerra para rato.

Como si quisieran acabar con Unidas Podemos con la profecía autocumplida…

Claro, una cosa es el deseo y otra es la realidad.


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