Esta es la historia de la resistencia. La historia de la resistencia del pueblo antifranquista vasco localizado en Bilbao. Una historia truncada por un supuesto traidor: Alejandro Goicoechea, creador de la fortaleza del Cinturón de Hierro.
Un reportaje de A. Balanzategi, L. Barcenilla, A. de la Peña y M. Carrillo
Al comenzar la Guerra Civil, el Gobierno de la Segunda República decidió crear una línea defensiva de 80 kilómetros de longitud que defendiera Bilbao de una posible conquista por parte de las tropas nacionales. El interés de esta ciudad vasca estaba en que poseía la más importante industria pesada de España, fundamental para el esfuerzo bélico de la contienda.
Los trabajos de construcción fueron encargados al ingeniero Alejandro Goicoechea, que, pocos días antes de la ofensiva del Ejército Nacional, se pasó al bando atacante con los planos de las instalaciones.
Esta fue la razón para que en junio de 1937, tras los bombardeos de Gernika y Durango, comenzase el primer ataque al Cinturón con casi 20.000 efectivos, golpeando en los puntos más débiles según los planos aportados por Goicoechea. La caída de la ciudad se produjo el 18 de junio, después de que la artillería y la aviación de los nacionales arrasara las defensas de la ciudad.
La caída del Cinturón de Hierro, la caída de Bilbao
La caída del Cinturón de Hierro y la toma de la ciudad de Bilbao permitió que el ejército franquista tuviera el camino allanado para completar la campaña del norte, avanzando rápidamente hacia Santander y Gijón.
Según escribe Aitor Miñambres, en su publicación El Cinturon de Hierro, Bilbao cayó el 19 de junio de 1937, una semana después de la ruptura de su cinturón defensivo. Miles de gudaris y milicianos ofrendarán su sangre en Artxanda, último sacrificio en defensa de la villa, a cambio de que centenares de civiles y combatientes puedan ser evacuados hacia Santander. [Ver vídeo]
¿Qué manos levantaron el muro?
Cerca de 10.000 hombres, mujeres y niños levantaron, alrededor de Bilbao, una línea de trincheras, búnkers y baterías de ametralladoras para protegerlo del avance nacional en plena Guerra Civil.
Hombres, mujeres y niños fuera de la edad militar y sin relación directa con las tareas militares. A ellos se añadieron los miembros de las brigadas de fortificaciones. Los batallones de zapadores del Ejército vasco.
Una ardua tarea que no sirvió para nada tras el cambio de bando de uno de los ingenieros de la construcción de aquel fortín.
Según escribe Aitor Miñambres, en su publicación El Cinturón de Hierro, la obra comienza a realizarse inmediatamente, el día 9 de octubre, sin proyecto previo, con un plazo de construcción de dos meses, con disposición de toda clase de elementos técnicos y materiales, así como de unos recursos humanos en principio considerables: 13 arquitectos, 12 ingenieros de caminos, 10 ingenieros industriales, dos ingenieros de minas, un ingeniero agrónomo, tres aparejadores, dieciséis contratistas y 8.500 obreros fijos, junto con otros variables hasta llegar a los 14.000 obreros en algunos casos.
Sin embargo, es de resaltar que se trata de personal civil en su práctica totalidad y por tanto, sin familiarización con las obras militares. Este personal es asalariado, salvo el reducido concurso de mano de obra penal. [Ver vídeo]
Alejandro Goicoechea: ¿un traidor?
Nació en Elorrio el 23 de marzo de 1895. Fue el director de la construcción del Cinturón de Hierro de Bilbao. Aunque fue posteriormente más conocido por ser quien diseñó el tren Talgo, un tren articulado y ligero.
Ingresó en la Escuela de Ingenieros del Ejército después de estudiar en el Colegio de los Jesuitas de Orduña. Alcanzó los grados de teniente e ingeniero de Armamento y Construcción. En 1920, dejó el servicio militar e ingresó en la Compañía de Ferrocarriles de la Robla.
En 1937 desertó y se pasó al bando franquista llevando consigo los planos con todos los detalles de la construcción de la defensa, además de datos sobre municiones e industria armamentística vasca
¿Fue decisivo el cambio de bando de Goicoechea?
Responde la historiadora Aline Soberón, cuyo trabajo de hemeroteca a cuatro manos junto a Txema Uriarte para rescatar viñetas de humor publicadas en periódicos en Bilbao durante la guerra en Euskadi (1936-1937) ha quedado recogido en el libro Viñetas para el recuerdo. [Ver vídeo]
SUBLEVADOS
¿Qué simbolismo tenía bilbao?
Aline Soberón contesta: «Quien controla a industria, controla la guerra». [Ver vídeo]
Los defensores de bilbao: batallones
Diversos batallones lucharon por la defensa del Cinturón de Hierro. A pesar de no contar con la artillería ni aviación del enemigo, miles de hombres dieron sus vidas en la guerra. La mayoría de los batallones se componían de vascos, pero, en los montes bizkainos lucharon también por la asturianos o gallegos en defensa de la República.
Batallones gallegos: el Celta, el Bakunin y otros ‘gudaris’ de Galicia
Batallón loiola
¿Había posibilidades de ganar o, al menos, resistir? [ver vídeo]
Los que queda del cinturón de hierro
Actualmente las ruinas de lo que fue la defensa de Bilbao, El Cinturón de Hierro, es un bien histórico que se conserva en algunos lugares de Bizkaia. Especialmente se encuentran en buen estado los búnkeres y las trincheras de la zona de Llodio, Zierbena y Berango-Sopela
Berango-Sopela
Los municipios de Berango y Sopela formaban parte del 5º Sector, que estaba compuesto por tres organizaciones o centros de resistencia principales que son los de Artebakarra, Unbe y Sopela y dos cortinas frontales; la «cortina de Urrusti» y la «cortina de Erandio». Esta zona nunca fue ocupada ni llegó a entrar en combate durante la Guerra Civil.
zIERBENA
El municipio de Zierbena estaba integrado dentro del 1º Sector, que a su vez se dividía en dos subsectores, el subsector norte con organización o centro de resistencia en Punta Lucero y el subsector sur, formado por grandes guardias en las cumbres.
LLODIO
El municipio de Llodio estaba integrado dentro del 3º Sector, que estaba compuesto por tres subsectores denominados subsector de Zollo, subsector de Miravalles y subsector de Upo. Esta zona nunca fue ocupada ni llegó a haber combates durante la Guerra Civil.