Por luis miguel barcenilla / iñigo morete
Carles Puigdemont (Amer, Girona, 1962). El 12 de enero de 2016 se convierte en el President de la Generalitat de Catalunya. El 1 de octubre de 2017 impulsa la celebración del referéndum de independencia. El 27 del mismo mes proclama la DUI (declaración unilateral de independencia), y al mismo tiempo, unos segundos después, la congela. El Senado, la Cámara Alta del Parlamento español aprueba la aplicación del art. 155, que se aplica el 28 de octubre. El 29 de octubre Carles Puigdemont se exilia.
Actualmente, Puigdemont es eurodiputado en el Parlamento Europeo, elegido en urnas en 2019 encabezando la lista de Lliures per Europa. Ciudadanos y PP intentaron vetar su candidatura a través de Junta Electoral Central, pero los tribunales le dieron la razón. Recogió su acta en enero de 2020.
Nos atiende desde Bélgica, creemos. Donde pasa el confinamiento con su familia, trabajando junto al President Quim Torra en la distancia y reconociendo que esta situación (la del confinamiento) para él “no es algo nuevo”.
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Lo primero es preguntarle sobre la situación actual, ¿cómo está pasando la cuarentena?
No hay gran ruptura con lo que vengo haciendo desde hace 2 años y medio, he vivido y vivo en un confinamiento. Durante incluso meses, muchas semanas sin salir de casa. Hay algo mejor: estoy con mi familia desde el 13 de marzo, que pudieron venir. Puedo estar un tiempo con mis hijas y mi mujer, con quienes normalmente no puedo estar.
¿Cómo ha recibido la noticia de que se admiten los recursos de amparo de independentistas condenados? ¿Frena esto el alcanzar instancias europeas?
Exactamente así. Lo he vivido como mis compañeros en la cárcel, que han sido muy explícitos. Es una maniobra más para dilatar al máximo para la llegada a los tribunales europeos, de los que sabemos dos cosas: son independientes (pudiendo acertar o no) y van a condenar a España. Han aceptado a trámite el mismo día este recurso, presentado mucho antes, el mismo día que han aceptado el recurso de Vox presentado por el estado de alarma. El cálculo de tiempos del Tribunal Constitucional es un indicador de que no es un tribunal independiente o imparcial.
¿Qué tiene que decir de las declaraciones de cierto sector independentista de nominar Coronavirus de Madrid al COVID como Donald Trump, que lo denomina Virus de Wuham?
No he visto ni oído esta denominación y evidentemente si alguien la ha hecho, no solo es desafortunada, es injusta. Unas declaraciones de China catalogaron al movimiento de Hong Kong como un virus político. Comparar a discrepantes o disidentes políticos con un virus no es propio de demócratas. Ya lo hacía Josep Borrel hablando de desinfectar Cataluña, tratándonos casi como leprosos. Se puede hacer juegos de palabras en el terreno de las redes sociales o el meme: Corinna-virus o el virus de la Corona. No es el lenguaje de los políticos.
¿Cómo valora la gestión del coronavirus de Quim Torra? ¿Cree oportuno mantener un rifirrafe con Pedro Sánchez en mitad de una pandemia? ¿Entiende el movimiento de ERC hacia la posición de JxCat en el apoyo al estado de alarma? CLIC ↓
Puigdemont, al igual que sus compañeros, ha sido tildado por parte de la sociedad y grupos políticos como “anticonstitucionalistas”; “quieren romper españa” e, incluso, como “terroristas”, ¿qué opinión le merece?
Llevamos muchos años coexistiendo con descalificaciones, insultos y fake news. Me preocupa y entristece que la narrativa que se proyecta contra disidentes políticos, simplemente por serlo a su lógica, sea tan aberrante y tan alejada de la realidad como la que describen. Esos epítetos que nos dedican. Es su problema si creen que somos un grupo de gente enloquecida, supremacista, antieuropea… cuando choquen con la realidad no entenderán nada.
Es una estrategia de confrontación bastante infantil. En un mundo donde la información fluye en tiempo real es absurdo forzar una narrativa propagandística tan alejada de la realidad. No diré que ni nos inmutamos, no es cierto, pero lo damos por amortizado. (Risa) Es la batalla por la colonización del imaginario. La sociedad catalana ha demostrado que no se deja colonizar por ese imaginario, y a las elecciones me remito.
Vemos a las derechas haciendo política a golpe de ETA, de Venezuela, de bandera de España. Se hacen acusaciones graves, por parte de Santiago Abascal y Pablo Casado. ¿Cree que esta es la oposición que merecen los ciudadanos? CLIC ↓
Gestión política
¿Asesora Puigdemont a Quim Torra?
Desde el inicio de la crisis, incluso antes del decreto de confinamiento, tenemos una reunión a primer hora de la mañana con el equipo del president Torra. También con representantes del mundo más local. Para discutir la realidad actual y definir la estrategia. La comunicación con Torra es diaria y permanente. Más allá, he decidido tener un papel secundario públicamente porque le tocaba liderar a Quim Torra. Le tocaba al president Torra enviar mensajes en estos momentos delicados, sin distorsión. Lo que yo pueda decir podría introducir ruido innecesario en un momento en el que la prioridad es atender a la gente.
No considera a PP y Ciudadanos como organizaciones fascistas. ¿Considera a Vox una organización fascista? Se ha perseguido el independentismo catalán y vasco, ¿se debiera de perseguir el fascismo de Vox? CLIC ↓
Si considera a Vox una organización fascista, ¿caben en nuestra democracia o tendrían hueco en una democrática República Catalana?
Es un debate complejo que ni siquiera en Alemania está resuelto a pesar de estar prohibidos ciertos símbolos y ciertos partidos. A ellos se les han colado, por los resquicios que tiene un sistema democrático, alguna formación casi filonazi. ¿Dónde están los límites? Mi tendencia es liberal: gestionar las discrepancias dentro del sistema y no expulsar o negar una realidad que existe.
El problema de Vox no es que se pueda votar, es que exista población que crea que es la solución. Para mí los Derechos Humanos, la carta de las Naciones Unidas, son el límite a la hora de decidir qué se prohíbe. Lo que más me preocupa es la falta de consenso, no solo política, también social, en temas como la inmigración, la lucha contra la pobreza o el cambio climático, las desigualdades en general. Este terreno es el campo de cultivo donde crecen fenómenos como Vox. Si llegamos tarde y solo queda prohibir, no será lo más inteligente en un sistema democrático. En una Cataluña independiente nunca cabrá un partido que pida instaurar la pena de muerte. Son conquistas universales.
Situación del procés en el contexto actual; libertades de expresión y persecución ideológica
Recientemente el Consell por la República, órgano que Puigdemont preside en el exilio, y que tiene como fin la Independencia, ha denunciado ataques informáticos. Si así ha sido, ¿qué objetivos tienen esos ataques y quiénes creen que están detrás de estos mismos? ¿Qué objetivos tiene la tecnología?
Empezando por la segunda. Llevamos no sólo preconizando, sino practicando el uso de la tecnología y así modernizar la gobernanza democrática. De otra forma: no se puede gobernar de forma moderna sin tener en cuenta estas herramientas. No pasa por replicar el modelo tradicional y meterlo dentro de la red, un error, sino adaptar el modelo a las potencialidades de la tecnología. Ya no tiene sentido el debate entre democracia participativa o representativa, hay que abrir la puerta al nuevo papel ciudadano de la democracia directa. Luego están los enemigos de este avance, gente reaccionaria con miedo a que el Estado pierda poder a favor del ciudadano.
Los últimos ataques se sitúan en origen en un área de Badalona cercana a la Delegación de Hacienda. No sabría decir con precisión quién está detrás o el origen mismo de los ataques. La intencionalidad está clara, quién lo ha dirigido, no lo sé (risas).
Entonces, ¿se podría presidir un país vía Skype?
Claro. Se está gestionando la peor crisis de la humanidad después de la Segunda Guerra Mundial, por WhatsApp y por Skype. Hay reuniones de ministros, de jefes de Estado, plenos… En consejero de Exteriores de Cataluña fue nombrado vía telemática. Pero antes de la crisis así era. ¿Qué parte de sus labores no se hacían telegobernando o telereuniéndose o teledecidiendo? Hace más de 20 años que la tecnología lo permite, el reto es cultural.
También ha alertado usted a la Comisión Europea que en España se están poniendo en peligro la libertad de expresión. ¿Cree que una crítica política está a la altura de un bulo o una noticia falsa que pudiera ser perjudicial para ciertos sectores sociales? ¿Acepta un bulo como una opinión más?
Los bulos van a existir siempre. No soy partidario, sin embargo, de la creación de una autoridad censora. No se puede poner puertas al campo. El individuo debe codificar y defenderse ante eso. ¿Cuándo un bulo no ha servido para informar mejor? Yo recuerdo un programa muy polémico en Cataluña, Camaleón, antes de Internet. El presentador del informativo, tras unos minutos, hizo un Breaking News y habló con todo lujo de detalles sobre un golpe de Estado en la Unión Soviética. Una hora después explicaron que era una experiencia para exponer la facilidad de manipular.
La sobreprotección de los ciudadanos para que no le cuelen bulos es contraproducente. El ciudadano debe tener esa conciencia: le pueden manipular sin mentirle. Han dicho barbaridades sobre mí. Un ejemplo doloroso fue Informe Semanal, algo serio. Acompañaron unas imágenes mías con la banda sonora del exorcista. ¿Es esto un bulo? No. Pero todos tenemos claro qué querían comunicar con ello. Defiendo la libertad de que RTVE difunda así la imagen de «Puigdemont», pero quiero libertad para quejarme.
¿Cree que la pandemia está sirviendo como excusa para implantar una serie de restricciones en derechos y libertades? CLIC ↓
¿Las redes sociales son la nueva arma de manipulación ciudadana? ¿Qué opina Puigdemont?
Pueden serlo y pueden ser lo contrario. Los periódicos en papel, cuanso salieron antes de la Primera Guerra Mundial, eran armas de manipulación masiva y la prueba es que todos los partidos políticos tenían su cabecera. Pero también eran una importantísima arma de liberalización de la información y de democratización de esta, y me quedo con eso.
No hay una forma de controlar el uso de las redes sociales, la forma más eficaz es la individual, y hay que educar ciudadanos críticos, que sepan tener un protocolo de autoprotección ante esta radiación diaria de propaganda y toxicidad informativa. Pero esto ya pasaba desde antes, muchas de las televisiones españolas son un gran fábrica de toxicidad informativa que alimenta el imaginario de los ciudadanos. Culpabilizar a las redes sociales es equivocarse de enemigo, el problema es la intención.
La República catalana de Puigdemont ¿Para quién es? ¿Para los nietos de los sindicalistas de la Canadiense o para los que tienen apellidos infinitos y aristocráticos?
En Cataluña, por suerte, ese debate de los apellidos solo lo han hecho los que son contrarios al derecho de autodeterminación. Porque los que reivindicamos la nación y el derecho a la independencia, desde hace más de un siglo hemos combatido eso, entre otras cosas porque no existe esa cadena de apellidos catalanes. Todos, incluso yo mismo, somos resultado de una mezcla que viene de muchas décadas y siglos atrás. El 70% de los catalanes tenemos el padre o la madre o ambos, con orígenes fuera de Cataluña. Esto es para todos. No solo para todos los que hay, para todos los que quieran estar.
Este debate de la voluntariedad de la ciudadanía es un debate muy interesante del siglo XXI. ¿Es el hecho de ser ciudadano español el último acto de violencia que tiene el Estado sobre nuestras vidas? ¿Estoy obligado a morir español porque he nacido español? ¿No puedo cambiar eso por no sentirme a gusto con mi identidad nacional? Yo creo que es un debate que hay que poner encima de la mesa, y que la República Catalana resuelve bien. La República es para quien quiera ser catalán. Las clases medias-bajas -la clase obrera- es la protagonista y va a ser la protagonista en la República catalana. Quien quiera sentirse español puede estar en Cataluña y eso no es incompatible.
Si pudiera volver al 10 de octubre de 2017, o a negociaciones pasados con el estado Español, ¿cambiaría algo? CLIC ↓
SR. puigdemont, ¿SÍ O NO?
- Ingreso Mínimo Vital: SÍ
- Ley de Seguridad Ciudadana o Ley mordaza: NO
- Nacionalización de empresas en esta situación: SÍ
- Unilateralidad: No la voy a descartar nunca.
- Le dejamos matizar, amnistía: SÍ. Debe haber amnistía pero como parte de un paquete de solución política.
La última pregunta siempre la dejamos para que los invitados digan lo que quieran. Allá vamos, Puigdemont.
A raíz de algunas de las preguntas y reflexiones, nos encaramos a una sociedad, a una era, en la que la responsabilidad individual y la auto soberanía deben ser protagonistas. Por tanto, reclamamos al Estado que deje de tratarnos como menores de edad, que asuma que somos mayores, por acceso a la información o por los recursos que tenemos en la mano. Y asumir nuestro rol de responsables, solo de esta forma podremos entender que el Estado no tiene que ser el destinatario y el origen de los cambios.