Tibieza, bluf: Por favor, Sánchez, no puedo pagar el alquiler

Alquiler

Bluf, según el DRAE, archienemigo público número uno de la lengua, es una «operación propagandística preparada para presentar con ostentación a una persona o cosa que no cumple las expectativas prometidas». Bluf. Tras unas, presumiblemente, duras negociaciones, Unidas Podemos sacó desde su minoría parlamentaria y su pequeña representación en el Consejo de Ministros, según dicen, los higadillos a su todopoderoso socio, el PSOE. Los higadillos: han llegado a un acuerdo para sacar adelante los presupuestos tras debatir el último escollo, la Ley de Vivienda. Los grandes propietarios no podrán alquilar viviendas por encima del índice de referencia y se gravarán las viviendas vacías. Se contempla una rebaja en los beneficios de los grandes caseros. Parece que también se redefinirá el concepto ‘vivienda vacía’.

Detalles. Punto de partida, según agentes como el Sindicat de Llogateres. Algo es algo. Menos es nada. Y la celebración de los que querían asaltar los tabiques, pero solo han tomado los sofás, ha estado cerca del gol de Iniesta. Solo ha sido una filigrana: la foto, la urna y el inicio del ciclo electoral. Y las competencias en manos de administraciones de las autonomías, neoliberalísimas como norma.

Por favor, Pedro [Sánchez], no puedo pagar el alquiler.

Ione [Belarra], por favor.

🙁

Lejos del avance que pueda suponer limitar el precio de los alquileres, detengámonos en quiénes habrán de llevarlo a cabo. Se especifica, según las últimas informaciones, que aquellos propietarios que posean diez inmuebles estarán obligados a atenerse a los índices del ministerio de Transportes, en manos de Raquel Sánchez Jiménez (PSC). ¿Quién posee diez activos inmobiliarios? Miren a su alrededor, ¿ven alguno? ¿Quizá su casero? ¿Solamente él? Ah, que también tienes un conocido que es rentista porque ha ido heredando apartamentos. Y uno le tocó en el concurso Un, dos, tres. Ah, y también garajes. ¿Cómo? No me digas que obliga a pagar en negro el precio por habitación a los inquilinos. ¿Y, entonces?

Por favor, Sánchez, no puedo pagar el alquiler.

🙁

Y entonces llega este, y sin previo aviso, declara ante la prensa otro bluf.

Bluf-bluf-bluf.

Encadenamiento de tibiezas.

Una virguería para la galería.

Vicente Vallés podrá llamar al desorden público por la limitación de las libertades para la extorsión social y, en sus antípodas, volarán tuits de jolgorio y alegría. Bien lo merecerían 250 euros más para cada joven.

Por favor, Sánchez, no puedo pagar el alquiler.

Sin embargo, la medida, que aún no se ha hecho efectiva, es una forma torpe de redistribución de la riqueza en vertical y hacia arriba. Esos 250 euros podrán ser inflados en el precio de la vivienda porque claro, el megapropietario de tu piso, que tiene otros cuatro, dice que un amigo que tiene otros seis está subiendo los precios. Y lo hace porque dicen que los bolsillos de los jóvenes están más llenos. En resumen, ellos más y tu igual o peor.

«Los 250 euros para ayudas al alquiler son una medida torpe de redistribución de la riqueza hacia arriba, en vertical»

Veremos a treintañeros, por cierto, no recibir esos 250 euros y tener que permanecer, crónicamente, viviendo como estudiantes, infantilizados, si poder proyectar una vida adulta: yendo y viniendo de la casa de los padres, en la mejor de las situaciones.

¿Os imagináis, Pedro y Ione, dar un volantazo y apostar por un futuro estable, cambiando el paradigma de gobierno cortoplacista y electoral, por ejemplo, construyendo más parque social inmobiliario al alcance de los precarizados décadas atrás? ¿No? Yo tampoco.

Por favor, Sánchez, no puedo pagar el alquiler.

Casado ha creado el grupo ‘Mi pisito en Benidorm no me lo tocan’.

Mientras, los jóvenes madrileños deberían destinar el 105 por ciento de su sueldo para cubrir el alquiler medio en la región, de 1.176 euros, dato del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España. Si analizamos el total de la población que vive bajo un régimen de alquiler, en Barcelona destinan el 55% sueldo bruto, en Gipuzkoa el 54%, en la ciudad de Madrid el 50% y en Bizkaia el 46%. Siguen en la lista de desgracias Illes Balears (44%), Araba (42%), Las Palmas (39%), Girona (39%), Sevilla (39%) y Cantabria (39%).

Del trabajar para vivir al trabajar para, simplemente, maldormir pensando en cómo pagarás el siguiente mes: si quitándote poniendo una lavadora a las dos de la madrugada o el lavavajillas a las dos y media.

Pedro, por favor, no puedo pagar el alquiler.