El cambio de color en la Casa Blanca no significa el fin del trumpismo, un paradigma político muy ligado a la problemática de la clase trabajadora industrial de Estados Unidos

El cambio de color en la Casa Blanca no significa el fin del trumpismo, un paradigma político muy ligado a la problemática de la clase trabajadora industrial de Estados Unidos
El próximo 6 de diciembre hay elecciones en Venezuela. La oposición lleva tiempo exigiendo elecciones. Una vez llegada la fecha de uno de los ansiados comicios, han decidido no participar. En esta ocasión es que parte de la oposición y uno de sus líderes, Capriles, sí que se van a presentar. Ha sucedido tras el último movimiento de Maduro que parece que, por ahora, divide y vence.
Mañana, los vascos y vascas acudiremos a las urnas en una situación sin precedentes, donde la mascarilla cobrará más importancia que la papeleta. Aquellas elecciones que quedaron congeladas el 5 de abril y que tanta polémica ha generado su celebración, por fin, ofrecerán a la ciudadanía la opción de sufragar. ¿Sufragio universal? Sufragio sincovid. Si eres positivo has perdido tu derecho a votar. En Euskadi no podrán hacerlo al menos 200 personas.
Hace ya una semana de las elecciones generales y desde entonces no paro de recordar el ‘quiero que te quiero verde’ que sonó en la radio hace ya muchos años en el coche de mi abuelo en uno de esos trayectos veraniegos de la playa de la Torre a la Casa.
Cinco largos meses de negociaciones entre PSOE y Podemos, entre Sánchez e Iglesias. Donde se ha hablado de sillones, de cargos y de pocas propuestas. Aún así la gran mayoría pensábamos que esto se cerraría en los últimos días, no ha sido así. Nos vamos a elecciones, otra vez, por la irresponsabilidad de nuestros políticos.
«Antes de acostarse sale al balcón en el que, por las noches, observa España. En su España imagina el Palacio Táuride reemplazando el Ayuntamiento de Madrid. Allí, Lenin. Suena la puerta. Ha pedido un Glovo. Hamburguesa de un euro y Fairy. Inda lo acaba de publicar y se está chivando a Marhuenda.»
Santiago Abascal está tirado en la cama de un conocido hotel de Madrid capital. En la mesilla de noche aún reposa un habano mal apagado contra el cenicero. La tele está encendida: alguien ha puesto LaSexta. Suena el despertador de su Huawei casi comunista.
24 horas antes del temido 28 de abril y nueves meses después de la “empalmante” moción de censura. Pedro Sánchez descansa en el salón principal de la Moncloa y añora su pisito en Pozuelo de Alarcón. En pantalón de pijama pero con la corbata roja al cuello. Hoy no se la quita
Jon Inarritu García (Leioa, Bizkaia, 1979) es un político vasco, concretamente, hasta hoy, senador de EH Bildu y número dos en las listas al Congreso por Gipuzkoa. Defensor de los presos políticos catalanes y crítico con el Estado español, el senador es contundente: cree en la democracia de manera radical.
El rapero catalán repasa toda la actualidad en una entrevista en La Mordaza. Hasél, acusado a 2 años de cárcel y esperando nuevos juicios, habla sin pelos en la lengua, sin dejar indiferente a nadie.