La palabra tecnología está socialmente asociada con China y ante la crisis mundial de microchips todos apuntamos al país asiático, pero la atención debería estar fijada en los Países Bajos.

La palabra tecnología está socialmente asociada con China y ante la crisis mundial de microchips todos apuntamos al país asiático, pero la atención debería estar fijada en los Países Bajos.
Ocurrió con Lehman Brothers, pero esta vez el protagonista es Evergrande, el mayor promotor inmobiliario del gigante asiático.
El 16 de mayo de 1966, el mítico líder Mao Zedong dio comienzo a una campaña que se tornó en una revolución violenta en contra de todo elemento capitalista, revisionista y burgués que amenazaba la doctrina maoísta.
Para entender el statu quo de un modelo económico y social tan particular, hay que remontarse varios años atrás. Tras la muerte de Mao Zedong en 1976, Den Xiaoping cambió el destino del país oriental, dando inicio a la gran «Reforma y Apertura» que instauró el célebre «socialismo con características chinas».
El control de la pandemia es fundamental para garantizar un crecimiento económico estable a largo plazo. Los países asiáticos han dado con las claves para ello.
Desde el inicio de la pandemia todos hemos tenido algo claro: el mundo iba a cambiar. El fuerte impacto inicial en el Atlántico norte, la responsabilidad que se le achacó a China, el posterior éxito de su gestión planificada, la generosidad cubana o la reconstrucción de la economía europea han afectado notablemente a la geopolítica postconfinamiento.