Comienza el 2021 con los mismos problemas que el resto de años. Entre ellos, la individualización de la sociedad. Los raveros de Llinars gritaban proclamas individualistas: “¡Estamos escuchando música, tenemos todo el derecho, no somos ilegales, tenemos alma, no hay peleas!”. Pedían ‘libertad’. ¿Libertad para qué?
