Oihana López
La Hermana María Canel es una mujer religiosa que ha pertenecido a la congregación Pureza de María desde joven. Sin embargo, esa parte de su vida no le ha impedido convertirse a la vez en la mujer científica que es. Con dos carreras del ámbito biosanitario imparte clases de anatomía y de biología en el centro que también dirige.
Hoy buscamos relacionar esos dos caminos por los cuales la Hermana María ha comprendido su vida y hablamos sobre la gran polémica actual de «Ciencia vs. Religión». ¿Son compatibles o se oponen?
¿La religión niega la ciencia?
Evidentemente no. Los cristianos creemos en Dios. En Dios como creador de lo conocido. Pero eso no significa que haya creado todo lo que conocemos hoy en día. La religión no niega la ciencia. Es más, la religión la apoya en muchos sentidos.
Se puede ser creyente y científico, entonces.
Claramente. Partiendo que se tratan de dos ámbitos de la vida que no se contradicen existen muchas personas científicas y creyentes. La religión es fe. Es como intentar aplicar pasos del método científico al amor. Medir con previsiones lo que ocurrirá al enamorarnos. Está claro, tal y como demuestra la historia, que el camino del estudio de la ciencia puede llevar a caminos completamente distintos: la fe o el ateísmo.
He conocido a muchos científicos ateos y a muchos otros creyentes. No quiere decir que los ateos fueran mejores científicos que los creyentes o a la inversa. Lo que quiere decir es que la religión y la ciencia no son aspectos que definan a personas completamente distintas. Son dos características propias de una persona. Son dos opciones a escoger por los humanos.
Es bello tanto hallar respuestas como no llegar al conocimiento. Dios nos ha dado la capacidad de creer. El poder de decidir si creer o no en el.
¿La Biblia niega la ciencia, Hermana?
Este es un tema muy discutido. Primero he de decir que la biblia se estudia. Pero no se estudia como cualquier otro libro, ni se le aplica el método científico, principalmente porque no se puede. Se le aplica el método bíblico, que es un tanto diferente del científico, político o del histórico, y sin embargo, ha sido el libro más estudiado por estos tres métodos.
La gran mayoría de personas conciben la biblia como una recopilación de historias de la época que a veces ocultan una lección moral entre sus páginas. Sin embargo, la biblia hay que saber leerla.
No se trata de un libro que se lea al pie de la letra, sino que hay que jugar con él. Hay que buscar las metáforas, la forma de explicarlo, de leerlo. Hay que buscar el sentido, la información oculta tras las oraciones viejas. En conclusión: la biblia no niega la ciencia y para ello pongo el ejemplo del Rey Salomón.
¿El Rey Salomón?
El Rey Salomón le pide a Dios sabiduría para salvar a su pueblo de la destrucción. Dios como en otras muchas historias le otorga ese don. Con esto quiero decir que en la Biblia no se elimina el pensamiento científico. Dios quiere que dudemos de él, que investiguemos, que pensemos. Si Dios nos regaló la libertad y el libre albedrío fue para que decidimos por nuestra propia cuenta si creer o no en él. Dios, y por ende la biblia, ensalza a la sabiduría. No la prohíbe.
De forma literaria…
La biblia utiliza parábolas para explicar los diferentes fenómenos de la tierra, pero que narre historias de forma literaria no implica que sea más o menos cierto, simplemente que hay que saber leerlo. Por ejemplo, Jesús para dar a entender su mensaje de «amor al prójimo» utiliza diferentes parábolas, historias narradas en una base ficticia. ¿No nos enseñan esas historias una moraleja? Acaso desde que somos pequeños ¿Nuestras madres no nos leían cuentos antes de dormir de los cuales había que extraer una moraleja que se convertiría en lección y pondremos en práctica? Dios utiliza la Biblia de la misma manera, al igual que Jesús lo hizo con sus parábolas.
¿La Iglesia como institución sigue interpretando la biblia al pie de la letra?
La institución ha evolucionado. La iglesia se ha modernizado al compás de la sociedad. Ha pedido perdón por errores del pasado y ha procurado ir al ritmo de los últimos tiempos. La iglesia fue una misión de Jesús. Una misión con un objetivo bueno y común que debía expandirse por el mundo. Que algunos mensajes hayan sido malinterpretados no quiere decir que la iglesia continúe con ese pensamiento.
¿Creacionismo vs. Evolucionismo?
Los seres humanos tenemos la tendencia de contraponerlo todo. De elegir un solo bando y generalizar. Sin embargo, estas dos teorías que en un principio pueden parecer totalmente contrarias, al final dan a conocer lo mismo. Tal y como he mencionado algunas veces la biblia es «un libro de libros» que cuenta tanto historias ciertas como ficticias.
El génesis dice que «Dios cogió barro». Con ese barro está queriendo transmitir que Dios creó al ser humano a partir de algo. No se dio de repente, de la nada, sino que habla de un proceso evolutivo de un ser anterior. Más tarde en el mismo versículo continúa diciendo «sopló aliento de vida».
Los chimpancés pueden cuidar de sus crías en un instinto maternal, pero también pueden abandonarlas en un instinto de supervivencia. Ese aliento de vida del que habla la biblia se refiere a esa capacidad otorgada por Dios a los seres humanos de poder anteponerse a esos instintos básicos que poseemos como animales. Somos capaces de razonar y comprender en vez de dejarnos llevar por impulsos.
Con ese «soplo de vida» Dios nos dio la capacidad de ser libres y razonar, actuar con un proceso mental previo. Eso en ningún momento niega la evolución ¿no?
Con dolor parirás hijos…
Eso también tiene una explicación muy científica. Los chimpancés sufrieron un proceso de hominización. Es decir, comenzaron a hacerse humanos y para ello tuvo que pasar mucho tiempo y tuvieron que desencadenarse diferentes alteraciones en su fisiología que formaron los seres humanos como los conocemos hoy en día. Uno de ellos es la encefalización, es decir el crecimiento del cráneo. Otro de ellos, el comenzar a caminar a dos patas, lo que provocó una reducción de la amplitud de las caderas, provocando un parto más doloroso.
Los chimpancés apenas sufren en el parto, mientras que los seres humanos deben ser anestesiados y tratados para que sea lo menos doloroso posible. ¿Qué vemos aquí? Que la Biblia no sólo NO niega el proceso evolutivo sino que lo apoya y nos diferencia del resto de seres.
Si tuvieras que renunciar a tu fe o a tu carrera como científica, ¿a cuál renunciarías, Hermana?
Es absurdo. La fe es un estilo de vida, es ser, es vivir. Mi vida está dedicada a la fe. He sufrido una gran desactualización científica. Es como una ama de casa que antes tocaba el piano, y que ahora al ser madre se dedica exclusivamente al trabajo de casa ya sus tres hijos. No toca el piano ahora, pero en algún momento volverá a tocar.