Euskal presoak, Euskal Herrira

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La dispersión volvió a causar un nuevo accidente de tráfico el pasado día 25 de septiembre. Dos amigos del preso de Bilbo Ibai Beobide Arza sufrieron un accidente cuando acudían a la visita a la prisión de Puerto III, en Cádiz. El suceso tuvo leves consecuencias y, según informa Etxerat (asociación de familiares y allegados de presos vascos) «a pesar de los dolores y malestar que sufrían como consecuencia del fuerte impacto, continuaron el viaje para poder llegar a la visita». Las últimas víctimas, por ahora, de la dispersión.

Política de dispersión

La política de dispersión de presos etarras se puso en marcha 1988, como estrategia de la lucha antiterrorista para evitar no solamente la comunicación entre ellos sino, que desde el interior de las cárceles se diesen órdenes concretas para asesinatos y otros atentados. A día de hoy, que la banda terrorista lleva disuelta algo más de dos años y, según los datos que publica Etxerat, 187 presos de ETA se encuentran dispersos por las cárceles españolas y 34 en las francesas.

En total son 221 familias las que se ven obligadas a recorrer hasta 1100km para poder visitar a los presos, en jornadas de 24 horas al volante para reunirse durante 40 minutos, a través de un cristal, con un ser querido. Estos largos viajes dejan tristes datos como los 348 accidentes que contabiliza Etxerat desde el comienzo de la dispersión y los 944 familiares y allegados que los han sufrido. 16 de ellos, víctimas mortales.

La condena de ser familiar

«La situación de nuestros familiares en el exilio, la cárcel y la deportación nos enfrenta a la vulneración de sus derechos, pero también vemos vulnerados los nuestros por no renunciar a nuestros lazos afectivos», señala Etxerat. La dispersión castiga a los familiares de manera que lastra sus vidas de forma psicológica, económica y social. No solo no se está favoreciendo la inserción del preso en la sociedad, sino que se está imponiendo una pena a la familia que tendrá que cumplir hasta que el recluso salga de la cárcel.

Las familias y los propios presos son una parte fundamental para el restablecimiento de la convivencia y mientras haya viajes interminables y peligrosos, no será posible que una parte del relato pueda acercarse a la normalidad. Desde Etxerat la petición es clara: «Exigimos el respeto a los derechos de todas las personas como paso indispensable hacia la resolución y la paz».

Legislación

Estas políticas de dispersión están avaladas por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos cuando la agrupación de los presos pueda suponer un peligro, algo que tras la disolución de ETA no ocurre. Además, sin este peligro, el alejamiento de los presos de su lugar de arraigo supone añadir un mal a esas penas que, además de restringir el derecho al respeto a la vida familiar (artículo 8 del Convenio Europeo de Derechos Humanos) debilita seriamente el principio de culpabilidad.

La Ley General Penitenciaria establece en el artículo 59, que se procurará, en la medida de lo posible, desarrollar en ellos una actitud de respeto a sí mismos y de responsabilidad individual y social con respecto a su familia, al prójimo y a la sociedad en general. Por lo tanto, son los Gobiernos y más concretamente los Ministerios de Interior, los que no están cumpliendo la Ley.

Acercamientos

La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias ha aprobado este viernes otro nuevo acercamiento para seis presos de ETA. Desde que Pedro Sánchez llegó al Gobierno son 74 los presos que han sido acercados a cárceles del norte.  Parece que paso a paso, se está dando un salto que propicia un respiro a cientos de familias. Porque no es lo mismo viajar hasta Burgos para 40 minutos de visita, que hacerlo hasta Cádiz.

Los tiempos han cambiado. ETA se ha disuelto, “Patria” está de moda y la palabra estrella es “convivencia”.  Los tiempos han cambiado y los Gobiernos deben asumirlo. El acercamiento de presos es una ley que se debe cumplir, es una condena que las familias no tienen que pagar. No estamos hablando de perdón, ni de amnistía, solo de justicia. El descanso de unas familias que ven mermada su economía y su salud en largas horas de carretera. El acercamiento de presos es un derecho. Euskal presoak, Euskal Herrira.