Día del Periodismo: poco que celebrar

SAMUEL BRITO

Este día, 24 de enero, se celebra en España el Día del Periodista, en honor a San Francisco de Sales, patrón del mismo oficio y de los escritores. Una fecha importante para recordar la labor de una prensa libre y responsable. Es por ello que es necesario reflexionar sobre qué es el periodismo. La RAE lo define como “actividad profesional que consiste en la obtención, tratamiento, interpretación y difusión de informaciones a través de cualquier medio escrito, oral, visual o gráfico”. El diccionario de Cambridge, en cambio, define periodismo como “el trabajo de informar las noticias”. Sea como fuere, es un día para pensar en el papel del periodismo en nuestra sociedad.

Clima desfavorable

Reporteros Sin Fronteras es una organización independiente en lucha por la libertad de información y prensa. Su conocido ranking ofrece una visión objetiva de la situación de cada país en esta materia. En el caso español, el país ocupa el puesto número 29. El título del ranking, Odio a los periodistas, también en España, refleja el sentimiento hostil hacia los profesionales de la información. La politización en Cataluña y los juicios por injurias a la corona y ofensas a los sentimientos religiosos han creado un clima muy desfavorable para la libertad de información.

Una de las claves para esta libertad es poseer unos medios de comunicación afines a unos principios. Según Ethical Journalism Network, estos son los 5 principios: verdad y precisión, independencia, imparcialidad, humanidad y responsabilidad.

No seguir los principios

En España existen numerosos ejemplos de medios de comunicación que no siguen estos principios, debido a que son propiedad de empresas externas, manejadas por el beneficio de grandes corporaciones.

Uno de los periódicos de información generalista más leído es El País, del grupo PRISA. A su vez pertenece a un fondo especulativo de EEUU, Liberty Acquisition Holding, a un grupo catarí, tres bancos y dos fondos buitres, entre otros. El segundo, El Mundo, pertenece a Unidad Editorial. Se podría pensar que no hay medios externos que puedan influenciar y se equivocaría. Unidad Editorial entra dentro de otro grupo, RCS Mediagroup, un grupo editorial italiano. En cambio, ABC, uno de los medios más conservadores existentes en España, se constituye como sociedad anónima y su accionista mayoritario, Mezouna S.L., se dedica a la compra de fincas rurales y urbanas. Unos ejemplos perfectos para radiografiar la situación actual de la prensa: atada y bien atada.

Ni en televisión

En el caso de las televisiones, los mayores grupos de televisión en abierto son el grupo Mediaset y el grupo Atresmedia. Mediaset, por su parte, pertenece a un grupo italiano cuyo origen se remonta a Silvio Berlusconi. Atresmedia cuenta como accionista mayoritario a un grupo italoespañol, Planeta de Agostini. Ambos poseen una cuota de pantalla, así como un mercado publicitario que convierte la televisión en un duopolio sin pluralidad.

Consecuencias

Las consecuencias de este pobre panorama, sobre todo en los periódicos tradicionales, son la poca confianza en ellos y su lenta y continua agonía hacia la extinción. En un modo de mantener al muerto vivo un poco más, estos medios se han lanzado de cabeza al entorno digital con muchas expectativas y pocos resultados. En un momento en el que se leen las noticias, The New York Times supera los 6 millones de suscriptores, los empresarios ingenuos de las esferas altas piensan que es posible copiar la misma idea. El problema es que The New York Times ofrece información de calidad, mientras que aquí brilla más la cantidad. Si de verdad quieren copiar su modelo de negocio, primero debe de haber un cambio, recuperar la confianza en los medios y dejar de verlos como enemigos.

No solo los medios han atentado contra las libertades, también los gobiernos. La ‘Ley Mordaza’, que da nombre a nuestro medio, sigue siendo una fuerte amenaza contra la libertad de prensa, no solo para aquellos medios que desean informar si no también a los ciudadanos.

Este es un día en el que hay poco que celebrar y mucho que trabajar, en especial el ciudadano medio. Las personas tenemos el poder de cambiar las cosas con un simple gesto: apostar por aquellos medios que se comprometen con los principios básicos del periodismo. Aunque, en realidad, somos una sociedad en la que predomina más las fake news por redes sociales y los conspiranoicos de turno. Mientras tanto, los pocos que quedamos, seguimos en la resistencia por una información libre y plural.