LIBRES Y SIN MARRUECOS, entrevista a Bachari Mohamed Salem

¡Sahara libre! Es, desde hace veinticuatro años, su eterno cantar. Lo repite cada día y cada hora como una suerte de mantra incesante. Su alma arde como las vigorosas plumas del ave fénix que resurge de sus cenizas, y quiere echar a volar. Anhela recuperar aquello que, cuarenta y cinco años atrás, le fue arrebatado por las tropas de Hasán II. Hoy, Bachari ha regresado a los campamentos de Tinduf para luchar junto a su pueblo. La guerra ha comenzado.

Bachari Mohamed Salem Labeid salió de Wilaya Bojador (Sáhara Occidental) en el año 2003, siguiendo el programa Vacaciones en Paz. Al llegar a España lo acogió una familia almeriense y, tiempo después, se trasladó a Gernika-Lumo (País Vasco). El 15 de noviembre de este año, dos días después de la ruptura del alto el fuego y la declaración del estado de guerra, regresó al campamento saharaui Chaid Alhafed para unirse a «sus hermanos y hermanas» en el frente contra los marroquíes. Hoy se mantiene a la espera de recibir la llamada de sus superiores para ir a combatir al campo de batalla.

Su cabeza y cuello están ocultos tras un elzam azabachado -turbante típico del Sáhara Occidental-. En la parte inferior de su rostro, una cicatriz se extiende desde la comisura de sus labios hasta el nacimiento de su recortada barba oscura. «Tuve un accidente de moto en Jerez de la Frontera cuando tenía dieciséis años»-recuerda con aire jocoso. Su torso lo envuelve un polo de manga corta color verde pino, con las letras R.A.S.D. (República Árabe Saharaui Democrática)junto a la bandera del pueblo saharaui. A pesar de encontrarse en el corazón del desierto, en su casa de adobe no dormita el silencio sino los juguetones gritos de los niños que, oportunamente, dejan ver sus diminutos pies a través de la cámara del teléfono de Bachari.


Más de 250.000 personas concentradas durante más de cuatro décadas en los campamentos de refugiados de Tinduf. ¿Cómo se desarrolla la vida allí?

La vida es lenta y, hasta ahora, no había mucho afán de superación. También es cierto que no había muchas salidas antes. De hecho, hay mucha gente joven que se marcha a estudiar a la Universidad de Argelia, se graduaba y hasta hacen doctorados, pero al volver aquí se encuentran con que no tienen ni un trabajo con el que poder comer. Hay gente que, como yo, ha viajado al exterior y, con lo ahorrado, bien ha montado una tienda de ropa o alimentación, o bien ha comprado un camión para, sobre todo, transportar material de obra.

En el caso de las personas que no tienen a nadie en el extranjero que les mande dinero, viven únicamente de la ayuda humanitaria; una ayuda que cada vez se ha ido reduciendo más. Por eso, los que estamos fuera hacemos campañas de recogida de alimentos, pero no es suficiente porque, al final, tocan a un paquete de espaguetis por unidad familiar para todo el mes y las verduras que manda Argelia.

¿Cómo ha afectado la pandemia a los campamentos saharauis?

Aquí el material sanitario era muy escaso y hasta se nos acabó el paracetamol. Además, la ayuda humanitaria iba con retraso. Organizamos una caravana que tendría que haber salido de Almería en febrero y, prácticamente, acaba de partir. Incluso tuvimos que lanzar una petición urgente de mascarillas porque los sanitarios estaban días completos, a cincuenta grados, con la misma mascarilla quirúrgica. Los guantes se los cambiaban cuando se les rompían y ya de los privilegios del gel hidroalcohólico ni hablamos.

Las PCR tardaban en llegar dos semanas y eso es un problema porque los saharauis somos personas en contacto constante. Yendo de jaima en jaima, al día una persona infectada podía tener contacto estrecho con más de cincuenta personas. La gente solo acudía a los centros de salud cuando el virus ya había llegado a los pulmones y, nosotros aquí no tenemos respiradores. Por tanto, había que enviarlos a Argelia. Entre que hablábamos con sus hospitales y llegaban los pacientes, podía transcurrir alrededor de día y medio. Muchos se morían en el camino. Otros lograban curarse.

2.720 KILÓMETROS DE INFAMIA

Muy frecuentemente leemos en los medios de comunicación el término de “muro de seguridad” ¿Muro “de seguridad” o muro “de la vergüenza”?

No, no. (Ríe) Es un muro de la vergüenza. Incluso tiene más catalogaciones. En sus 2.720 kilómetros hay más de nueve millones de minas antipersona, lo que equivale a cuatro minas por metro cuadrado. Lo más gracioso es que cuando sacas las minas pone “ESPAÑA”. No sé qué ganan con esto, pero no van a poder con nosotros.

¿Muro “de seguridad” contra quién?

Esa es la pregunta, ¿contra quién? Es el muro minado más grande del mundo y el segundo más largo después de la Gran Muralla China. Lo pusieron contra 20.000 o 30.000 personas. Si no fuera por el apoyo en armamento y en personas de los países europeos, americanos e Israel, Marruecos tendría más que perdida la batalla.

ROMPER EL ALTO EL FUEGO

El pasado 13 de noviembre los marroquíes se trasladaron a Guerguerat para poner fin al bloqueo de la carretera de acceso a Mauritania, una ruta muy codiciada y transitada por Rabat como punto de salida al Océano Atlántico ¿Por qué allí?

La zona de Guerguerat, es territorio saharaui, a pesar de que la ONU la defina como zona de conflicto. Allí se encontraban, desde hacía unos veinte días, alrededor de 25 manifestantes (saharauis) que estaban haciendo una cadena humana para cerrar ese paso, mientras gritaban sus manifiestos y hacían sus muros de piedra. Al cabo de los días, Marruecos comenzó a tener grandes pérdidas. Debemos tener en cuenta que, esa brecha llevaba abierta desde el año 2001 y, a través de ella no solo circulaban la fruta y el pescado, sino también la droga marroquí y todas las personas que, posteriormente, viajarían en patera. Además, a través de esa brecha se movía buena parte de los negocios europeos, americanos y de todos los aliados de Marruecos, con el sur de África.

¿Qué pasó después?

En esos diecinueve años han ganado mucho dinero, demasiado. Así que, los saharauis, de forma pacífica, cerraron el paso. A los veinte días, Marruecos envió una fuerza especial al sur del Sáhara, se vistieron de paisanos y crearon campamentos a escasos metros de ellos para llamar la atención de la comunidad internacional. Después de estas provocaciones, decidieron abrir otra brecha, a través de la cual cruzaron nuevos soldados. Como vieron que no nos íbamos, pasaron ilegalmente al territorio saharaui, armados hasta los dientes. Era o ellos o nosotros. Estaban violando el alto el fuego del 91 y nosotros, durante todo este tiempo, nos hemos callado. Esto era una olla a presión desde hace tiempo y tenía que estallar.

¿Hasta qué punto se ha respetado el alto el fuego impuesto por la ONU en el año 1991?

En ese acuerdo de paz, a nosotros se nos prometió un referéndum y a ellos se les prometieron otras cosas. Ellos decían que estaban en paz con los terroristas saharauis, porque es así como nos llaman, pero lo cierto es que esa paz nunca ha existido. an violado a nuestras mujeres, maltratado a nuestros hijos y padres e incluso han condenado a cadena perpetua a civiles que, en su propio territorio, gritaban Sáhara Libre. Todo ello además de las torturas a los prisioneros saharauis y, en especial a las mujeres. Aquí ellas son la base de nuestra sociedad, imagínate pasar de vivir tan arriba a que un perro te trate de esa manera.

La ONU reconoce el derecho a la libre determinación de los pueblos, a fecha de hoy ¿esperáis la celebración del referéndum que se os prometió?

De forma pacífica no creo. Ahora, que se practique bajo el sonido del fusil… puede ser. Quizá se le da la espalda al invasor y se comienza a mirar por los intereses del invadido, pero eso solo se va a conseguir cuando se demuestre que el Sáhara va a ser libre por mérito propio.

Si ha habido vulneraciones previas de este alto el fuego antes de este mes de noviembre, ¿por qué el Ghali (presidente de la República Árabe Democrática Saharaui) ha tardado tanto en decretar el estado de guerra?

Uno de los grandes valores del pueblo saharaui es el honor. De él se deriva la palabra y por ello nosotros no íbamos a provocar a alguien que no nos hubiera hecho un daño visible. Tampoco somos ignorantes, sabemos que si no nos provocan de una forma clara, delante de toda la comunidad internacional, no podemos atacarles. Si el mundo, ya de por sí, está en contra de una población tan escasa como la nuestra, no íbamos a ser nosotros quienes violaran ese alto al fuego. Se ha hecho sobre todo en un sentido político y estratégico. A mí me parece bien. Es admirable la paciencia que los saharauis han tenido sabiendo que el alto el fuego ha sido el mayor error que han cometido, a pesar de los grandes progresos que hemos conseguido. Los jóvenes quieren volver a las armas, los mayores dicen que vivimos en un mundo de mentiras…es duro para la mente humana.

Ghali remitió una carta a la Asamblea General alegando que “el estado ocupante marroquí ha socavado cualquier posibilidad de lograr una solución pacífica y duradera” ¿Llegaréis con las armas hasta el final?

Por supuesto.

¿Y cuál es el “final”?

La liberación de Saguía el Hamra y del Río de Oro, es decir, del territorio saharaui. Protegeremos y mantendremos cada centímetro de nuestro territorio.

¿Ha llegado Marruecos a haceros, en algún momento, una oferta razonable y digna para resolver el conflicto de forma justa?

-No. Ellos querían un régimen autonómico y nosotros la independencia. Han tratado de destruirnos de mil y una maneras. Incluso han pagado a gente para meter aquí hachís alterado, quemar nuestros techos y sacar banderas marroquíes en medio de algunas bodas. De todos modos, esa gente dura poco, caen por su propio peso porque la gente saharaui tiene muy claro lo que es suyo.

A PROPÓSITO DE LA INDEPENDENCIA

La mayoría de los civiles son musulmanes suníes. Si el Sahara Occidental lograra la independencia ¿qué papel jugaría la religión a nivel institucional?

La religión es un valor que se siente. Nadie puede obligarte a abrazarlo. El islam es paz, no obliga y no maltrata. Para mi es una bendición que nos haya llegado esta religión, pero dudo mucho que, políticamente, el pueblo saharaui discrimine a personas no musulmanas. No puedo hablar de lo que haga la población entre ella porque eso ya no puedes controlarlo, pero, políticamente, me atrevo a decir que el Sáhara jamás permitirá que se discrimine a alguien por su raza o su religión.

¿Pero el estado saharaui sería un estado laico, aconfesional…?

Sinceramente, creo que la base de los valores y de la cultura saharui, siempre ha sido el islam. De hecho, de no haber sido por él, muchos ahora no sabríamos ni leer ni escribir porque nosotros empezamos con el Corán.

¿Se aplicaría la sharia -ley islámica-?

No creo que pase algo así porque conozco la mentalidad de nuestro pueblo y sé que los estatutos y las leyes se basarán en el respeto, ante todo. No se puede imponer algo así.

Casi el 80% de los saharauis han nacido después de 1975. Tenéis mano de obra joven, sin embargo vuestro PIB en relación a la renta per cápita está muy por debajo de la media. ¿Os avalarían las cifras económicas para que el Sáhara Occidental saliera adelante?

De sobra. En cuanto nuestro pueblo se libere, si Dios quiere, la economía va a ser muy considerable en el mundo, pero claro, eso no le interesa a la comunidad internacional.

¿Cómo limitaríais el intrusismo de las potencias extranjeras que controlan los caladeros, los fosfatos y el resto de recursos naturales de la región?

De raíz. De hecho, actualmente, se ha advertido a todos los países del mundo de que estamos en guerra y todo lo que tenga que ver con la tierra, el aire y el mar saharaui, está en guerra y está en peligro. No va a haber compasión con un avión u otro porque sea ruso o americano. Muchos inversores extranjeros se están marchando y yo animo al resto a que haga lo mismo porque muchos civiles tienen cabeza, pero hay otros que tienen tanto odio y están tan cansados que no sabemos cómo van a reaccionar.

IR AL CAMPO DE BATALLA

Fruto de la diáspora saharaui, muchos se encuentran fuera del territorio, ¿cómo están regresando a los campamentos para ir al frente?

Hay gente que viene de Túnez, de Senegal…llegan como pueden. De todos modos, si viene la gente de fuera…unido a la gente de aquí…Si ya de por sí tienen un problema (los marroquíes) con los que estamos ahora…imagÍnate si vienen los demás.

¿A qué se enfrentan los saharauis que van al frente?

Los marroquíes tienen satélites, radares, sensores de movimiento, aviones, potencias aéreas, tienen mayor número humano y tienen un armamento más actualizado; pero no tienen la razón, ni los valores, ni la moral, ni el ánimo, ni mucho menos las agallas. Eso a nosotros nos sobra.

¿Tiene la República Saharaui el capital material y humano necesario para enfrentarse a Marruecos?

Por supuesto. No hablamos de número de personas sino de la capacidad de cada persona. En un bando están los que se mueven por un euro, tienen miedo de su familia y tienen miedo de perder ese euro; mientras que en el otro bando está el que no tiene nada que perder, que se mueve hacia él por su familia y que no tiene miedo alguno ni a él ni a lo que viene detrás de él.

Hablando de lo que viene detrás, en realidad no sólo os enfrentáis a Rabat sino también a Francia, a la Administración española de un modo más discreto y a EEUU. ¿Cómo afecta la injerencia de las potencias extranjeras en el enfrentamiento?

Sé que afecta, pero me importa poco. También están con ellos Arabia Saudí e Israel, pero no nos importa, al menos a los jóvenes. Nosotros no le dedicamos ni un solo minuto de tiempo a pensar en quién va a ponerse delante de nosotros porque vamos a ir a por lo que es nuestro. Vamos a quitar de en medio a quien se interponga en nuestro camino. No le tenemos miedo a la muerte. Ninguno.

¿Alguno de los países aliados de Marruecos ha movilizado tropas o ha enviado armamento?

Sé que todo eso se está planeando y tratando bastante.

¿Os planteáis pedir ayuda a Rusia?

Nosotros estamos dispuestos a todo para ganar salvo violar, matar o discriminar a los demás. Dentro de la legalidad, haremos todo lo que haga falta. Nosotros vamos con el pecho abierto y hacia delante; quien quiera venir con nosotros, bienvenido será.

 ¿Esperáis que sea una guerra rápida?

No, para nada.

CANTO A LA LIBERTAD, EL SUEÑO DE LOS SAHARAUIS

¿Hay esperanzas reales de que el pueblo saharaui vea la independencia en los próximos años?

Tenemos fe, muchas ganas y esperanza para ello.

¿Cuál es el sueño de los saharauis en la actualidad?

Poder despertar en nuestra tierra en paz. Poder rezar y criar a nuestros hijos en libertad. Algún día los jóvenes saharauis que salgan al exterior, dirán con orgullo, cuando se les pregunte, que son del Sahara Occidental y la gente le dirá ¡yo sé dónde está!