El Sáhara Occidental y la lucha por la descolonización

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El pasado octubre miles de ciudadanos saharauis bloquearon la única vía comercial en la zona fronteriza de Guerguerat, que une Mauritania con el Sáhara Occidental. Esta carretera es utilizada por Marruecos en su comercio con Mauritania, ya que el Sáhara Occidental se encuentra entre medio de estos dos países. Los activistas saharauis que bloqueaban la carretera pedían algo que vienen demandando desde los años setenta, y que la ONU les prometió en 1991: un referéndum de autodeterminación.

Tras casi un mes de protesta continuada, intervino el Ejército marroquí echando a los saharauis que bloqueaban la carretera, lo que produjo un enfrentamiento entre el Ejército marroquí y el Frente Polisario –el Ejército de Liberación Nacional saharaui–. Esto fue visto por los saharauis como una flagrante violación del acuerdo de alto al fuego firmado por las dos partes el año 1991, y respondieron con varios bombardeos a bases y puestos de control marroquíes a lo largo del muro que divide el país en dos.

ÚLTIMA COLONIA ESPAÑOLA

Este conflicto viene de lejos, y es que el Sáhara Occidental fue durante mucho tiempo la última colonia española. Sin embargo, si España quería entrar en la ONU debía seguir los planes de descolonización de esta, cosa que se aplicaba al Sáhara Occidental. La solución que dio el dictador Francisco Franco para seguir manteniendo el territorio fue la de convertir el Sáhara Occidental en provincia española.

Muchos saharauis se posicionaron en contra de esta falsa integración, y entre 1968 y 1969 surgió el Movimiento Nacional de Liberación Saharaui (Harakat Tahrir), de carácter nacionalista, en defensa de la descolonización real del territorio. Las tensiones entre el pueblo saharaui y el Estado español estallaron en el levantamiento de Zemla, una serie de enfrentamientos entre manifestantes saharauis y la Legión española en El Aaiún. Éste fue el germen que posteriormente llevó al pueblo saharaui a organizarse en el Frente Polisario, de carácter socialista, fundado en 1973.

LA MARCHA VERDE

El territorio del Sáhara Occidental, además de tener una posición geoestratégica por su proximidad a las Canarias y la apertura al Atlántico, cuenta con uno de los bancos de pesca más importantes del Atlántico y uno de los yacimientos de fosfatos más importantes del mundo, además de tener grandes cantidades de petróleo, cuyo precios se disparó en la crisis de 1973.

Paralelamente, el rey de Marruecos Hasan II estaba en una posición muy débil y con grandes problemas internos, por lo que sufrió un intento de golpe de Estado en julio de 1971 y un intento de asesinato en agosto de 1972. Si se hacía con el Sáhara Occidental, podría reforzar su posición en el trono.

Además, ante una España debilitada tras la muerte de Carrero Blanco y ante la inminente muerte de Franco, el Departamento de Estados Unidos dio luz verde, en agosto de 1975, a un proyecto secreto de la CIA y financiado por Arabia Saudí para arrebatar el Sáhara Occidental a España, y evitar que el Frente Polisario, aliado de Argelia –que a su vez era aliada de la URSS–, se hiciera con el poder del territorio.

Así pues, Hasan II, débil pero dócil ante los EEUU, retó a la agonizante dictadura franquista y, con el apoyo de EEUU y Francia, llevó a cabo la marcha verde. Esta consistió en una serie de grandes columnas civiles en las que participaron unos 350.000 civiles marroquís, que marcharon sobre el territorio saharaui, custodiadas por 25.000 soldados. Si bien la ONU se pronunció en contra de esta invasión, EEUU y Francia la apoyaron, y España pactó con Marruecos la retirada de los 5.000 legionarios que se encontraban en el territorio.

EL PAPEL DE ESPAÑA

Con Franco en el lecho de muerte, Juan Carlos asumió las tareas de Jefe de Estado en funciones y llegó a un acuerdo con Marruecos y Mauritania, conocido como el Acuerdo tripartito de Madrid, que consistió en la retirada de España del Sáhara Occidental y la cesión absoluta del mismo a Mauritania y Marruecos.

La validez jurídica de este acuerdo, sin embargo, ha sido puesta en duda en múltiples ocasiones por parte de diversas organizaciones internacionales como la ONU. De hecho, la ONU sigue considerando al Sáhara Occidental el único territorio español pendiente de descolonización, y no reconoce a Marruecos –ni en su momento a Mauritania– como potencias administradoras del territorio, sino que considera a España como la autoridad administrativa del Sáhara Occidental.

Tras el abandono del territorio por parte de España –y de todos los ciudadanos españoles que lo integraban–, el Frente Polisario, apoyado por Argelia, proclamó la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) y emprendió una guerra de liberación contra Marruecos y Mauritania. En 1979 Mauritania se retiró, derrotada, y Marruecos expandió su presencia en el territorio.

EL PAPEL DE MARRUECOS

Así, el Sáhara Occidental quedó dividido en dos: el territorio controlado por Marruecos, que es el más rico en recursos, y el territorio controlado por el Frente Polisario, constituido en la RASD. Marruecos construyó un muro de más de 2.700km y más de siete millones de minas antipersona, dividiendo el territorio Saharaui en dos.

Con el tiempo, Marruecos ha ido avanzando sobre el territorio saharaui, bombardeando a su población con napalm y fósforo blanco y forzando al pueblo saharaui al exilio en el desierto, donde llevan décadas instalados en grandes campos de refugiados y en condiciones de miseria. Sin embargo, la ocupación marroquí no es únicamente militar, sino que durante estas últimas décadas cientos de miles de familias marroquíes han ido a vivir al territorio saharaui ocupado, donde actualmente representan más de la mitad de la población. De esta manera, si algún día se llega a celebrar un referéndum de autodeterminación, no sería inesperado que ganase la anexión legal del territorio a Marruecos gracias a los votos de los propios marroquíes que durante estas décadas han ido emigrando al territorio saharaui.

EL RETORNO A LAS ARMAS

En 1991 la ONU desplegó una misión de paz y se firmó un alto al fuego por parte del Frente Polisario y de Marruecos, prometiendo un referéndum de autodeterminación que no ha llegado nunca. Este alto al fuego, sin embargo, se rompió tras la actuación del ejército marroquí para expulsar a los activistas saharauis que demandaban el tan deseado referéndum.

El Frente Polisario ha declarado que ha comenzado la guerra de liberación del pueblo saharaui, y desde entonces se han producido enfrentamientos y bombardeos entre el Frente Polisario y el ejército marroquí. El único apoyo que tienen los saharauis es por parte de Argelia, aunque cuentan con la simpatía de Rusia, la Unión Africana, y diversos países latinoamericanos como Venezuela o Cuba, mientras que Marruecos cuenta con el apoyo de la Liga Árabe, EEUU y Francia, entre otros.

La historia de opresión del pueblo saharaui y la negativa constante a ejercer su derecho de autodeterminación nos hace ver claramente que, mientras las potencias occidentales se llenan la boca de «democracia» y «derechos humanos», se lucran de la invasión y opresión de pueblos inocentes. Debemos entender que este problema, como tantos otros, responde a algo muy claro: los intereses del capitalismo en la máxima explotación de todos los recursos naturales y humanos posibles.