Abel Azcona (Pamplona, 1988) es la auténtica referencia del artista que performa y se performa. El artista que usa su obra como grito político. Una de las máximas expresiones de la desobediencia ante el sistema, represor por antonomasia, sobre todo cuando lo que se performa, crítica, expone, siente insultado es uno de los tres pilares de esta débil democracia española: el Rey, la justicia posfranquista y la Iglesia. Y es por ello que se encuentra en el exilio.
Performances como Amen, una gigantesca obra donde se observa la palabra PEDERASTIA hecha con hostias sagradas. La denuncia llegó por parte de la Asociación Abogados Cristianos. Desoyendo la citación judicial se recluyó en Lisboa. Hoy, Abel Azcona nos atiende en lamordaza.com
–Hace unos meses se vio obligado a exiliarse de España, ¿Qué lo determina?
Después de la última causa judicial abierta contra mi persona, decidí declararme en acto de desobediencia porque desde 2013 he tenido denuncias contra mis obras por parte de partidos ultraderechistas, ultracatólicos, colectivos en favor de Franco, etcétera.
En el proceso de busca y captura decidí exiliarme de manera provisional a Lisboa, para tomar las decisiones de manera más calmada y no que cualquier día apareciera la policía en la puerta de mi casa. No tengo miedo a una detención, en unos meses tengo una exposición en España, donde me detendrán casi seguro, pero estaré presentándola. Mantendré una postura de desobediencia desde el silencio. Eso sí, asumiré mis responsabilidades.
–¿Qué significa ser artista en España?
La libertad de expresión tiene unas patas muy cortas y la persecución de ideas es continua. El artista debe utilizar el arte para cambiar cosas y denunciar aspectos sociales que no funcionan. En este país no se hace todo lo posible para promover la cultura, incluso se llama cultura a la tauromaquia. Una persona con salud mental no las entendería con cultura. Los museos están en consumiciones mínimas y el artista tiene que sobrevivir de la manera que puede, que también es parte del arte.
–¿Cree en la justicia?
La palabra justicia no se puede definir, al igual que el amor, libertad o arte. En España no hay justicia. Está llena de exiliados y presos políticos. En un sistema donde se mantienen los pilares franquistas, en un Estado Borbónico que diseñó Franco antes de morir, con jueces elegidos a dedo por franquistas, la palabra justicia es, entonces, difícil de colocar o entender.
«Una persona con salud mental no consideraría la tauromaquia como cultura»
-¿Cómo situaría a la izquierda política española en tanto en cuanto a las libertades expresivas? ¿Cree que hoy día un nuevo Gobierno PSOE + Unidas Podemos mejoraría la situación en la materia que le mantiene en el exilio?
En España no existe la izquierda real, siempre ha sido una izquierda cobarde. En Lisboa ves la hoz y el martillo en cualquier sitio, en España es imposible verlo. La izquierda es de lucha y levantamiento, no para contentar a todos. No se van atrever a cambiar cosas, son unos cobardes. El PSOE ha hecho más daño en la transición que el PP. Llamar al PSOE izquierda me parece irrespetuoso.
Hablemos de la religión en el arte, en su obra.
Para hacer salchichas hace falta carne. Está claro que la religión es una de las mayores lacras de la sociedad, pero necesitas estas lacras para crear. Acabo de hacer una pieza donde mandaba a diez mujeres supervivientes del maltrato a iglesias, donde, después de confesarse, los sacerdotes les decían que perdonasen a sus maridos, que Dios los salva. Son una organización terrorista que incita al odio cada domingo. Que cada uno crea en lo que quiera.
Cambiemos radicalmente de tema y hablemos de sexo. Aunque lo ha comentado en varias ocasiones, de pequeño fue abusado. ¿Marcó esto en su arte?
De los 0 a los 7 mi vida está marcada por la calle. Familia desestructurada. Fui abusado y comencé a explorar la sexualidad de manera muy complicada. Siempre he interpretado el sexo con un discurso de dolor crónico y odio, y no desde el placer. Repetición de patrones para poder formar mi propio dolor.
Hoy en día no tolero un abrazo, quiero que se acabe. He aprendido a trabajar con el cuerpo extremo. Lanzarme al vacío y recoger los restos. Siempre he utilizado el arte como aprendizaje y escudo. A los 12-13 años iba a sitios donde señores de 70 años podían abusar de mí. Repitiendo patrones. Lo he sabido reconstruir y entenderlo desde un discurso artístico, político y crítico.
Amor, hablemos del concepto.
Es el trastorno del apego más aceptado en la sociedad. Creo en el compañerismo, amigos o convivencia, pero el amor lo considero como una lacra social.
Volviendo al sexo. ¿Cómo marca su entorno social la sexualidad?
Yo me he criado en Navarra, entorno OPUS de derechas y en el colegio más conservador de todos. Tenía una posición más liberal sobre el sexo, aunque no me posiciono como gay, y me he tirado a casi todos los de nuevas generaciones y demás grupos derechistas. La mayoría, con su polla de señoro, son homosexuales.
Follarse a la derecha, ¿literalmente?
Había gente que iba a misa, pues yo follaba.
Para terminar, ¿Qué planes de futuro tiene Abel Azcona?
Lo primero, la gira por Latinoamérica. También sacaré 5 o 6 libros nuevos. Exposiciones, que tengo hasta 2022. Seguir trabajando en el arte como herramienta política y de liberación.
Muchas gracias, Abel Azcona.
A vosotros.