El 27 de septiembre fueron fusilados los últimos disidentes durante el franquismo. No murieron en vano, José Luis Sánchez Bravo, Xosé Humberto Baena, Ramón García Sanz, Juan Paredes Manot “Txiki” y Ángel Otaegui, ninguno de ellos murió en vano. Son parte de la resistencia y parte de nuestra historia. El primero en homenajear a los últimos asesinados, esquivando la censura, iba a ser Luis Eduardo Aute, dedicándoles la canción Al Alba: «Presiento que tras la noche / Vendrá la noche más larga, Quiero que no me abandones / Amor mío, al alba». Una declaración de amor a los que dieron su vida por las libertades.