lamordaza.com está financiada por tres jóvenes periodistas y los gastos nos dejan tiritando. Caen nuestras notas académicas. Nuestras familias nos echan de menos. Son muchas horas tecleando. ¿Nos invitáis a un café con una donación? Aquí te dejamos nuestro Ko-fi. ¡Gracias!
El precio máximo de las mascarillas quirúrgicas disminuye de 96 céntimos a 72 céntimos, según el nuevo precio máximo que acordó el pasado jueves la Comisión Interministerial de Precios de los Medicamentos (CIPM). Además, se volverá a revisar el precio máximo de este producto mañana, miércoles, cuando el Gobierno rebaje el IVA del 21% al 4%. Una buena noticia ante el gran coste económico que supone para las familias.
La mascarilla, complemento que ya llevamos encima de forma automática, se fijó como obligatoria a mediados de junio y, desde entonces, pocas caras descubiertas hemos podido ver en nuestras calles. Anterior a esto, en mayo, ya se había decretado el uso de mascarilla en interiores y transporte público. Entonces, nos encontrábamos en una situación de escasez de material y los precios abusivos llegaron a rondar en farmacias los 10 euros por una mascarilla ffp2.
Coste para las familias
Tras las compras de material a China y la fabricación en el país, ya se puede encontrar mascarilla de todo tipo. Aun así, el Gobierno, el Gobierno más progresista de la historia, como se denomina la coalición PSOE-UP, no ha sido capaz de regular y bajar el precio de un producto de primera necesidad que, además, ha sido impuesto (por razones médicas). Según las autoridades sanitarias, en un mensaje que mucho nos han repetido y poco cumplimos, las mascarillas quirúrgicas tienen una usabilidad de cuatro horas y tras ese tiempo deberíamos cambiarla. En una familia de cuatro miembros, el coste mensual en mascarillas puede superar los 150 euros, según los cálculos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
El alto coste de este producto, en época de fuerte crisis, lleva a muchas personas y familias a reutilizar las mascarillas para aminorar gastos. Mascarillas quirúrgicas redobladas, ffp2 de un blanco negruzco y mascarillas de tela desgastadas con tanto lavado. Estos ejemplos son exageraciones, pero no están tan lejos de la realidad. Para muchas familias, las que están intentado pedir el ingreso mínimo vital, por ejemplo, les es imposible sumar este gasto obligatorio. Un problema económico que repercute directamente a la salud por no tener recursos para protegerse correctamente. La mascarilla reutilizada se convierte de esta forma en un paripé para evitar multas.
Países europeos
En Europa encontramos países a los que podríamos imitar. Los italianos, han fijado un precio máximo de 0,50 euros y 0% de IVA, que incrementará hasta el 5,5% en 2021. En Portugal, las mascarillas apenas cuestan 9 céntimos, con un IVA del 6%. Bélgica y Países Bajos dejan las mascarillas exentas de IVA. Grecia, mantiene un precio máximo de 0,20 euros con un IVA del 6%. En el país de los bares, con todos los bares cerrados, se ha pagado 0,96 por mascarilla.
La bajada del precio máximo de las mascarillas es, sin duda, una buena noticia. Por desgracia, es una noticia que llega tarde y de forma insuficiente. La segunda oleada supone una situación sanitaria crítica pero también económica. Los servicios están parados, la industria a medio gas y el sistema sanitario rozando el colapso. Salvador Illa y Fernando Simón han sido las voces cantantes de la necesidad de usar mascarillas, pero su precio se ha mantenido durante 6 meses sin alteración, en lo alto de Europa, pagando 10 veces más que nuestros vecinos los portugueses.
Engaños del Gobierno
Los medios de comunicación del país han dado a conocer que hace más de siete meses que el Gobierno podía haber tomado la decisión de bajar el coste de las mascarillas. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, hasta ahora, cuando todos los agentes sociales y políticos reclamaban esta medida, había alegado que la UE lo prohibía.
«Hay otros países a los que no les importan las directivas europeas», Adriana lastra (PSOE)
Desde el Gobierno habían insistido en que no tenían competencias ni autorización para reducir el que ha llegado a ser el segundo IVA más alto entre los países europeos. Sin embargo, un documento remitido en abril por la Comisión Europea confirmaba directamente a los Gobiernos nacionales que no iniciaría procedimientos de infracción contra los que optasen por reducir este IVA.
No al negocio
El Gobierno más progresista de la historia. Etiquetas que maquillan discursos políticos. Mientras, miles de familias de este país sufren un gasto mensual inasumible con la necesidad de cuidar su salud, de evitar una enfermedad que ha causado la muerte de 40.000 personas. La mascarilla es un escudo con horas limitadas que después se convierte en un adorno. Por tanto, son las rentas más bajas las que quedan desprotegidas ante el virus, con telas en la boca que no evitan más que multas y descrédito social. Las mascarillas son una necesidad social en época de pandemia, un salvavidas. Un producto que no debería rebasar en exceso su precio de producción. Si alguien debería evitar que se haga negocio en una situación tan crítica, ese tendría que ser el Gobierno más progresista de la historia.