El precio de la luz se dispara con Filomena y Podemos queda retratado

Filomena

La borrasca Filomena ha pasado por la península causando nevadas y descensos de temperaturas a las que no estamos acostumbrados en España. La capital quedó bloqueada, con carreteras intransitables en las que quedaron atrapados miles de personas, aviones que no pudieron volar o trenes que se resguardaron en cocheras. Además de Madrid, otras comunidades sufrieron la borrasca, eso sí, sin llenar tantas horas de televisión. Pero hasta en las zonas del país donde no cayó ningún copo de nieve hubo consecuencias que se reflejarán en su próxima factura de la luz. El gas y la luz han subido más del 20% en plena ola de frío.

El viernes, 8 de enero, ya con Filomena en acción, se disparaba el precio de la luz hasta los 94,99 euros por megavatio y hora (MWh), la segunda cifra más alta de la historia desde el año 2002. El sábado, 9 de enero, según los datos del Operador del Mercado Ibérico de la Electricidad (OMIE), el precio máximo se registraba entre las 21.00 y las 22.00 horas, por 121,24 euros/MWh. Si retrocedemos una semana, el día 2 de enero, el precio máximo en la misma franja horaria se pagó a la mitad de precio, 60,03 euros/MWh. Según los expertos, esta subida se produce por la mayor demanda, una menor producción de energías renovables y por el aumento del precio del gas y de las emisiones de CO2.

Dependencia energética

Más del 75% de la energía que se consume en España proviene de origen fósil y no poseemos ninguna reserva de gas ni de petróleo, por lo que se debe importar en su totalidad. La mayor parte de estas importaciones son de crudo y de gas natural. En esta ocasión, los problemas de suministros del gas argelino han supuesto una de las razones para el alza del precio.  

Aun así, la apuesta por las energías renovables aumenta cada año y en 2020 alcanzaron el 43,6% de toda la electricidad en España. Además, el carbón ha recortado un 60% su producción con respecto a 2019, su mínimo histórico anual de producción y participación. La explotación de estas energías supondría, a priori, una bajada de la luz en nuestra factura, pero debemos tener en cuenta que están ligadas a la meteorología. La falta de viento en la energía eólica, por ejemplo, obliga a producir ese vacío de energía con los suministros fósiles. 

Oligopolio eléctrico

Actualmente coexisten cerca de 400 compañías de luz en el mercado eléctrico. Las pequeñas comercializadoras ofrecen servicio a alrededor de un millón de clientes, mientras que las otras cinco grandes eléctricas (Iberdrola, Gas Natural Fenosa, Endesa, Viesgo y EDP) se reparten los 26 millones restantes. Estas grandes empresas controlan la mayor parte del mercado eléctrico español y es innegable que la falta de regulación sobre ellas degenera en abusos al consumidor.

Las compañías eléctricas compran energía a diario en el mercado mayorista, se la venden al consumidor con un margen comercial y cobran el recibo de la luz a los clientes. El mercado oligopolístico facilita a las grandes empresas acordar precios y crujir al ciudadano con picos históricos en plena ola de frío. Contra esta práctica a la que ningún Gobierno español le ha querido meter mano, siempre ha sobrevolado el fantasma de la nacionalización.

Unidas Podemos propone «intervenir el mercado eléctrico y nacionalizar una eléctrica para tener al menos una gran empresa pública de energía que pueda competir con el oligopolio que nos sube la luz». Algo que actualmente es completamente imposible con el PSOE gobernando cuando algunas de estas empresas reciclan a sus políticos. Ángeles Amador, ex ministra de Sanidad en Red Eléctrica, Miguel Boyer, ex ministro de Economía en Red Eléctrica o Joan Majó Cruzate, ex ministro de Industria en Endesa, son algunos de los beneficiados por las puertas giratorias. También ha participado en la empresa Naturgy el que fuera presidente del Gobierno, Felipe González.

Bajada del IVA

La bajada del IVA eléctrico para los consumidores domésticos vulnerables al tramo superreducido del 4% o al menos del 10% era una de las propuestas que recogía el programa de Unidas Podemos y que el propio Pablo Iglesias había demandado en el Congreso durante el mandato del Partido Popular. Lo cierto es que el Gobierno de coalición no parece tener entre sus objetivos reducir el IVA y la hemeroteca ha jugado una mala pasada a Podemos.

Pablo Echenique respondía en las redes sociales contra las críticas hacia su partido y comentaba que “sorprende el campañote que se hace para bajar el IVA de la luz”. Justificaba la decisión de no bajar el impuesto de la luz ya que “reduce los ingresos de estado, dañando la sanidad, la educación y la dependencia”. Bajo el manto de una gran crisis económica, el Gobierno no puede reducir sus ingresos, pero tampoco puede seguir mirando a otro lado ante la pobreza energética y los precios abusivos sobre un bien de primera necesidad. La nueva política promete y no cumple, la nueva política es la política de siempre.

Prepárate para recibir este mes una factura que te dejará helado. Mientras un bien de primera necesidad como la electricidad se rija por las decisiones oligárquicas de empresas que no son reguladas por los Gobiernos, los contribuyentes seguirán siendo atracados, miles de familias tendrán que elegir entre calefacción o comer y seguirá creciendo la pobreza energética. ¿Nacionalización? ¿Regulación del mercado? ¿Bajada del IVA? Cambiamos de Gobierno y todo sigue igual, familias pasando frío por un precio de la energía disparado en plena borrasca. Una vez más, el cambio que nos prometieron se diluye con los hechos. No parece que haya Gobierno que pueda meter mano a los intereses de las grandes empresas.