El 28 de Abril acudimos a las urnas. Se estimaba que ante una subida de la participación, la principal beneficiada sería la “izquierda”, y así fue. Bajo la premisa de parar a la ultraderecha y el voto útil, el PSOE subió como la espuma. El PP se llevó un batacazo histórico y Ciudadanos no consiguió el “sorpasso”. Podemos dio un severo bajonazo, pero con los buenos resultados del PSOE se auguró un futuro esperanzador para los morados. Y Vox, ay Vox, 24 escaños no fueron suficientes para resucitar a Don Pelayo.
Ante este panorama político todos vimos la solución: acuerdo entre PSOE y Podemos y a buscar el apoyo de los independentistas. No era una situación desconocida, esto ya ocurrió tras la moción de censura a Rajoy en 2018, donde Sánchez gobernó durante 8 meses en minoría con un Gobierno a la portuguesa. Sin embargo la realidad ha sido completamente opuesta. Cinco largos meses de negociaciones entre PSOE y Podemos, entre Sánchez e Iglesias. Donde se ha hablado de sillones, de cargos y de pocas propuestas. Aún así la gran mayoría pensábamos que esto se cerraría en los últimos días, no ha sido así. Nos vamos a elecciones, otra vez, por la irresponsabilidad de nuestros políticos.
No ha sido posible. O no lo han querido hacer posible. Después de las elecciones la coalición se daba por sentada. Pero ha resultado ser humo. Se habló de que Podemos pedía la vicepresidencia y cinco ministerios. De que uno de ellos era el de fiscalidad e intuimos que al IBEX35 eso no le entusiasmaría. Otros medios informaban de que el PSOE quería minimizar el impacto morado en un posible Gobierno y que no estaba por la labor de atribuirles muchas competencias. Pedro y Pablo, Pablo y Pedro. Un tira y afloja que de tanto tensar la cuerda ha acabado por romperse.
En las últimas semanas ya se daba por descartado el Gobierno de coalición por parte de los socialistas, a pesar de que desde Podemos se insistía a los medios de que esto era posible. Y es que lo último que ha ofrecido el PSOE ha sido ese Gobierno de cooperación que le permitiese gobernar en minoría, que le ayudase a abrir todas las puertas. Conseguir el apoyo de Podemos para aprobar ciertas leyes y girar la derecha para pactar en su caso con Ciudadanos.
Pedro Sánchez se ha cerrado por banda y hace tiempo que tenía claro ir a elecciones. No queda claro si es un problema personal entre Iglesias y él, si las presiones para no pactar con Podemos han acongojado al señor Sánchez o simplemente no tiene capacidad política para el cargo que ocupa. En el futuro veremos donde queda el “con Rivera no”.
“Sánchez comete un error histórico de enormes dimensiones”, Pablo Iglesias, secretario general de Podemos.
De mientras seguimos con el país paralizado. La ley de la eutanasia sin aprobarse, la reforma laboral en el limbo y la Ley Mordaza enviando tuiteros a la cárcel. Las familias sobreviviendo con 600 euros al mes y la factura de la luz sin dejar de subir. Ahora que acaba de llegar la vuelta al cole los padres sin poder pagar el dineral que valen los libros de la escuela y los estudiantes teniendo que pedir las becas para poder optar al estudio. Y aún así tienen la poca desfachatez de hacernos creer que son nuestros salvadores, que votemos, que ellos no se ponen de acuerdo, pero que volvamos a votar. Son ellos con su incompetencia los que aumentan la abstención.
Y ahora prepárate. El presidente en funciones ha pedido que se le de una mayoría más clara, para no tener que pactar con nadie. O en sus palabras para que nadie bloquee una nueva investidura. Te volverán a pedir el voto útil para parar a la ultraderecha. Pero recuerda, ya han desperdiciado el voto útil y no han conseguido pactar con la izquierda.