La historia de una cultura que ha pasado desapercibida durante años en la ciudad
Javier Navarro
Estados Unidos, 1970. Un joven vestido con ropa ancha baja a la calle a reunirse con sus amigos. Para conseguir corriente eléctrica, enchufan sus equipos a las farolas que iluminan un oscuro callejón con las paredes pintadas. Mientras uno de los integrantes del grupo pone música en dos discos de vinilo, unos bailan y otros cantan las letras que han compuesto la noche anterior. Cuando el DJ se va, empiezan a hacer ritmos con la boca para que siga la fiesta. Años después, un joven tras otro repite la historia, de forma distinta, en Bilbao.
El artista África Bambaataa fue quién inventó el término Hip-Hop en los años 70. 4 elementos son los elementos que componen esta cultura. El MC o rapero, encargado de animar el ambiente de los eventos y rapear sus letras. El DJ, encargado de ‘’pinchar’’ la música. En términos plásticos nació el Graffiti, conocido también como arte callejero. Por último, el baile, que dio comienzo con el Breakdance. Recibe ese nombre debido a que los bailarines, conocidos como B-Boys o B-Girls, empezaban a bailar cuando la canción ‘’rompía’’, como explica Andrea Gutiérrez, bailarina de Popping bilbaína.El Popping es un estilo de baile consistente en la contracción y relajación de los músculos y la creación de efectos visuales, que se incluye en el Hip Hop.
Los orígenes en Bilbao
Pese a que este movimiento cultural ha pasado desapercibido durante años, Bilbao ha sido una de las cunas del Hip Hop español, junto a ciudades como Barcelona, Zaragoza o Madrid, donde se publicó el primer disco de rap español llamado Madrid Hip Hop (1989), según apunta el medio especializado Phatdiggaz.com. Todas estas disciplinas han sido trabajadas durante años por los jóvenes bilbaínos, que concibieron como lugar de encuentro el Parque Doña Casilda Iturrizar, más conocido como Parque de los patos.
Según cuenta Gutiérrez, la gente se ha reunido históricamente en las galerías del propio parque para celebrar Batallas de gallos (enfrentamientos con rimas improvisadas), rapear o bailar. ‘’El Parque de los patos fue la clave, ya que los B-Boys siempre entrenan en la calle y necesitan un suelo liso’’, señala Gutiérrez.
‘’Éramos fieles a una cultura minoritaria, todo tenía esa magia especial’’. |
Los orígenes del Hip Hop en Bilbao son prácticamente desconocidos. Nadie sabe con exactitud cuándo empezó todo porque era muy difícil llegar a conocer a otras personas interesadas en este movimiento urbano. Se adjudica el título de pioneros musicales a grupos como La Bandha del Patio, Gransan o La Basu, según varias fuente. Bilbao se dividía en distintos grupos como la D04 de Santutxu o la Left Coast de la márgen izquierda, aunque, en total, habría unas 100 personas que fueran seguidoras del movimiento, estima Shintoma.
En los comienzos de esta cultura, las personas conseguían escuchar nueva música grabando cintas. Es decir, alguien conseguía una cinta de música rap y se iba pasando de persona en persona, conociendo así nuevos artistas y personas relacionadas con la cultura. ‘’Cuando alguien conseguía una cinta nueva era considerado un hito’’, apunta Shintoma, MC local. Por otro lado, según explica, existía una especie de militancia hacia el Hip Hop. Cuando se realizaba algún tipo de evento en Bilbao o alrededores, la gente interesada de todas las proximidades se desplazaba sin importar de qué se tratara, así conocían a personas seguidoras del movimiento. ‘’Éramos fieles a una cultura minoritaria, todo tenía esa magia especial’’, añade Shintoma.
Falta de unión
Los artistas locales de esta cultura recriminan que siempre ha existido una falta de unión entre las disciplinas que componen el Hip Hop. Es bastante común ver a las personas practicantes de los distintos elementos por separado. Mucha gente que practica Graffiti, por ejemplo, no es consumidora de música rap.
Este hecho ha condicionado mucho a la propia cultura, ya que tras una filosofía basada en el respeto y asociada a los principios que debe tener cualquier persona practicante de cualquiera de las disciplinas, se ha escondido una rivalidad en todos los ámbitos. Se han creado ciertas diferencias dentro de la música o el baile, por ver quién tiene más reproducciones o quién da más conciertos, aunque esto no es un fenómeno aislado, ya que este caso se viene dando en la ciudad desde las primeras generaciones, según cuentan los veteranos. ‘’Desearía que las personas, en general, pensasen en colectivo’’, confiesa Arrese.
Muchos colectivos locales intentaron unificar todas las ramas |
Muchos colectivos locales intentaron unificar todas las ramas y darle un impulso promocional. El primer portal de este tipo fue Euskal Hip Hop Herria, actualmente inactivo. En esta página web, cualquier artista podía subir sus canciones, maquetas, carteles de eventos… el propósito era unificar toda la producción cultural local sin ningún prejuicio, dando cobertura a todo aquel que quisiera promocionarse.
Desde 2018, BWALL Collective, presidido por Olatz Arrese, se encarga de promocionar el arte urbano mediante eventos y exposiciones. En estos encuentros se puede observar una unificación de todos los elementos, dando lugar al baile, al DJ, a la música e incluso al Graffiti, el elemento más raro de ver en este tipo de celebraciones. Otras asociaciones como Eraiki, organizan eventos relacionados con el baile, animando a los más jóvenes a adentrarse en el Hip Hop. Por ejemplo, Henar y Uxue Lamas, de 15 y 17 años, acuden a la misma clase de baile. Aseguran que el Hip Hop las ha unido como hermanas. ‘’El Hip Hop es un mundo nuevo’’, añade con entusiasmo Henar.