La IA ya es una realidad asentada y los pasos en el sector tecnológico son gigantescos. La utopía, poco a poco, se está convirtiendo en realidad
Tan solo estamos en el punto de partida, pero podría ser el principio del fin de los abogados y los jueces. La inteligencia artificial, IA, ya está en los mejores bufetes de abogados preparando y estructurando casos, buscando precedentes legales y revisando jurisprudencia. Un ejemplo: el despacho The 36 Group, de Londres, hizo uso de un software de inteligencia artificial para interpretar más de 10.000 documentos para un complejo juicio por asesinato. La herramienta lo completó cuatro semanas más rápido y 60.000€ más barato de lo que lo hubieran hecho ellos, los humanos.
Más de 300 bufetes, en 55 países, ya hacen uso de esta tecnología. A día de hoy la IA no se limita a clasificar pruebas documentales, sino que ya tiene la capacidad de preparar y estructurar el caso o buscar precedentes legales del mismo. La firma Deloitte Legal, con alrededor de 250.000 empleados y sede en Estados Unidos, asegura que su sistema de inteligencia artificial puede predecir correctamente el 70% de las apelaciones analizadas.
La interrupción del sistema de inteligencia artificial favorece a los abogados y a los consumidores. Por un lado, los juristas podrán rebajar el cargo de trabajo y centrarse en los casos más humanos o mejor remunerados. Y por otro lado, las personas con menos recursos podrán acceder a los servicios legales por menos cantidad de dinero y con mayores garantías de defensa que acudiendo sin abogado al juicio.
El caso Do Not Pay
La aplicación Do Not Pay, diseñada por Joshua Browden en 2015, se creó para ayudar a las personas a impugnar multas de aparcamiento. El software hace uso de la inteligencia artificial para interpretar la situación de cada usuario y, con los datos recabados en el pasado, poderle ayudar de la mejor manera posible. Browder afirma una tasa de éxito general del 80%, hasta el 65% para las multas de estacionamiento, porque «‘algunas personas realmente son culpables».
El funcionamiento de Do Not Pay es muy sencillo, y así lo explica Browden: «Lo que el robot abogado hará es hablar con el usuario, y al instante lo emparejará con una defensa jurídicamente correcta, tomará nota de algunos detalles y luego, con todo eso, generará una carta de apelación para enviarla al lugar adecuado».
Bautizado como el primer abogado robot del mundo, seis años después de su creación la aplicación ya ayuda a los usuarios en más de 100 áreas de la abogacía; desde cancelación de suscripciones o demandando a multinacionales ante tribunales. Desde su creación, la herramienta se ha expandido por Estados Unidos y Reino Unido; con una valoración capital de 70 millones de euros.
Jueces robotizados
En la antigua normalidad, en el mundo antes de que el coronavirus irrumpiera en nuestras vidas, Brasil tenía un retraso judicial de más de 100 millones de casos. Toda la población de España está empapelada dos veces, y pico. Es evidente que 100 millones de expedientes no se resuelven en un abrir y cerrar de ojos -tampoco en un tik-tak– y los expertos creen que con la ayuda de tecnología se podrían resolver la mayoría de estos casos.
Además de la carga de trabajo, sería una buena opción para las personas que no puedan pagar la asistencia legal; o que desconocen el idioma y así no tienen que esperar al traductor; o que los agotados abogados tengan tiempo para aceptar otros casos (quizá más complicados y mejor retribuidos). Es una utopía, por ahora, sustituir la abogacía y los juicios por robots, pero es un punto de partida a tener en cuenta.
Musk y sus inventos
Un nombre que no puede faltar en artículos sobre tecnología es el de Elon Musk. A pesar de no tener, por ahora, robots dentro del sector jurídico, el sudafricano presentó hace unos días su Tesla Bot; el robot más “poderoso y avanzado” de la historia.
Si hay herramientas que en un futuro podrían sustituir a jueces y abogados, Musk lleva el reto al siguiente nivel: acabar con todas las tareas humanas repetitivas, aburridas y peligrosas. Los plazos de Musk siempre son optimistas y poco fiables, pero asegura que para el año 2022 se podría tener un primer prototipo.
Musk espera que el robot sea capaz de entender y cumplir órdenes, como “por favor, ve al supermercado y cómprame los siguientes artículos”. El robot de Tesla usaría el mismo chip que sus automóviles; tendría un sistema de ocho cámaras; 1,75 metros de altura y 57 kilos de peso. Además, podrá transportar cargas de hasta 20 Kg y moverse a 8 Km/h. A modo de rostro, contará con una pantalla donde se podrá leer información de utilidad.
Jurisprudencia tecnológica
Los juristas también están utilizan la IA para aligerar la carga de trabajo. Luminance, una herramienta desarrollada para fusiones y adquisiciones, ayuda a los profesionales a identificar posibles problemas legales tan solo escaneando documentos durante el proceso. Otra inteligencia artificial, diseñada en diferentes universidades, fue capaz de juzgar casos presentados ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, el famoso TEDH, coincidiendo con una precisión del 79% con los resultados del “mundo real”.
Es poco probable que los abogados sean sustituidos por robots en los próximos años, pero está claro que la profesión se dirige hacia un futuro en el que los abogados trabajen con máquinas para realizar el trabajo más rápidamente, lo que les permitirá centrarse en los aspectos más humanos del trabajo.