Granada sufre alrededor de 1800 seísmos en los últimos cuatro meses
Fermín sanz soto
Antonio Aretxabala, profesor y geólogo, es, además, vocal de Ciencias del Ateneo Navarro. También es colaborador de empresas e instituciones del sector en el estudio de Patologías de la Edificación y Construcción en general, especialmente del Patrimonio Histórico. Actual colaborador del Planetario de Navarra, Aretxabala lleva investigando la realidad granadina desde su comienzo. Siendo él muy cercano a la realidad sísmica de una colmena, puesto que vive en Pamplona (la cual se sitúa encima de un enjambre sísmico como el de Granada), data lo acontecido como un comportamiento anómalo.
“La sismicidad es muy contagiosa”, afirma Antonio Aretxabala. “Cuando una placa se mueve el resto la siguen como sí fuesen piezas del dominó”, continúa. A este comportamiento tectónico se denomina transferencia de esfuerzos entre placas, y se trata de la explicación física de un enjambre sísmico. Como explica el profesor Aretxabala, el enjambre sísmico es «la perturbación en la transferencia de esfuerzos», y un buen ejemplo de ello sería la consecución de los terremotos de Granada. La provincia andaluza ha recibido más de 1812 movimientos sísmicos desde el uno de noviembre de 2020.
Desde finales del año pasado Granada sufre temblores. Esta actividad ha sido provocada por la reactivación del grupo de fallas sobre el que se encuentra localizada la capital. “La convergencia entre la placa africana y la europea hace que se produzcan tensiones sísmicas en la zona”, explica Aretxabala. “Estas tensiones dan lugar a lo que se denomina enjambre”, afirma. En el caso de los enjambres no hay un terremoto inicial, y en este “ni siquiera ha habido premonitorios”. “Días antes se suele producir una actividad inusual, pero no ha sido el caso. Se trata de otro tipo de sismicidad relacionado con áreas formadas por muchas placas pequeñas», finaliza el geólogo .
Y es que, la realidad sísmica de Granada se debe al tamaño y a la unidad de sus fallas. “La ciudad se asienta sobre una superficie formada por muchas fallas no muy grandes, fracturadas”, informa el profesor Aretxabala. Miden cerca de un kilometro de largo, “la magnitud de un terremoto va en proporción del tamaño del segmento de la falla que se mueve”. En el caso del terremoto de Lorca, de escala 5.1 en la escala Ritcher del año 2011, fue generado por un trozo de la falla de Alhama de Murcia, de 4 kilómetros de largo. Además de la capital andaluza, hay otras localidades situadas sobre zonas con las mismas características tectónicas. «Tenemos enjambres habituales en el sur de Lugo, alrededor de Pamplona (con actividad sísmica por sus enjambres en 1903, 1923, 1982, entre otros); además de Granada, Alicante, o Jaén (en la Loma de Úbeda)”, informa el profesor.
“En la Edad Media lo que encuentras son castigos divinos. La gente estaba asustada porque dios estaba enfadado, mandaba temblores por castigo. Así que como solución la gente no debía cantar, mantener relaciones sexuales, o bailar. La solución era trabajar e ir a misa todos los días’”
“La sismicidad histórica de Granada es la mas violenta y catastrófica que hay en el estado español”, afirma el profesor. “De hecho en Granada en 1884 ocurrió el último terremoto más destructivo de la península”, añade en referencia al apodado Terremoto de Andalucía. Se le calcula una magnitud de 6.6 y una intensidad de IX-X. Hubo 1.200 muertos. A pesar de todo, y aunque se trate de un punto caliente, lo acaecido estos últimos meses se puede considerar anómalo: “La densidad de temblores es mucho mayor a los datados anteriormente», puntualiza.
Respecto al patrimonio cultural de la zona azotada, los constructores árabes que edificaron la Alhambra «ya la hicieron sismo-resistente”, sigue Aretxabala. Para proteger los edificios se utilizan unas piezas de hierro, que suelen ir metidas entre los sillares. “Desperfectos como los de Lorca van a haber siempre”; “Pueden caer algunos elementos ornamentales que no sean simétricos”, sentencia Antonio subrayando la importancia de la simetría.
“Con Julio Verne y La Vuelta al Mundo se puso de moda pensar que los terremotos eran causados por el fuego interno de la tierra. En los pueblos se hacían pozos para que escapase el calor interno, y evitar así los terremotos”
“La única forma de prevenir los daños de un terremoto empieza con un aumento de la inversión en estudios geológicos”, afirma Antonio Aretxabala. “Lo primero que hacen es prometer que se ocuparan del asunto, y tras publicarlo en los medios, no se hace nada”, asegura. “Mandan las unidades móviles del Instituto Geográfico Nacional, pero finalmente «no invierten», critica. «A la geología no se le da la importancia que se merece», concluye.