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El cuerpo desnudo de Paloma Barreto apareció desnudo y con dieciocho cuchilladas en el pecho y las nalgas, en el mismo piso donde el acusado del crimen tenía alquilada una habitación. Era migrante. Era mujer. Era trans. Tenía 38 años y Avilés no debe olvidarla. Era 21 de septiembre del pasado año 2019.
Stefan Pruteanu vivía en la calle. No tenía un techo. Pasaba el frío del último invierno cuando un asesino, un viejo conocido de Stefan, se cruzó en su sueño y su trayectoria vital. El 11 de enero de 2019 un tal A. G. G. se abalanzó sobre el sintecho con el objetivo de estrangularlo. Luego le roció con alcohol y pretendió quemarlo vivo. Stefan no tenía piernas y sus prótesis descansaban igual que él lo intentaba en su lecho, un parque tinerfeño.
Periodismo contra el olvido
Estos son dos de los últimos crímenes de odio recogidos por Miquel Ramos y David Bou en su recien estrenado ‘Crimenes de Odio’. Es una herramienta de recopilación contra el olvido. Un trabajo periodístico que pone ante la opinión pública que desde 1990 a 2020, al menos 101 personas fueron asesinadas por ser pobres, por el racismo o la xenofobia de un tercero, por islamofobia, homofobia, transfobia, antigitanismo o misoginia de un tercero.
Es un mapa de casos que nació en 2015 y ahora se actualiza. Pone nombres. Hace memoria.
Nazis, asesinos por definición
Estamos ahora en Premià del Mar, en 1990. Un joven de 16 años es asesinado por unos nazis. Así lo recogen los periodista mencionados: “Un joven de dieciséis años, Ferran Vilarmau Camps, fue increpado y agredido por un grupo de skinheads neonazis en una zona de ocio de Premià de Mar. Los agresores lo acorralaron en una calle sin salida y tras golpearlo le asestaron una puñalada que le provocó la muerte horas más tarde en el hospital de Mataró. La Guardia Civil detuvo a J.D.T., de dieciocho años, como presunto agresor, y a O. B. S., de dieciséis, J. V. B. y a D. R. P., de diecisiete, como encubridores”
Se recogen otros casos como el mediático asesinato de Guillem Agulló, antifascista valenciano que recibió una paliza una puñalada en el corazón por parte de cinco nazis en 1993. También el nombre de Carlos Javier Palomino, asesinado por un militar nazi el 11 de noviembre de 2007 en Madrid.
Ángel Berrueta y la patria del otros
Pamplona. 2004. Habían pasado 2 días del atentado del 11 de marzo en Madrid. El resto, lo cuentan Miquel Ramos y David Bou: «Una mujer acudió a la panadería que regentaba la víctima para colocar un cartel con la leyenda «ETA NO». El comerciante, que había puesto un crespón negro en señal de duelo, se negó a colocar el cartel y mantuvo una discusión con la mujer, que le dijo al panadero «tú eres un asesino, tú eres un etarra». Tras terminar el episodio la mujer subió a su casa a contar lo sucedido a su marido y a su hijo. El hijo de 18 años y el padre, agente de la Policía Nacional, bajaron a la panadería con un cuchillo y el arma reglamentaria. El hijo le asestó una cuchillada mortal en el hígado y el padre le disparó cuatro tiros».
2×1: antigitanismo y disfobia
Nos acordamos todos de la reciente muerte bajo custodia policial de Eleazar García Hernández. Tenía 30 años. Este es un caso de disfobia, es decir, de rechazo, desprecio o prejuicios ante personas con diversidad funcional. Eleazar estaba viendo a la Selección Española de Fútbol masculina cuando perdió a su familia. Salió del estadio y al intentar volver a entrar, la seguridad, la Policía Local, lo detuvo con un ataque nervioso de por medio. Murió por parada cardiorespiratoria. Tenía un 75% de discapacidad intelectual. Era gitano.
Estas dos últimas características no son características cualquiera en un lugar, España, con un arraigado antigitanismo y una paupérrima formación con respecto a la diversidad funcional.
Islamofobia
¿Os acordáis del asesinato de Younes Slimani? Tranquilos, tranquilas: Miquel Ramos y David Bou sí.
“El 25 de abril de 2016 Ángel Luis V.J., Guardia Civil que estaba de baja laboral pero llevaba su arma reglamentaria y un machete de 45,5 centímetros de hoja atado a la espalda, embistió el coche de Younes Slimani y le obligó a bajar, tras lo que le disparó en las piernas hasta en once ocasiones, alcanzándole seis veces. Ya abatido le golpeó insistentemente en la cabeza con la culata de su arma y apuntándole a la sien le descerrajó el tiro que acabó con la vida del ciudadano marroquí, que tenía 39 años y estaba casado y con dos hijos, que dependían de su sueldo. El asesino argumentó que temía que la víctima fuese un terrorista”.
Este Guardia Civil fue condenado a 16 años de cárcel. ¿Por qué iba por el mundo con un machete de medio metro? ¿Por qué se excusan con el cuento del terrorismo? ¿Por qué tanta violencia policial? ¿Cabe una purga? ¿psicotécnicos? ¿Controles antidrogra en las comisarías?
Aitor Zabaleta y el fútbol como argumento
El fútbol también es una excusa. Aitor Zabaleta era ‘realzale’. Siempre vestido de txuri-urdin (blanco y azul). Siempre en el antiguo estadio de Anoeta. Siempre con la Real Sociedad. Tanto y tan cerca que viajó a Madrid y allí fue donde recibió una puñalada en el corazón. En realidad ese día, casualidad, la bufanda blanca y azul la portaba su mujer. Él no llevaba ningún distintivo. En un bar, un grupo de 10 hinchas del Atlético se mofaron de ellos. «La primera discusión se produjo dentro del bar, que está fuera del área de protección especial», precisó el delegado del Gobierno.
A 100 metros del Calderón unos rapados que, según testigos, estaban en búsqueda y caza de vascos, empezaron a increparle. Tras el machetazo Zabaleta corrió y cayó delante de la puerta 6 del estadio. Corría el año 1998 y la Navidad estaba al caer.
Desmemoria, otro crimen
Miquel Ramos y David Bou recogen 101 víctimas del odio y la desmemoria. Nos ofrecen un mapa geográfico y una lista de nombres. 101 nombres. 101 razones agrupadas en ocho excusas para asesinar.
Muchos de estos hechos no fueron reconocidos como delitos ante los tribunales, por todo aquello: ya que fueron víctimas del odio, que no sean, también, víctimas del olvido.