“No ha hecho nada Raúl, Raúl tiene novia, Raúl es un chico muy majo… es lo mejor que hay de chicos jóvenes”. Así defendía una de las vecinas de Aranda de Duero a uno de los violadores condenados a 38 años por violar a una niña de 15 años. Como ella, hay una numerosa parte de la sociedad que cuestiona el relato, tanto hombres como mujeres, que criminalizan a la víctima y su forma de vivir libremente.