Los mismos que abanderaron y abanderan su cuerpo desnudo como símbolo de Transición y democracia, los mismo que se masturbaría por su cuerpo de niña, esos mismos que resudan caspa y olor a cerrado, justo esos no lo dudarían: Pepa Flores era una enemiga de España, una filoetarra, el leviatán comunista personificado.