De repente un furgón de mascachicles que andan por un aparcamiento como si fueran sheriffs, ataviados con un uniforme pesado, ese disfraz de Halloween que asusta como antes lo hacía el hombre del saco o los grises, llegan, dan unos porrazos y unos cuantos consejos al nuevo: “Tú le pones un poquito de chulería a todo lo que hagas y así todo es más fácil”. La sinopsis corta: nadie tiene la culpa o, al menos, nadie carga con ella. La sinopsis larga: el poder, las pasiones, el ritmo, Hannah Arendt y Max Weber.