Miles de personas luchan por lo que creen que es la justicia y la libertad en Hong Kong, Rusia y Francia –que propio de un ilustrado radical ha quedado esta introducción– , en España decenas de personas se pelean por tocar y cargar a la Virgen del Rocío. Porque ante todo somos gente de convenciones y las defendemos con sangre y mucho llanto. En el denominado “salto de la reja” una multitud pisa a otra multitud para llegar a la Virgen. Y la Virgen grita: «Me cago en Dios, que os la están colando en los parlamentos y las asambleas, dejad de tocarme el vestido, que me lo arrugáis».