Con las elecciones de Madrid –esa España dentro de España– a la esquina, volvemos a escuchar esa “terminología antigua”, esa clase olvidada por muchos: la clase obrera.

Con las elecciones de Madrid –esa España dentro de España– a la esquina, volvemos a escuchar esa “terminología antigua”, esa clase olvidada por muchos: la clase obrera.
Los mismos que abanderaron y abanderan su cuerpo desnudo como símbolo de Transición y democracia, los mismo que se masturbaría por su cuerpo de niña, esos mismos que resudan caspa y olor a cerrado, justo esos no lo dudarían: Pepa Flores era una enemiga de España, una filoetarra, el leviatán comunista personificado.