Carta a las llamas comuneras. Hace 500 años, se consumaba la derrota de la Revolución Comunera; el 23 de abril de 1521, las tropas imperiales de Carlos V vencieron al ejército popular comunero en la batalla de Villalar, y asesinaron al alba a los capitanes del movimiento: Padilla, Bravo y Maldonado. La historia que merece la pena es la historia de una idea, una idea vieja que sigue presente en nosotros, quizás hoy más que nunca. Porque sabemos que cuanto más vieja la yesca y más duro el pedernal, las llamas comuneras más fácil se prenderán, y si los pinares ardieron, ¡aún nos queda el encinar!