Es momento de tratar la Guerra y la Dictadura como lo que son, hechos atroces que rompieron la sociedad, que sólo han generado víctimas y que sólo podemos reparar aliviando su dolor con empatía. El hecho de que el argumento moral de los detractores de la Memoria Histórica, los vencedores ideológicos de la Guerra, sea repartir la culpa, en vez de socializar el dolor.