Aitor Miñambres es el director del Museo Memorial del Cinturón de Hierro situado en Berango. Además, preside la comisión de Memoria Histórica del municipio.
Aitor Miñambres no es solo un director de museo, es un profundo conocedor de la historia vasca. Nos atiende con la pasión propia de alguien con estas características.
¿Había alguna posibilidad de que el Cinturón resistiera?
«En mi opinión, no había escapatoria»
miñambres
¿Se pretendió cubrir una zona demasiado amplia?
«La filosofía era atrincherar la ciudad ayudándose de la altura que circunda la ciudad»
Miñambres
¿Por qué no funcionó el cinturón de hierro?
«Una cosa es que se te escape un obrero y otra que te traicione el ingeniero jefe»
Miñambres
Alejandro Goicoechea no fue el único traidor que quiso vender el Cinturón de Hierro a los sublevados. El capitán Murga fue el pionero en querer traicionar las defensas bilbaínas.
Según escribe Aitor Miñambres, en su publicación El Cinturón de Hierro, con fecha 28 de octubre de 1936 es detenido por la ertzaña el cónsul de Austria y de Hungría Guillermo Wakonigg cuando pretende embarcar en el buque de guerra británico Esmauth, tras ser registrada su valija diplomática. En la misma se haya abundante información para ser entregada al enemigo, entre la cual destaca un informe del capitán Murga con planos de construcción del cinturón de Bilbao y minuciosos detalles sobre las fortificaciones.
Varias personas relacionadas con esta red de espionaje son detenidas. El 10 de noviembre se celebra el juicio por traición al capitán Murga, en la sala segunda de la Audiencia de Bilbao. Durante el mismo, se evalúa la actuación del militar, el cual sorprendido por la sublevación militar del 18 de julio e impedido de poder participar en él, tras no producirse en Bilbao y serle imposible pasar a campo enemigo, decide colaborar aparentemente con el gobierno republicano esperando la oportunidad de servir a los sublevados.