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Con motivo del 8 de marzo (8M) entrevistamos a la activista feminista Pamela Palenciano (Andújar, 1982), conocida por su monólogo autobiográfico No sólo duelen los golpes, que si bien lleva representando desde hace ya más de una década, nunca deja indiferente a nadie. Los últimos meses esta obra ha sido objeto de burla por parte de la ultraderecha y uno de los mayores objetivos del pin parental y, es que, lo que necesitamos es #MenosPINMásPam.
Pamela Palenciano recibe a lamordaza.com en el parque frente al Centro Cultural El Pozo del tío Raimundo, Vallecas (Madrid), donde acude una vez al mes a trabajar con mujeres del barrio para preparar una performance de cara al 8M. Conversamos acerca del monólogo, feminismos, relaciones de asimetría, ultraderecha, América Latina… ¿Te apuntas?
No sólo duelen los golpes
En el monólogo “No sólo duelen los golpes” asegura que “todo lo que se aprende, del mismo modo puede ser desaprendido”, para ello necesitamos herramientas y referentes. ¿Cómo cree que podemos pasar por este difícil proceso?
Desaprender nos pone en jaque a todos los seres humanos, pero creo que es el camino. Esto es un gerundio, no hay una técnica concreta de cómo hacerlo. Lo que sí sé es que buscas la mirada hacia dentro.
Tenemos mamado un patriarcado colonial racista capitalista desde hace tanto tiempo que cuesta quitártelo, no es fácil. Lo cómodo es decir “no, cómo esto es así…”, pero ¡qué aburrido ser así!
Cuando dice en el monólogo que no desea que se le vea como una víctima más, ¿a qué se refiere concretamente?
Que ya lo fui y ya no lo soy, soy víctima de otras cosas. Cuando miramos a la gente como víctimas tú te alejas, parece que es las mujeres maltratadas, y yo. Cuando en verdad estamos todas inmersas en la parte víctima del grado que sea: uno o grado que te maten.
Mirarme como víctima al final alimenta las políticas más institucionales, a que todas las ayudas sean para las víctimas, nada más. A las mujeres se les manda el mensaje de “sal de ahí”, pero no se le dice al tipo “deja de maltratar”, con más hincapié, más reestructura del estado, el estado haciéndose cargo de la violencia que ejerce. Las políticas dirigidas a trabajar con los maltratadores no venden, vende siempre poner el parche.
Narrar los pasajes machistas y de maltrato a través del “humor” es otra manera de acercar al espectador a una realidad. ¿Cree que podemos usar el humor como herramienta de reflexión?
Yo si no fuera con humor no podría hacer esto. El humor aparte de que te hace reflexionar hace que el público afloje. Yo misma aflojo, y la ironía me sirve para sacar la acidez de la mierda que me revuelve, porque me revuelve mucha mierda lo que estoy contando.
Latinoamérica
Habla de relaciones de asimetría y no sólo se refiere a la establecida entre el hombre y la mujer, sino que también entre aquella que se da entre profesorado/alumnado, occidente/demás pueblos, etc. ¿Qué perspectiva social y de GÉNERO le reportó vivir en LATINOAMÉRICA respecto a Europa?
Allí son tantas urgencias, tantos frentes abiertos, de tanta impunidad: en los feminicidios, en el aborto, en los derechos básicos, en la pobreza, mucho más feminizada… Que se teoriza, pero se preocupa una más del cuerpo, del estar, del hacer.
En Europa cuando volví me chocaba tanta cabeza.
Conciencia de clase
En su discurso la conciencia de clase es evidente. ¿Debería ser ésta eje vertebrador de todas las luchas sociales?
Mi posicionamiento es un feminismo interseccional, sin intersección yo no veo feminismo. La idea no viene a debilitar la lucha, viene a sumar la conciencia de clase, de raza, de edad. Hay como una homogenización que queremos buscar en el feminismo de “todas somos mujeres y punto”, pero eso es muy facha en realidad, es muy fascista homogeneizar las luchas.
Lo que vienen a cuestionar las compañeras racializadas, las migrantes, las trabajadoras del hogar… Son nuestros privilegios. Tenemos que dejarnos y hacer más autocrítica. ¡No pasa nada!
Feminismos y 8M
Hoy más que nunca se habla de feminismo y feminismos. La discusión acerca de cómo se debería abordar la prostitución o el cuestionamiento del colectivo trans dentro del feminismo está generando mucha crispación. ¿Cómo se siente? ¿Considera que es momento de luchas internas?
Lo siento mucho, pero no es momento. Deberíamos darle un poco al pause y priorizar la agenda a otras cosas, que es, cómo nos están atacando, cómo nos están debilitando desde la ultraderecha, desde los fundamentalismos y no entrar en el juego de polarizar nuestros discursos como feministas ahora mismo.
El 8M está a la vuelta de la esquina y desde 2018 este día es cada vez más multitudinario, tanto que en el 2019 Ciudadanos se metió en el discurso bajo el resignificado lema “feminismo liberal”. ¿Todo vale?
No, ahora mismo no todo vale. El feminismo liberal claro que no cabe en nuestra lucha. Por eso digo que lo urgente es priorizar la interseccionalidad, el apoyo entre nosotras, la lucha de clases. Entonces, el feminismo liberal no cabe. Por eso es que sacar al debate en este momento el tema de la prostitución o el tema trans nos está debilitando como movimiento y la ultraderecha se está aprovechando.
Policías y Guardias Civiles molestos exigían hace unas semanas la dimisión de Irene Montero tras declarar que muchas mujeres cuando llegan a la comisaría sienten miedo al ver su relato cuestionado. ¿Hasta cuándo vamos a permitir que la caverna continúe?
Uno de mis sueños en todo este tiempo ha sido llevar el monólogo a trabajar con fiscales, policías, y gente que trabaja con las mujeres maltratadas, y mi discurso no entra. Entran otros discursos feministas de otras compañeras que están trabajando con el cuerpo de seguridad. Creo que a mí no me llevan porque saben que soy antifascista, no sólo voy a hablar de violencia de género.
Yo creo que Irene no tendría que rectificar porque es una realidad; hay mucha falta de sensibilización todavía dentro del cuerpo. Las mujeres van a denunciar y se cagan de miedo porque las miran que no las creen, porque pierden custodias de criaturas porque la policía misma se encarga de hacer informes que son totalmente falsos. No les puedo dar ningún beneficio de duda ahora mismo.
Ahora que tenemos un gobierno “progresista” conformado por PSOE-Podemos con Irene Montero a la cabeza del Ministerio de Igualdad, ¿hay más esperanza que nunca?
A mí siempre me cabe la esperanza, si no tuviera esperanza la verdad es que no sabría a qué agarrarme, porque está todo tan teñido de tanta violencia… Tengo la esperanza de que las cosas se van a hacer de otra manera y quiero agarrarme a ella, porque si no de verdad que me dan muchas ganas de tirar la toalla. Confío, pero siempre con la alerta.
¿Qué opinión le merece el rumbo que está tomando el feminismo?
Tengo una sensación agridulce, estoy bastante desilusionada y muy asustada. Quiero confiar en que va a pasar algo bueno este 8 de marzo, en que cuando nos despertemos por la mañana vamos a intentar todas hacer un ejercicio de permitir esos bloques dentro de la marcha, dejar que esos bloques estén.
Pin parental y censura
Debido a que bastantes de sus representaciones van dirigidas a un público de secundaria, su obra ha sido utilizada como ejemplo de lo que el pin parental podría vetar. ¿Qué es lo que le motiva a seguir trabajando en el ámbito de la secundaria?
La juventud, que son el presente y el futuro. Me motiva que cuando yo fui adolescente nadie me movió el piso, no tuve ninguna charla, ni taller, ni monólogo, ni obra de arte que yo cuando estaba con mi maltratador me hiciera abrir los ojos. Eso es lo que me mueve.
A finales de enero de este año la Asamblea de Madrid decidió “cancelar” la presentación de su monólogo que se iba a realizar en una sala de la Asamblea, invitada por Podemos, en apoyo contra la violencia machista. ¿Nos encontramos frente a un caso más de censura institucional?
Totalmente. Yo agradezco mucho el apoyo de Unidas Podemos porque fue el único partido que se posicionó a apoyarme, no sólo ese día en la Asamblea de Madrid, sino también por lo que había pasado la semana anterior con el pin parental.
Quien me apoyó directamente fue Isa Serra. Isa Serra y Teresa Rodríguez son dos mujeres que yo quisiera que fueran presidentas del país, porque ellas apuestan por algo que hay que ser muy valiente para apostar: el tema de las custodias que las mujeres pierden. Todo el apoyo a Infancia Libre que Isa Serra ha hecho me parece muy valiente por su parte.
¿Algún libro u obra que Pamela Palenciano recomendaría para instruir a la gente en feminismo y perspectiva de género?
- El feminismo es para todo el mundo, de Bell Hooks
- El nacimiento del placer: Una nueva geografía del amor, de Carol Gilligan
- Ser mujer negra en España, de Desirée Bela-Lobedde.
¿Algo que no hayamos mencionado y quiera añadir?
Estoy muy contenta con el cortometraje que he protagonizado en La Alborada, porque el chico que lo ha hecho tiene 17 años y es lo que para mí hace confiar en la juventud. Es un chico sensibilizado que hace el corto de su madre, quien escribió ese guion y el guion es su propia vida.
Creo que se pueden cambiar las cosas cuando tu vivencia la conviertes a través del arte en algo resiliente.