Hace apenas tres meses que publicaba en lamordaza.com un argumento similar que llevaba por título: “Los tontos somos nosotros, no la televisión”. Y es que a pesar de que estamos más informados que nunca, somos la generación más ignorante de la historia. ¿Para qué sirven la gran cantidad de información y acceso a la misma si después nos creemos lo primero que leemos? Te respondo por si no has podido contestar: para llegar al contexto actual en el que sobrevivimos.
Alcanzar el nivel de estupidez de hoy en día ha sido ardua tarea. No tuvo que ser fácil convencer a millones de personas de que Hitler era el futuro de Alemania. Imagino que fue un rompecabezas asegurar que la guerra de Vietnam era viable. O no tuvo que ser sencillo hacer olvidar o esconder a millones de personas alguna una guerra o un desastre natural.
la alemania nazi
La radio ha sido el instrumento de manipulación por excelencia de las últimas décadas. La aparición de la televisión apaciguó la bestia, aunque el transistor continúo convenciendo a millones de familias, en su mayoría de clase no-alta. Basta con recordar, aunque parezca que fue hace tropecientos millones de años, que la técnica usada por los nazis consistió en la propaganda, en su gran mayoría la difundida por las ondas invisibles.
La sociedad de las masas (grupos homogéneos sin voluntad autónoma y que actúan por impulsos irracionales) fue manipulada principalmente en el período de entreguerras (1920-1930) por varios medios: el cine, la cartelería, la televisión y la radio. De este modo, todos los mensajes se podían reproducir de manera masiva y emocional (apelando a las emociones del yo interior).
La inmediatez y ubicuidad de la radio fue el elemento clave de su éxito, lo que además hay que sumarle que escuchar la voz del presidente o del líder en el salón del hogar era algo novedoso, atractivo y emocionaba a la gente. Como ejemplo ario de esta moda fue la denominada Volksempfänger VE301 (radio del pueblo) alemana.
Esta radio fue el icono de la época nazi. Era barata y muy fácil de utilizar. Se le dio gran publicidad a través de la prensa; y la obsesión del ministro de propaganda nazi Joseph Goebbels de que cada persona tuviese una radio en casa para escuchar al Führer era enfermiza. Creyeron primordial que el mensaje fuese claro y conciso, además de constante durante las 24 horas del día.
Las redes, la nueva radio
Y sí, probablemente ya habrás dejado de leer o pensarás que soy un completo idiota porque “lo de los nazis” pasó hace mucho tiempo. Pues hoy en día no tiene nada que ver: es el mismo fenómeno, pero multiplicado por muchísimos números. Incluso cuando todavía estamos dentro del vientre de nuestra madre ya estamos registrados en el sistema. Estamos inmersos en una base de datos compuesta por miles de millones de datos con la que, cuando tengamos uso de razón, seremos totalmente manipulables y manipulados.
El mensaje siempre calará dentro de nosotros, el sistema está pensado para eso. Ya lo predijo y denunció Snowden. Estamos controlados y cada mensaje que llega a nuestros oídos está completamente medido. No todos nuestros lectores (desgraciadamente) escuchan la radio, pero estoy casi seguro de que todos tienen redes sociales. Mensajes claros, concisos y masivos.
Facebook, Google y Apple son la nueva radio nazi del pueblo. La nueva Volksempfänger y el nuevo Goebbels. No puedes escapar, estamos en una red en la que nosotros mismo nos hemos encerrado. Pescado al por mayor. Miles de millones de personas manipuladas y obedientes en apenas 280 caracteres, menos de treinta segundos de mensaje.