«Hay que poner fin los cánones, hábitos y costumbres», fue lo que en 1993 ultimó el grupo Bidasoako Emakumeak (BAE) cuando argumentó que el Alarde, festividad por excelencia y cita más esperada por los ciudadanos de Hondarribia e Irún, debía de ser igualitario. Desde la propuesta de Bidasoako Emakumeak la sociedad vivió –y vive en estos días tan señalados- un conflicto de tradición, identidad, y, para algunos, de orgullo. Bidasoako Emakumeak decidió crear un nueva unidad, la vigesimosegunda, para que la mujer, violada socialmente por esta festividad machista, pudiera tener presencia en el acto.
La gran mayoría de la población, tanto hombres como mujeres, en salvaguardia de la tradición, rechazaron -y continúan rechazando- la participación de las mujeres en la celebración, defendiendo así el “Betiko Alardea”.
En los medios de comunicación autonómicos, incluso antes del inicio de la fractura social de los ciudadanos en 1996, la festividad del Alarde copaba grandes titulares y amplios y detallados reportajes. Pero en 1996, a partir de la primera irrupción de la mujeres, la línea editorial de las noticias, crónicas o reportajes se alteró radicalmente, todos se posicionaron afines a sus propios intereses o cedieron ante presiones de terceros.
El Diario Vasco, periódico analizado , mantiene una clara tendencia a favor del Alarde tradicional (Betiko Alardea) y un categórico rechazo a la participación de mujeres en la festividad. El uso de eufemismos, encubrimiento de la realidad o la narración a modo anécdota son unas de las muchas técnicas que El Diario Vasco emplea para difamar la participación de las mujeres en el Alarde.
“El Alarde Tradicional de Hondarribia volvió a desfilar ayer por las calles de la localidad […] el sol dio brillantez a los actos festivos” (El Diario Vasco, 9 de septiembre de 1999). En las primeras líneas de la crónica el autor deja claro que solamente hubo un Alarde y que el Mixto no tuvo lugar, o que no debería haber tenido lugar: “La fiesta transcurrió con brillantez por el itinerario habitual”, Sí, tiene toda la razón, pero, ¿por qué transcurrió todo con brillantez y por el itinerario habitual? Porque los hombres y mujeres en contra del Alarde Mixto, ayudados por la policía, silenciaron a la masa a base de violencia e injusticia social. “El Alarde se escuchaba por las calles desde las siete de la mañana”, ¿Y no se escuchaba nada más? ¿Dónde queda la objetividad del periodismo? A la misma altura del que todavía cree que el Alarde no debe ser igualitario.
En otros escritos podemos observar como El Diario Vasco rechaza en todo momento la inclusión de las mujeres en el Alarde y narraba lo sucedido a modo de anécdota, hechos aislados o incidentes puntuales. En “Tambores y pólvora”, supuesta crónica objetiva de sucesos, no menciona, directamente, al Grupo Mixto. Podemos entrever, leyendo entre líneas, que en las referencias de: “Alarde Tradicional”; “veintiún unidades”; “El sonido de los tambores […] acompañaban la marcha de veintiún unidades”, que el periodista hace creer al lector que el Alarde no ha sufrido ninguna alteración y que la integridad de la fiesta continúa intacta. Pero, en base a esas declaraciones, vemos que el periodista es consciente en todo momento de que sí hay otro grupo (el que defiende el Alarde Mixto) y tiene la intención del caldear, todavía más, el conflicto social.
El Diario Vasco deshumaniza e intentan minimizar el impacto social que puede generar la inclusión de la mujer en el Alarde. Convierten la igualdad de género en algo que hay que combatir con fuego y rabia para que la tradición, extrapolada al Alarde pero históricamente marcada por el varón blanco y burgués, no se vea comprometida a una altercación de sus principios, machistas y opresores, y que continué por la comodidad patriarcal. Incluso, el mismo periódico (en otra noticia de 1999) afirma que las mujeres convierten la fiesta del Alarde en incómoda y las culpan de estropear la tradición. En conclusión, la postura que adopta El Diario Vasco es de total rechazo al Alarde Igualitario. Quiere que la tradición continué siendo representada por los hombres y que el Grupo Mixto no tenga sitio en la festividad. Toda agresión crea una reacción de rechazo.
El tono despectivo y desligitamador que adopta El Diario Vasco es un insulto a todas las mujeres que luchan a diario para que puedan convivir en un mundo más equitativo y no tener que luchar contra los cuatro machitos que no quieren ceder su terreno.