Antonio de la Torre: “El objetivo es que los opresores no tengan necesidad de oprimir”

Antonio de la Torre

Antonio de la Torre (Málaga, 1968) nos recibe con barba del malo de la peli y con el tiempo justo. “Estoy como la pantoja”, señala y mira el reloj. El actor malagueño está echando una mano a todo el que puede, ya sea con un vídeo incentivador, con una entrevista alentadora o con una reflexión en un encuentro online. 

Tengo amigos, con nombres y apellidos, muy jodidos con esta puta situación. Hay que dar un impulso como sea. Antes siempre había sido muy de estar con el currito, ahora pienso también en ese pequeño empresario del bar, la frutería, el autónomo”, admite de la Torre. 

El actor con más nominaciones a los Goya (14) y con premio por ‘AzulOscuroCasiNegro’ y ‘El Reino’, periodista de formación, quiere dejar claro que no ha recibido ningún bizum por titiritero socialcomunistachavista. “Parece una gilipollez, pero hay que dejar claro que lo de las subvenciones no funciona así. Hasta las empresas con un carácter más capitalista y en un país con más mentalidad neoliberal, como en EE. UU, reciben incentivos, ayudas”. Señala que cada euro invertido en cine en España genera al menos dos, por lo que el debate de las subvenciones es absurdo o se usa «con fines partidistas».

¿Cómo lleva el confinamiento? Mal y bien. “Mejor que Higinio en ‘La trinchera infinita’, claro”. Está en Sevilla. Lee. Sólo ha visto una película que dejamos a la adivinanza: es esa que clava esto de la pandemia futurista que nadie se creería vivir, esa que ha pasado de ser ‘ficción’ a ‘drama’.

Aguiluchos y cacerolas

El espacio público ahora mismo está lleno de aguiluchos y cacerolas de plata. Lo ocupan algunos que anhelan y se encaprichan del pasado, concretamente con quienes se alzaron en armas. “Cuando acabó la I GM se acordó que no se repitiera. Se repitió con una segunda. ¿De aquellos polvos estos lodos? La dinámica humana, la condición humana es así. No lo sé, es muy complicado”, reflexiona cuando le preguntamos por el papel de los que esperaban que fuera derrotado el nazismo y con ello, el franquismo.

Pero no, como se ve en el filme que le dio el Goya a Belén Cuesta, la mujer de Antonio de la Torre en la ficción, cuando el Ejército Rojo iza la bandera de la hoz y el martillo, el franquismo no cayó. Algunos tuvieron que esconderse en las montañas, otros, en buhardillas. Hablamos de casi cuatro décadas de persecución. ¿De aquellos polvos estos lodos?, ¿para ellos las calles?, ¿nos curamos en salud si nos recluimos en casa?, ¿qué da más miedo, la pandemia o los cincuenta neonazis que se pasean por barrios obreros de Madrid?

Consumir, consumir

«Es todo muy complicado, macho. Las dinámicas humanas, como he repetido varias veces en esta conversación, son así. Como decía Mujica, el ser humano es gregario, socialista, el capitalismo es un constructo cultural. ¿Cambiarán las dinámicas? Es algo que empieza en el individuo. Como decía Mujica: ‘Consumir, consumir, consumir…’”, nos deleita con una interpretación de un viejo cascarrabias, con el callo de haber haber realizado “La noche de 12 años” en la que interpreta al expresidente del Uruguay. que ante la Asamblea General de la ONU nos inquirió a todos: «Parece que nacimos para consumir y consumir, y cuando no podemos, cargamos con la frustración, la pobreza y hasta la autoexclusión».

“Todos debiéramos tener Filmin. Filmin es la hostia. No me pagan, eh, no me pagan, pero es la hostia”, dice. Elucubrando sobre las nuevas plataformas sentencia aburrido: “No sé. La televisión no acabó con la radio, las plataformas no van a acabar con el cine, no sé, no sé”. Y añade: «Yo nunca me he emocionado tanto, tanto, tanto como en una sala de cine. Pero es una opción»

Cine español, ¿equidistancia?

Respecto a la equidistancia del cine, no tiene certezas. Es amigo de quien inició el debate de nuevo en Twitter, Santiago Segura. «Santiago segura pretende tender puentes, hablé con él y tenía una reflexión mucho más elaborada de lo que se ha entendido con sus tuits». Y añade: «Está claro que no posicionarse es posicionarse, yo me posiciono». «¿Cómo es esa máxima? ¿Si no estás contra el opresor eres el opresor? Algo así», sentencia el debate.

“Twitter no es el mundo, no representa al mundo. Twitter no es la realidad”, deja claro el actor malagueño. “Quizá no salgamos mejor de esta, pero lo que está claro es que el ideal, el objetivo es que los opresores no tengan necesidad de oprimir. Es el objetivo, y es algo que también he aprendido de Mujica”.

Autocensura

También hay tiempo, aunque ya mira el reloj preocupado, para hablar sobre la restricción de libertades. De repente saca un libro: El Director, de David Jiménez. «Os juro que no estaba preparado, pero aquí lo tengo, lo estoy empezando». Antonio de la Torre ha ejercido como periodista y conoce el mundo mediático. Es conciso: “Lo peor de la censura, si lo hay, es la autocensura. Es más, lo peor no es la censura, que también. Lo peor es cuando no te planteas ni decirlo, ni escribirlo, ahí estás jodido. Ahí ganan otros. You are dead”

“You are dead”, interpreta cambiando la voz y poniendo la cara del malo de la película. Este es Antonio de la Torre

«Besarkada«, nos dice. Y Skype se apaga.