Venezuela, crónica de un golpe anunciado


Un artículo de Egoitz Carpenter, @egoitzcarpenter

El pasado 30 de abril el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela Juan Guaidó llamaba al alzamiento cívico-militar contra el Gobierno de la República bolivariana de Venezuela. Así, comenzó la fase final de la llamada “Operación Libertad”, iniciada cuando la Asamblea Nacional venezolana, órgano de mayoría opositora, decidió asumir las funciones del poder Ejecutivo, juramentando a Juan Guaidó como presidente interino de la nación.

Después de la proclamación, Estados Unidos no tardó en pronunciarse a favor de Juan Guaidó. El presidente Donald Trump advirtió a Nicolás Maduro que “todas las opciones están sobre la mesa”, sin descartar una intervención militar. Los principales países de la Unión Europea tampoco tardaron en posicionarse del lado del presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó. China y Rusia continuaron con el apoyo al presidente electo en las presidenciales de 2018, Nicolás Maduro.

Tras lo acontecido en enero, se abrió un periodo de movilizaciones en contra -también a favor- del actual gobierno bolivariano. Guaidó pretendía dar la impresión de estar respaldado por todo el pueblo venezolano. Maduro intentaba mostrar que aún contaba con el apoyo de los ciudadanos y, que ante todo, él era el único y legítimo presidente.

Los medios de comunicación, principales mecanismos para controlar la opinión mediática del país, se posicionaron en contra de Maduro y, en ocasiones, atacaban al presidente con Fake News u otros mecanismos mediáticos, favoreciendo a los opositores la justificación de un posible golpe de Estado y, sobre todo, legitimar su posición dentro de la sociedad venezolana. Así, los venezolanos se vieron encerrados en una llamarada que no paraba de crecer, y que se continuaba avivando una fogosidad que arrasa con todo.

En la última fase de la “Operación Libertad” las fuerzas de Guaidó han liberado al ex-líder opositor Leopoldo López. El anti-chavista cumplía un arresto domiciliario por la pena de casi 14 años por instigar a la violencia en las manifestaciones antigubernamentales que se saldaron con un total de 43 muertos en el año 2014. Una vez liberado, Juan Guaidó y el propio Leopoldo López reunieron una decena de militares y llamaron a la insurrección militar y civil contra el gobierno de Maduro. Tras varios incidentes y un intento de asalto a la base militar, La Carlota, fuerzas de seguridad bolivarianas, consiguieron sofocar los lugares claves sin mucha dificultad, pese a algunas imágenes difundidas, sin mucha violencia.

Tras el fracaso del golpe contra Maduro, reconocido por Guaido hace unas horas, Leopoldo López y su familia se han trasladado a la residencia del embajador español en Caracas. Así lo ha comunicado el Ministerio de Exteriores, que, tras la orden de detención emitida por el Gobierno venezolano, ha garantizado la seguridad de Leopoldo López, negándose a entregarlo a las autoridades.

El futuro de Venezuela

Por un lado, Maduro ha demostrado, tras varios meses de golpismo, que tanto el pueblo venezolano como las fuerzas armadas lo respaldan (sin entrar en valoraciones sobre sobornos), por lo que, como es lógico, está dispuesto a cumplir su mandato, que es de 6 años. Por otro lado, Guaidó tiene un gran respaldo internacional, sobre todo por parte de los Estados Unidos, ya que este ha prometido liberalizar la economía y abrir el mercado del petróleo a inversiones extranjeras. No hay duda de que el peor parado es el pueblo venezolano, que está sufriendo una nefasta situación económica, derivada de la mala gestión por parte del gobierno, así como del bloqueo financiero que sufre el país.

En este recorrido por la Venezuela mediática, no estaría de más finalizar remarcando la importancia de las resistencias antiimperialistas, con proyectos socialistas, como las de Venezuela o Bolivia en América Latina, y más ahora, con la llegada al poder de individuos como Macri en Argentina o Bolsonaro en Brasil, con políticas ultra liberales y con discursos racistas, sexistas y homófobos. América Latina no puede permitirse volver a ser el patio trasero de los Estados Unidos y sobre todo la comunidad internacional no tendría que permitir que EEUU siga financiando golpes e interviniendo militarmente (Libia, Irak, Siria, etc.) o bloqueando económicamente (Cuba, Venezuela) otros países en base a sus propios intereses.

«Váyanse al carajo, yanquis de mierda, que aquí hay un pueblo digno” Hugo Chávez.