Neuroeducación: la mascarilla y sus limitaciones

Un niño con mascarilla para el coronavirus en un colegio de Austria. LEONHARD FOEGER REUTERS

Crónica en una de la zonas confinadas de Madrid, en Getafe: ¿es la mascarilla el peor enemigo de la escuela y, por tanto, de los niños?

lamordaza.com está financiada por tres jóvenes periodistas y los gastos nos dejan tiritando. Caen nuestras notas académicas. Nuestras familias nos echan de menos. Son muchas horas tecleando. ¿Nos invitáis a un café con una donación? Aquí te dejamos nuestro Ko-fi. ¡Gracias!

Neuroeducación. Son las nueve menos cuarto de la mañana de un lunes y decido acercarme a las puertas de dos colegios getafenses que se encuentran a partir de hoy dentro de la zona de confinamiento ‘selectivo’, el CEIP Ortiz Echagüe en Las Margaritas y el Centro Privado de Educación Infantil y Primaria Liceo Juan de la Cierva I en Sánchez Morate. Hace ya casi dos semanas del inicio del curso en la Comunidad de Madrid, dos semanas de un inicio inusual marcado por las medidas de distanciamiento social, el gel y muchas mascarillas de colores y dibujitos.

A las cero horas de este lunes entraba en vigor la nueva normativa que como Ayuso advertía intensificará la vigilancia policial, entre otras, en estas zonas para asegurarse de que cada ciudadano cumpla con su cometido. Pero ni rastro, sólo se dejan ver los trabajadores más madrugadores, padres y, sobre todo, madres que llevan al cole a sus retoños. Los más pequeños se saben al dedillo no sólo el camino, sino que también el protocolo que los espera en la entrada: fila india, lavado de manos con gel hidroalcohólico y toma de temperatura. A las nueve en el Ortiz Echagüe y media hora más tarde, la bienvenida es la misma en el Liceo, aunque estos últimos tienen la suerte de ser recibidos con la banda sonora de nada más y nada menos que Superman. De ahí que unos niños estuvieran cantando en la puerta del centro “Superman, chorizo con pan”. Desde luego, hay cánticos que sobreviven al paso del tiempo.

Pese a las ineludibles complejas circunstancias que estamos viviendo no se respira gran sensación de ansiedad social, ni en los progenitores, ni en el profesorado, y mucho menos en los niños y niñas a una mascarilla pegadas. Se respira un “es lo que hay”, pero los padres están preocupados. No sólo por el miedo al posible futuro contagio de sus hijos, sino que también por las repercusiones que pueda tener en la comunicación y en el desarrollo social y personal medidas como el uso obligatorio de la mascarilla a partir de los 6 años.

«La dichosa mascarilla»: neuroeducación

El experto en neuroeducación Fernando Alberca alerta en su nuevo libro Educa sin estrés de que la mascarilla puede que se convierta en “el peor enemigo de la escuela”. “Al ver sólo caras tapadas los niños no podrán interpretar el lenguaje gestual, lo que puede ser devastador”, añade.  Particularmente los alumnos más pequeños demandan un sistema de aprendizaje basado en un modelado gestual y vocal, mismamente para enseñarles a vocalizar correctamente las palabras o a leer.

A la psicóloga e investigadora Ángela Ulloa Solís, trabajadora en la Unidad de Adolescentes del Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid, también le inquietan las cuestiones relacionadas con la neuroeducación. Ulloa con un tono menos alarmista apunta que la edad y, sobre todo, las condiciones psicológicas previas determinaran el desarrollo del alumnado y su relación con las nuevas medidas. “Las etapas son clave porque hasta el final de la educación infantil se sigue configurando la referencia social como vehículo para que el niño aprenda a relacionarse con el medio y con los compañeros, y en la adolescencia también es un punto importante”, comenta Ulloa en una entrevista a la BBC Mundo.

Comunicación no verbal: neuroeducación

El Instituto Superior de Estudios Psicológicos apunta que hay evidencias de que al año de nacer, los bebés copian las conductas de las personas adultas de referencia por la activación de las neuronas espejo.  A estas neuronas también se las conoce como “células de la empatía” y son mediante las cuales los niños desarrollan progresivamente la referencia social y con ella la capacidad de reconocer y hacer uso de expresiones emocionales y faciales.

Alberca recoge en su libro Educa sin estrés que el ser humano está diseñado desde su nacimiento para interpretar los 43 músculos de la cara y recuerda que los bebés aprenden a identificar, durante su primer año de vida, a la persona que los cuida por la forma de su mandíbula. “Se trata de la parte del ser humano más primitiva”, comenta. “Pero si un niño sólo ve mascarillas ¿cómo interpretará esa relación?”, se pregunta.

Siempre más preguntas que respuestas.

Hablar con la mirada: neuroeducación

La mascarilla únicamente deja al descubierto los ojos, esas dos bolitas brillantes que a veces dicen mucho y otras más bien poco. Alberca reconoce que hablar con la mirada es complejo, pues apunta que la interpretación de las mismas sólo está al alcance de los expertos y los mayores, pero no al juicio interpretativo de niños y adolescentes.

Ulloa se muestra más esperanzada al respecto; señala que de esta forma incluso los más pequeños podrían volverse expertos en eso de hablar con la mirada llegando a desarrollar “una mirada más empática”.

En el Ortiz Echague no tienen tiempo para breves entrevistas, quizá sea el miedo a ser juzgados por el mínimo error. No es de extrañar. Cuando los niños estaban con un pie fuera y otro dentro del colegio ha habido un momento en el que las distancias se han estrechado algo más y justo en ese momento ha pasado una furgoneta de un Centro de Mayores de Getafe. El copiloto móvil en mano parecía venir preparado para grabar y ha grabado, claro.

Sin embargo, desde el Liceo, el jefe de estudios comenta que los niños se han adaptado más rápido de lo esperado. Añade incluso que a menudo a los niños se les olvida que llevan puesta la mascarilla, lo cual no quiere decir que ésta no suponga, como hemos visto, numerosas dificultades. Puntualiza que no se puede hacer uso de material común, que incluso las clases de Educación Física se llevan a cabo sin material, pero que a poco más de dos semanas del inicio del curso aún es difícil analizar las complejidades sobre las que venimos hablando.

Más allá de medidas protocolarias vamos sobre la marcha”, sentencia y sobre la marcha iremos viendo los efectos de las medidas obligatorias en el aprendizaje y el desarrollo personal de los escolares. Mientras tanto, prima la resignación y el famoso “es mejor la mascarilla que morirse”.