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¿Qué es OnlyFans y por qué tanto revuelo en las redes sociales?
Por Alba Ávila
Y de nuevo caímos en la inocencia perturbadora del sistema. ¿Qué es lo que nos ha pasado esta vez? La respuesta; Onlyfans, la plataforma que se ha vuelto viral en los últimos años y que apenas llegó a nuestro país, millones de jóvenes se unieron a ella.
Onlyfans nació en Reino Unido y se lanzó al mercado en 2016 bajo la atractiva idea de ganar dinero de forma rápida y sencilla. La plataforma inició su carrera a través de la creación de un mercado de material audiovisual, en el cual, aquellas personas interesadas podían compartir su contenido, recibiendo a cambio una bonificación económica. Por lo tanto, los usuarios solo y únicamente pueden acceder a dichos documentos pagando la suscripción mensual propuesta por los creadores de contenido.
Nuevo mercado pornográfico
Pero es aquí donde está el meollo del asunto; efectivamente, no todo iba a ser coser y cantar. La red social permite a los creadores de contenido compartir sus documentos, y lo que para algunos comenzó siendo una distribución de contenido de todo tipo (desde el fitness hasta la moda ), para otros, comenzó a ser el libre albedrío del nuevo mercado pornográfico. Muchas de las fotografías y vídeos “subidos de tono” que otras redes sociales como Instagram, Twitter, Facebook y Snapchat tratan de bloquear para evitar la distribución de contenido pornográfico, Onlyfans lo permite haciendo crecer el porcentaje de menores de 18 años que comparten contenido explícito, según el documental de la BBC Nudes4Sale.
Como respuesta a las continuas críticas, Onlyfans estableció un proceso de verificación de la cuenta en la que se debía enviar un “selfie” junto con el DNI para corroborar la identidad del usuario. Sin embargo, la seguridad no es la idónea: nada que no pueda hacer una persona adolescente de dieciséis años que lleva un tercio de su vida explorando Internet.
Precariedad laboral en la juventud
El mercado pornográfico no para de crecer, modificándose con cada generación y escondiéndose bajo el telón de la liberalización de los cuerpos. Lo que se esconde bajo el eslogan feminista que el capitalismo ha hecho propio, como con casi todos los movimientos actuales (Black Lives Matter, el movimiento LGTBI, el movimiento pro diversidad), a través de la venta de merchandising como suele hacer nuestro querido Amancio Ortega, es un mercado que explota, sexualiza y objetiviza el cuerpo de las mujeres. Además, incorpora, en este caso a las menores de edad, con lo que comercia con la pornografía infantil y enfatiza los roles de género.
Es más, resulta que Onlyfans pretende consolidarse como una salida profesional racional y estable dando solución a la crisis del coronavirus que ha provocado un aumento muy considerable en el desempleo juvenil. Millones de jóvenes acaban planteándose la posibilidad de abrirse una cuenta en la red social para ganar dinero de forma fácil.
Hipersexualización y consecuencias
Las consecuencias no son fáciles de asumir y, es que, millones de mujeres nos vemos afectadas por las consecuencias de la sexualización de nuestros cuerpos que moldea y perturba los aspectos de nuestra vida cotidiana. Una de las secuelas más graves a la que nos tenemos que enfrentar es la derivada de los problemas alimenticios, y esto no es más que el resultado directo e indirecto de la reproducción del cuerpo de las mujeres en la sociedad. La mística de la feminidad, el deseo y la fantasía que la sociedad patriarcal ha explotado tanto hace que nuestra concepción de nosotras mismas y de nuestros cuerpos se quiera amoldar a los perfiles normativos que se nos han impuesto. Dejamos de querernos, de aceptarnos; en definitiva, dejamos de ser nosotras mismas para cumplir con los cánones de belleza actuales.
Falso empoderamiento
Onlyfans no sólo enfatiza lo anterior, sino que ha conseguido de forma infiltrada, acoplarse a la idea feminista de millones de mujeres fomentando la falsa sensación de empoderamiento femenino. Junto a esto y una mala interpretación del término hace que mujeres de todo el mundo acepten con los brazos abiertos este tipo de pornografía disfrazada de libertad. Al fin y al cabo, las personas que suben contenido están sujetas a las peticiones de los usuarios, esto hace que dependan de ello para la obtención de beneficio económico. Y no, no es al contrario.
En un mundo con límites, ya sobrepasados, debemos replantearnos las nuevas redes capitalistas porque podríamos tropezar con la misma piedra una y otra vez, la cual se disfraza con cada generación. Sí, en definitiva, como mujeres somos libres de hacer lo que nos plazca con nuestros cuerpos, pero seguimos viviendo en un sistema capitalista al cual lo único que le interesa es sacar provecho de ello. No caigamos en la libertad engañosa, esta vez no.
Recordemos pues lo que decía Kate Millet en una de las obras más importantes del feminismo, la Política Sexual; “El mundo fantástico forjado en torno al sexo fomenta la ilusión de poder y se apoya doblemente sobre la cosificación de la mujer”.