La izquierda es por definición internacionalista y, por tanto, las fronteras o muros no son algo deseable ni defendido por una persona de izquierdas. Pero no todo se puede pensar desde la teoría, la pureza ideológica o lo abstracto, también hemos de tener en cuenta que toda persona de izquierdas que aspire a cambiar algo debe seguir la máxima leninista del “análisis concreto de la situación concreta”. Esto es lo que ocurre al analizar el hecho histórico que supuso el Muro de Berlín, cuyo nombre oficial fue Muro de Protección Antifascista de Berlín.
¿Memoria vergonzosa?
Al pensar en el Muro de Berlín se nos viene a la cabeza un tercer término empleado desde Occidente para denominarlo: el ‘Muro de la vergüenza’. Solo con esta conceptualización observamos el claro sesgo que ha existido a la hora de contarnos la realidad de lo que fue la división de Berlín. La “vergüenza” a la que se hace referencia era, por supuesto, la que debía sentir la Alemania socialista por haber construido (de forma malvada y antojadiza al parecer) un muro que dividía a los alemanes.
Si queremos hablar del Muro de Berlín y entender, en términos generales, su razón de ser, hay que dejar claras algunas cuestiones:
Lo que debemos saber
En primer lugar, debemos saber que el Muro no separaba la República Federal Alemana de la República Democrática Alemana, no era una gran pared que partía Alemania en dos. El país estaba dividido en dos por una frontera convencional (todo lo convencional que podía ser una frontera entre un país socialista y otro capitalista en plena Guerra Fría), pero la cuestión aquí es que también Berlín estaba dividida.
La ciudad alemana se encontraba en la parte comunista. ¿Qué suponía esto? Que la parte capitalista de Berlín era una isla en medio de la parte comunista de Alemania. Digamos que es como si, a día de hoy y salvando las enormes distancias, Corea del Sur tuviera un trozo de Pyongyang o Corea del Norte tuviera un trozo de Seúl. Evidentemente, al margen de la ideología y recurriendo solo a la geopolítica, al país con “la isla dentro” no le haría mucha gracia esta situación. El Muro de Berlín rodeaba a esta isla que suponía Berlín Occidental.
En segundo lugar, al hilo de lo que acabamos de decir sobre la localización del Muro, se desmiente otra gran creencia popular (o propaganda occidental, según se vea) consistente en que el Muro que construyó la RDA (Alemania socialista/comunista) encerraba a sus ciudadanos para que no pudieran escapar. Esto es completamente falso. El Muro rodeaba a la parte capitalista de Berlín, es decir, estaba dentro de la RDA, no por fuera.
Desnazificar y democratizar
Para entender la construcción del Muro nos tenemos que remontar a la división de Alemania en dos países diferentes en 1949. Tras la liberación soviética del país y la derrota del Tercer Reich a manos del Ejército Rojo, Alemania quedó destruida y ocupada por potencias extranjeras. A pesar de haber sido la Unión Soviética la que liberó la nación europea, se hizo una separación en tres partes iguales del territorio alemán, tal y como se había acordado a lo largo de las conferencias de Teherán, Yalta y Potsdam. En ellas se planteó una unificación posterior de Alemania y una línea política que consistiera en las ‘4 D’: desnazificar, desmilitarizar, descentralizar y democratizar.
El 1 de julio de 1945, día del que hoy se cumplen 75 años, se estableció la frontera entre las zonas de ocupación capitalistas y la soviética. El tercio de territorio de los soviéticos era la zona más destruida durante la guerra y la más pobre con solo un 30% de la industria. Dos años después Estados Unidos lanza el Plan Marshall, con la intención de influir en Europa (la versión oficial era la de ayudar a la reconstrucción) y en él se incluye a la zona de ocupación capitalista alemana.
Una constitución impuesta
George Kennan (Departamento de Estado de EEUU) ya mostró en estos años su voluntad de centrarse en la parte occidental alemana y dejar a un lado la reunificación. Lo siguiente que ocurrió fue el abandono por parte de la URSS del Consejo Aliado de Control y la formación de la Conferencia de Londres entre Francia, Reino Unido y Estados Unidos para crear la RFA. Esta creación de un nuevo país en parte del territorio alemán incumplía claramente la Conferencia de Potsdam. La URSS, como respuesta, bloqueó el acceso terrestre al Berlín capitalista y creó la RDA. La Constitución de la RFA, que a día de hoy continúa siendo la de Alemania (Ley Fundamental de la República Federal de Alemania), fue redactada y aprobada por las potencias capitalistas y nunca ha sido votada por el pueblo alemán.
En 1952 Stalin hace un intento de reunificar Alemania a través de la denominada ‘Nota de Stalin’ y propone negociaciones entre las 4 potencias. EEUU aceptó, pero el resto de países capitalistas involucrados no lo hicieron. En 1958 Kruschev hizo el último intento en este sentido, EEUU volvió a aceptar, pero con unas elecciones en toda Alemania como condición. Kruschev las rechazó porque la RFA doblaba en habitantes a la RDA y temía que la influencia capitalista hiciera que Alemania cayera en las manos de EEUU. Alemania quedó dividida hasta 1990. La frontera entre ambos países se convirtió en uno de los mayores puntos de tensión de la Guerra Fría, llegando a estar frente a frente los tanques de la OTAN y del Pacto de Varsovia.
¿Dos democracias?
Una vez entendido cómo se dividió Alemania, veremos superficialmente algunos aspectos sobre el Muro y algunas diferencias entre la RFA y la RDA, prestando especial atención a las que no se suelen comentar habitualmente. Ambos proyectos suponían dos cosmovisiones y dos maneras muy diferentes de entender el término ‘democracia’: la liberal y la popular.
Habitualmente se nos ha contado que la RFA era la Alemania democrática y que la RDA era una dictadura socialista en la que se asesinaba a la gente por atravesar el Muro. Es cierto que hubo muertes en el Muro de Berlín, es innegable. La condena al presidente de la RDA, Erich Honecker, las cifraba concretamente en 192 muertes.
Tan solo en 2019 (con datos hasta el 11 de diciembre) la Organización Internacional para las Migraciones contabilizó 432 muertes en el Mediterráneo de personas con la intención de cruzar la frontera española, por contextualizar. Podríamos afirmar, entonces, que entrar en España es el doble de letal en menos de un año de lo que lo fue intentar cruzar el Muro de Berlín durante todos sus años de existencia. ¿Seguimos utilizando este tipo de criterios para diferenciar entre dictadura y democracia?
nazi-fascistas, Prohibidos
Respecto a los sistemas políticos que hubo en la RDA y la RFA, los dos fueron sistemas multipartidistas, es decir, en la supuesta dictadura de la Alemania comunista se presentaban todo tipo de partidos a las elecciones. Aunque, si queremos ser fieles a la verdad, debemos reconocer que sí que se prohibió la participación a un tipo de partidos: los nazi-fascistas.
En las primeras elecciones que se celebraron en la zona de ocupación soviética (1945) se decretó el permiso para la formación de partidos políticos democráticos y antifascistas. En la Alemania capitalista, sin embargo, lo que se ilegalizó fue el Partido Comunista en 1956. Diferentes concepciones de la democracia.
Podríamos hablar también del ámbito social, destacando, además de los derechos laborales propios del socialismo, la obtención de derechos por parte de las mujeres o del colectivo LGTB. La legalización del aborto en la Alemania comunista tuvo lugar en 1972, en la capitalista no tuvo lugar. La homosexualidad fue despenalizada en 1968 en la Alemania comunista, mientras que en la capitalista tampoco tuvo lugar; se despenalizó en 1994 cuando ya se habían unificado de nuevo.
Transición vs. cortar de raíz
Otra gran diferencia entre la dictadura alemana y la democracia alemana (dejaremos a criterio de quien nos lee decidir cuál es cuál) es la relacionada con el proceso de desnazificación. En la RDA, como hemos mencionado, se exigió la condena al nazismo para participar en las elecciones y se llevó a cabo un proceso claro y transparente de eliminación del nazismo en las instituciones. En la RFA el 53% de los cuadros jerárquicos encargados de la Justicia entre 1949 y 1973 (que habían nacido antes de 1927) habían pertenecido al partido de Hitler. No es algo que nos inventemos, sino que el Ministro de Justicia Alemán ofreció estos datos en 2016. Curioso proceso de desnazificación el de la Alemania capitalista. Diferentes concepciones de la democracia…
Esta presencia ultraderechista no es algo coyuntural o fruto del pasado nazi alemán, sino que fue algo fomentado desde las instituciones de los países capitalistas, cuyo objetivo principal era combatir el comunismo en Europa. Muestra de ello son los paramilitares de extrema derecha que nutrían las redes terroristas Stay Behind en toda Europa.
LA OTAN Y SUS ZARPAS
Estas redes fueron (aunque nunca se ha acreditado su disolución) grupos paralelos e ilegales financiados por la OTAN, cuyo objetivo viró desde una inicial respuesta a una hipotética invasión soviética de Europa, hasta la desestabilización y manipulación de la política interna de los países europeos. Quizá por “Stay Behind” no nos suene, pero si hacemos alusión a la Operación Gladio (red stay behind italiana) probablemente sí. El canal alemán RTL reveló en un reportaje que exmiembros de las SS nazis fueron después miembros de la red stay behind alemana, financiada por la OTAN para luchar contra el comunismo.
De nuevo esto no nos lo inventamos. El Primer Ministro italiano, Giulio Andreotti, reconoció la existencia de estas redes el 2 de agosto de 1990 y, ese mismo año, el Parlamento Europeo realizó una condena al respecto, anunciando una futura investigación de la que en 2020 todavía no tenemos noticia.
Protección antifascista
Hemos podido ver que la creación del Muro de Protección Antifascista de Berlín (1961) obedecía a una coyuntura geopolítica concreta, a la existencia de una “isla” enemiga en el centro de un territorio, a la existencia de espionaje y agresiones por parte de ambos bloques (que requería de unas fronteras y un control fuertes) y a la presencia de grupos anticomunistas de extrema derecha en la zona capitalista. Es innegable que esto se sumaba a una sangría migratoria importante de la zona comunista hacia la capitalista, aunque también es interesante acudir a los datos y observar cuántos de esos migrantes solicitaban el regreso a la RDA.
El resto es historia conocida por todos: llega Gorbachov a la URSS, acerca posturas con EEUU, obliga a dimitir a Erich Honecker, se derriba el Muro de Berlín en la noche del 9 de noviembre de 1989, se ilegaliza el Partido Socialista Unificado de la RDA y se convocan, por fin, elecciones con libertad. Con la libertad de que Estados Unidos controlase el territorio alemán que le faltaba por controlar.
Palabra de honecker
Para conocer más sobre la división de Alemania, el Muro y la democracia en Europa, es muy interesante la declaración de Erich Honecker frente al tribunal de la RFA que pretendió juzgarle. Acabamos con un fragmento de la misma:
“Yo he dedicado mi existencia a la RDA. Desde mayo de 1971 sobre todo, he tenido una responsabilidad relevante para su historia. Yo soy por consiguiente parte en causa y además de eso debilitado por la edad y la enfermedad. Y, sin embargo, llegando al final de mi vida, tengo la certeza de que la RDA no ha sido constituida en vano. La RDA ha representado un símbolo de que el Socialismo es posible y de que es mejor que el capitalismo. Se ha tratado de un experimento que ha fallado. Pero por un experimento fracasado la humanidad nunca ha abandonado la búsqueda de nuevos conocimientos y de nuevas vías. Se necesita ahora analizar las razones por las cuales este experimento ha fallado. Seguramente lo que ha sucedido se debe también a que nosotros –me refiero a los responsables de todos los países socialistas europeos- hemos cometido errores que podrían haberse evitado. Seguramente ha fracasado en la RDA entre otras cosas porque los ciudadanos de la RDA, así como otros alemanes antes que ellos, han sucumbido a una decisión equivocada y porque nuestros adversarios eran todavía demasiado poderosos. La experiencia histórica de la RDA, junto a la de los otros países exsocialistas, serán útiles a millones de hombres en países socialistas que todavía existen y servirán al mundo del futuro. Quien se ha empeñado con su propio trabajo y con su propia vida por la RDA no ha vivido en vano”.