Denuncian a una residencia de Bilbao por desasistir durante el confinamiento: deshidratación y tres dedos rotos

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Tras la denuncia por «falta de asistencia», la familia ha decidido trasladar de residencia a la interna. Tres caídas después, la anciana mostraba una mano negra e hinchada y un ojo morado. No se le había realizado una placa rayos X. A la llegada al Hospital, la mano morada se tradujo en tres dedos rotos.

«Vimos su ojo morado y su mano negra e hinchada gracias a una vídeo-llamada»

Nieta denunciante

En una última visita, el hijo de la afectada observó de nuevo que algo no iba bien y pidió traslado en ambulancia. «Nos indicaron que solamente trasladaban a mi amama al Hospital de Basurto por la insistencia de mi aita. Era algo que se podía tratar en la residencia, decían». A la llegada al Hospital de Basurto el diagnóstico fue deshidratación y problemas renales.

«Solo la trasladaban por insistencia. El diagnóstico fue deshidratación y problemas renales»

Nieta denunciante

Denuncian a la residencia privada bilbaína por falta de asistencia a los internos. La denunciante, nieta de la afectada, ha puesto voz a los meses de confinamiento donde, como dice, no se ha hecho caso a sus peticiones.

Antes de ello, la familia intentó acceder a visitar la interna, puesto que se había caído hasta en tres ocasiones y no conocían su estado de salud, ni físico ni psicológico.

Confinada y desatendida

La residencia es Bilbozar Igurco IMQ, donde la interna lleva dos años asistida. Durante el estado de alarma y confinamiento se han dado varios casos de covid-19 entre los residentes y trabajadores.

«Mi amama es una mujer ciega muy válida para los 95 años que tiene», dice la denunciante. La residencia, aunque no contaba con positivos en covid-19 en la plata de la abuela de la denunciante, pidió a la familia permiso para confinarla. Ello derivó en un corte total de relación entre la familia misma y la anciana. La denunciante pidió una visita a la dirección de Bilbozar Igurco, pero la directora negó la posibilidad.

Gracias a la videollamada

Tras la insistencia de la familia y tras tres caídas de la anciana, la familia consiguió un encuentro virtual a través de una videollamada: «Vimos uno de los ojos totalmente morado y una mano hinchada y negra».

«Por las necesidades especiales de mi amama, solicitamos mediante Diputación la posibilidad de realizar esta visita», señala la nieta de la afectada. Agotaron todas las vías posibles para atender a su propia abuela.

Tras desoír sus peticiones de visita y a su juicio «desastir» a la anciana, la familia ha decidido denunciar a la residencia privada situada en Txurdinada (Bilbao). Podría tratarse de una omisión del socorro de la mujer, que, como muestran las imágenes, carecía de salud física.

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