No es violación porque para ellos es una guarra

“No ha hecho nada Raúl, Raúl tiene novia, Raúl es un chico muy majo… es lo mejor que hay de chicos jóvenes”. Así defendía una de las vecinas de Aranda de Duero a uno de los violadores condenados a 38 años por violar a una niña de 15 años. Como ella, hay una numerosa parte de la sociedad que cuestiona el relato, tanto hombres como mujeres, que criminalizan a la víctima y su forma de vivir libremente.

Para resumir la sentencia citaré a @JudgeTheZipper, que entiende más de esto. Así dice:

En los HECHOS PROBADOS de la sentencia se dice que la víctima y uno de los acusados habían entablado una relación por internet, incluido el intercambio de fotos en ropa interior; incluso hablaron en broma por teléfono (con manos libres) sobre hacer una orgía «los cuatro». El día D víctima y acusado se vieron en un bar y él la invitó a subir al piso para hacer un vídeo musical con una app. Fueron llegando los otros acusados. Todos sabían que ella tenía 15 años. Tras hacer el vídeo, ellos apagaron la luz y se desnudaron, ella fue al baño. Regresó del baño y la desnudaron (salvo bragas), cruzando paralizada los brazos y dejándose coger manos y cabeza para masturbarles y hacerles felaciones. Uno eyaculó en su boca y ella fue al baño a escupir, y al regresar uno de los acusados le dijo cuál era su habitación.

Ella entró en esa habitación, se tumbó en la cama y él, de similar madurez psicológica que ella, y tras ponerse un condón, la penetró sin su oposición. Tras 10-15 minutos, ella volvió al salón, se vistió y se marchó. Posteriormente tuvo ansiedad y depresión que tuvo que tratarse. También el tribunal entiende probado que, el día anterior, el primer acusado había contado en un grupo de WhatsApp que él y sus compañeros estuvieron con la víctima «y se la chupó a los tres» y «mañana vuelve», aunque no da por probado que esto ocurriese. Nadie denunció/acusó por esto.

 Pues bien, aunque los acusados negaron estos hechos, el tribunal entiende que ocurrió así, que ellos le intimidaron para acometerla sexualmente, lo que es un delito de agresión sexual (violación) a un menor de 16 años, con penetración bucal y agravado por hacerlo en grupo. Se basa para concluir eso en el TESTIMONIO DE LA VÍCTIMA, fundamentalmente, pues entiende que el mismo reúne los requisitos que la jurisprudencia exige para darle credibilidad. Así, fue PERSISTENTE, pues, aunque reconoce que ha contado distintas versiones a diferentes personas, ello es debido a su inmadurez (influencia de RRSS y preocupación por su imagen), por eso, y por sentimiento de culpabilidad, a los conocidos les contó que fue todo voluntario, pero en su círculo más íntimo sí fue persistente y constante en decirles que todo fue forzado.

Entiende el tribunal que no concurren MOTIVOS ESPURIOS por los que ella pudiera estar mintiendo. Y a pesar de que da por probado que ella le dijo a una amiga que «como digan que fue algo más que pajas y mamadas, me invento lo que sea», el tribunal no ve falsedad en ella.

Finalmente, concluye que existen CORROBORANTES PERIFÉRICOS de su versión. Así, los testigos de su círculo íntimo, a los que les contó lo ocurrido y que han declarado en el juicio. Y también el informe psico-social, pues dice el tribunal que, aunque las psicólogas no realizaron el test de credibilidad a la víctima, éstas no dudan de que todo ocurrió como lo cuenta ella. Y que aunque la ansiedad y depresión que ella sufrió pudieran venir de la relevancia pública del asunto tras su denuncia, éstas concluyen que están directamente relacionadas con los hechos.


Es verdaderamente preocupante que parte de la sociedad no crea que esto fue violación. Que salir del baño y verte ante 3 hombres desnudos, de edad y físico superior no pueda crear una parálisis a la víctima que le impida siquiera decir una palabra. Es por eso, que pasa de abuso a agresión, por la intimidación ambiental. Que cruzarse de brazos ante la tentativa de quitarte la ropa no sea un NO o que por querer esconder el hecho, para no ser juzgada en sociedad, implicas la aceptación y aprobación de lo ocurrido.

La víctima tenía 15 años. La edad legal para mantener relaciones sexuales en España es de 16 años.  Los acusados quizás no supiesen la edad de ella, pero tampoco se molestaron en averiguarla, a pesar de que los indicios hacían suponer que ella no era mayor de edad. Una niña que tenía una lista en la que ponía “mis líos”, ¿y qué? ¿Acaso llevaba escrito en la frente “viólame”? Salvajes que irán a la cárcel, como igual de salvajes son aquellos que se manifiestan en la plaza del pueblo para defenderlos.

Volvemos a los discursos de antaño. Se está criticando a la mujer por estar donde no debe estar, por vestir como no debe vestir, por subir a un piso con tres hombres, por actuar de manera determinada en las redes sociales… En resumen, se está atacando a la mujer por querer ser libre y no al hombre por atacar la libertad de la mujer. Quieren darle la vuelta al discurso, el opresor quiere parecer oprimido.

“Nos están intentando joder la vida”, dijo uno de ellos al salir del juzgado. “¿38 años de qué? ¿A quién he matado?”, dijo otro. He ahí el problema, el creer que violar sale gratis. Tras esta violación una cosa es segura: Si piensas que debes salir de casa con “tres notarios” para poder tener algún tipo de relación con una mujer “sin que te pase nada”, eres uno de ellos, eres un violador en potencia.