Arde el arte


Un artículo de Fermin Sanz, @Ferminn_soto

Arden los recuerdos, arde la historia, y arde el arte. A las seis de la tarde de ayer se incendiaba la catedral de Notre-Dame, según informaron fuentes policiales francesas el fuego habría sido provocado por las obras de renovación del monumento. Hasta las diez de al noche no podían descartar que la bóveda saliese ilesa, sin embargo, horas mas tarde, tras el derrumbe de la monumental “aguja”; de 96 metros de altura, y una de las principales bóvedas, fuentes oficiales francesas aseguraron que no podían saber si podrán reconstruirla, pero señalaron que la siguiente hora era crucial para el devenir de la catedral.

Construida en 1345, esta magnánima obra arquitectónica del gótico francés ardió ayer, a 15 de abril de 2019, y de las cinco naves de doble deambulatorio ya sólo quedaban cuatro en pié a mitad de noche, por no hablar de la ya mencionada aguja, la cual se derrumbaba sobre la cubierta de la misma. Era apodada como “el bosque de Notre-Dame”; porque cada una de las vigas que la formaban pertenecía a un roble entero con cientos de años de antigüedad.

Este lugar, además de impresionarnos con sus técnicas arquitectónicas, dio cobijo a la novela de Victor Hugo, donde el entrañable, y reconocido Quasimodo, se enamoraba de la bella mujer gitana de nombre Esmeralda. Y volviendo de la literatura al “mundo real”, este lugar fue elegido por grandes hitos históricos para desarrollarlos en su interior, como la coronación de Napoleón Bonaparte, que se produjo en este lugar el dos de diciembre de 1804.

El arte en todas sus formas tiene como finalidad expresar ideas, pensamientos o sentimientos, por no hablar de su función estética, y como todo aquello que tiene ya unos años, numerosas obras artísticas se convierten en una “maquina del tiempo”. Se convierte en algo “infernal” lo sucedido, llegando a ser una tragedia para el patrimonio histórico francés, y a nivel mundial. En plano casi poético, se convierte en una metáfora de la concepción del arte hoy en día, puesto que, para quien no lo supiese, ayer era el día mundial del arte, 15 de abril. 

El incendio, a modo de antítesis entre las teorías decadentista que surgieron en este mismo lugar hace un par de siglos, y la concepción del arte que inunda nuestras calles, la catedral de Notre-Dame arde, y, pese a que cuatro incultos e irrespetuosos aprovechaban el suceso para hacer chistes y mofas en la red social Twitter, al resto de personas que nos gusta el arte, lo disfrutamos, e incluso lo vivimos, sólo nos queda esperar, y como si de un familiar enfermo se tratase, confiar en la evolución de las siguientes horas. Aquellos que confiábamos en que la estructura se mantuviese en vertical recibimos la noticia; “la estructura había sido salvada”, confirmaba Anne Hidalgo, alcaldesa de París. A la vez que los bomberos franceses aseguraban que lo peor ya había pasado, el atrio estaba completamente destrozado, aunque las dos torres se habían mantenido en pié.