La Virgen del Rocío: Hong Kong en lucha, los chalecos amarillos y la libertad de prensa y expresión rusa

Miles de personas luchan por lo que creen que es la justicia y la libertad en Hong Kong, Rusia y Francia –que propio de un ilustrado radical ha quedado esta introducción–. En España decenas de personas se pelean por tocar y cargar a la Virgen del Rocío. Porque ante todo somos gente de convicciones y las defendemos con sangre y mucho llanto. En el denominado “salto de la reja” una multitud pisa a otra multitud para llegar a la Virgen. Y la Virgen grita: «Me cago en Dios, que os la están colando en los parlamentos y las asambleas, dejad de tocarme el vestido, que me lo arrugáis».

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Mientras el ultra catolicismo se manifiesta en las iglesias andaluzas, en el Parlamento se cuelan los fascistas y desatascan los presupuestos del 39: recortes en Memoria Histórica, medidas para reducir el aborto o la creación de un órgano persecutorio de inmigrantes. Y sus calcamonías madrileñas hablan de llevarse el Orgullo fuera de la ciudad de Madrid, porque según Espinosa de los Monteros hay que valorar si hay que seguir permitiendo subvencionar “en nombre de todos, cosas que están hechas sólo para algunos”. Habla de maricones, bolleras, bisexuales y personas trans en su mes festivo y reivindicativo, no de los muñecos de trapo que se pasean en Semana Santa, claro. Estos últimos nos encantan a todos. Debemos respetar la tradición: la religión, los toros, el esclavismo y el transporte a caballo.

Decenas de miles de personas, jóvenes en su mayoría, han ocupado las calles de Hong Kong en protesta contra la Ley de Extradición a China. La policía ha reprimido las protestas a golpe de porrazo y bombardeando a los manifestantes. Chorros de agua a presión, gas pimienta y gas lacrimógeno. Una lluvia de brutalidad policial contra estudiantes que apenas superan la mayoría de edad.

“La libertad es una droga que llevo, guardo y distribuyo sobre todo entre los menores de edad. Deténganme”

“La libertad es una droga que llevo, guardo y distribuyo sobre todo entre los menores de edad. Deténganme”. Esa era la consigna que llevaban algunos manifestantes rusos la pasada jornada, en la concentración por la libertad de expresión. La marcha había sido desconvocada, pero miles de personas se han congregado en Moscú. Se calcula que asciende a 200 el número de detenidos por las fuerzas de seguridad según sus propio datos, 400 según la organización OVD Info. que informaba sobre la convocatoria. El corresponsal de elperiodico.com en Moscú, Marc Marginedas, aseguraba que los ciudadanos marchaban en silencio cuando se produjeron las primeras detenciones. Toda esta tensión proviene del caso de Ivan Golunov. El periodista trabajaba en una investigación sobre la corrupción que rodeaba al Kremlin y sus altos cargos. Para frenar su actividad periodística le cargaron una serie de delitos, entre ellos, tráfico de drogas. Fue puesto en libertad, finalmente, pero la ciudadanía moscovita no se conformó. Y salieron a la calle. Hay, cómo no, multitud de heridos por la represión

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Los Gilets Jaunes o Chalecos Amarillos llevan 40 semanas de lucha. Aunque en la segunda ya no salían en las televisiones españolas, porque claro, si el duopolio Mediaset-Atresmedia están deseando que Albert Rivera entre en los gobiernos y las administraciones, no se puede notar que su papá, Enmanuel Macron, ha sido puesto contra las cuerdas, ha dado pasitos para atrás y se encuentra con índices de popularidad bajísimos. El liberalismo patrio de toda la vida: ni de izquierdas ni de derechas, del capital. Muy de derechas, vaya. Pues sí, una semana más el movimiento francés de los Chalecos Amarillos ha continuado el combate contra las medidas del Gobierno francés. Una semana más de porrazos, patadas y diluvio de lacrimógenos. Ojos perdidos, fracturas y mucha represión con gran carga política.

A ver si va a ser verdad eso del inmovilismo tipical espanis.