Españoles, Franco ha vuelto


Ya lo predijo Machado con su poema: “Ya hay un español que quiere / vivir y a vivir empieza, / entre una España que muere / y otra España que bosteza. / Españolito que vienes / al mundo te guarde Dios. / Una de las dos Españas / ha de helarte el corazón”. Parece que con la primavera, afloran las dos Españas. La que bosteza, antes azul, ahora con pijama verde, que broncea su cara frente al sol. La que muere, muere contra la tapia de la memoria que no se quiere hacer.

Francisco Franco Bahamonde sigue descansando en paz, con su metro sesenta y tres centímetros, en un cajón lujoso, bajo una cripta fastuosa, en un templo de la abadía benedictina del Valle de los Caídos. Un metro sesenta y tres centímetros que, 44 años después, siguen en pie mirando, cara a cara, a una democracia adolescente.

«No se llevarán a Franco. El templo es inviolable«,
Santiago Cantera, prior del Valle de los Caídos.

«No se llevarán a Franco. El templo es inviolable», afirmaba el prior del Valle de los Caídos hace unos días. Sin embargo, en una misiva, el Vaticano se pronuncia para aclarar que «la Iglesia no se opone a la exhumación de los restos mortales del general Franco, si la Autoridad competente así lo dispone». Con esta contradicción en el seno del clero, la telenovela continúa.

Pedro Sánchez, otro de los protagonistas que participa en el dramatizado asunto, no ha sido capaz de llevar a cabo el estandarte que venía enarbolando tras la moción de censura. La familia Franco no cede y prosigue inamovible en su testarudez, lo que beneficia al resquicio de franquistas nostálgicos del sanguinario perrito faldero del mayor genocida de la historia reciente.

Franco, quien fuera el felón, el traidor, el ridículo, el ególatra y el okupa –a punta de pistola– que se apoderó y se aprovechó de una España que bostezaba, y que con puño de hierro nos llevó a la ignominia, perturba y divierte, por partes iguales, cuatro décadas después. La fosilización nos evidencia como sociedad inestable.

Francisco Franco con el
Rey emérito Juan Carlos I

Españoles, Franco ha muerto. Españoles, Franco descansa en paz. Españoles, ¿en que cuneta descansan vuestros abuelos? Españoles, ¿en qué cuneta yacen vuestras ansias democráticas?

Españoles, Franco se queda. Voy a rezar un padrenuestro: a este paso, lo montan a caballo, lo sientan en el Congreso como diputado y comienzan la Reconquista.

Españoles, Franco ha vuelto. Primero vendrán a por mí.